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David Botello: «La historia entra mucho mejor con humor»

Es coautor del libro «Los vikingos no tenían cuernos», en el que relata las anécdotas escondidas detrás de grandes momentos y personajes históricos.

David Botello
David Botellolarazon

Es coautor del libro «Los vikingos no tenían cuernos», en el que relata las anécdotas escondidas detrás de grandes momentos y personajes históricos.

Si hay algo que le apasiona al guionista y narrador David Botello (Madrid, 1969) es contar historias. Y si puede hacerlo con humor todavía más. Esta fórmula mágica le ha funcionado en radio y televisión, donde próximamente presentará una nueva temporada del programa «Esto es otra historia», en Telemadrid. Su proyecto más reciente es el libro «Los vikingos no tenían cuernos» (editorial Oberón), escrito junto con Lorenzo Gallardo y con la colaboración de Francisco Molina. La obra reúne una colección de anécdotas y cotilleos sobre momentos y personajes históricos relatados con ingenio y descaro.

–¿La Historia con humor entra?

–La Historia entra mucho mejor con humor y a los niños les ayuda a entenderla mejor. La gente nos da la enhorabuena porque estamos contando la Historia de una forma que todos la comprenden.

–Su proyecto para divulgar la historia incluye radio, tele y libros. ¿Cómo está funcionando?

–Este libro nace de un proyecto de podcast, «El punto sobre la Historia», que luego se convirtió en un programa de radio y de televisión, y nos consta que muchos profesores lo están utilizando en las aulas, ya sea el programa de radio o el de televisión, para que los chavales se familiaricen con la Historia. La idea es recurrir a cualquier recurso narrativo que pueda ser útil.

–¿Qué piensan los historiadores de su método para divulgar la Historia con humor?

–Hay división de opiniones. Hay muchísimos que agradecen el esfuerzo que hacemos por divulgar la Historia y, además, entienden que estamos despertando vocaciones. Y luego hay algunos que se enfadan porque piensan: «Quién es este tío que sale en la tele para enseñar Historia». A mí me gusta contar historias, y la mejor historia que hay está precisamente en la Historia. No me siento autorizado para sentar cátedra pero sí para relatar lo que pasó.

–¿Tuvo sentido alguna vez aprenderse la lista de los reyes godos?

–Realmente no. Yo creo que era un ejercicio de memoria para recordar una serie de nombres. A día de hoy, como padre, creo que a lo mejor no era tan torpe aquella manera de entrenar la memoria.

–¿Qué historiadores actuales son sus referentes?

–García Cortázar es un magnífico historiador y divulgador. También me gusta citar a Juan Antonio Cebrián, Eslava Galán, Nieves Concostrina y Carlos Fisas. Gracias a él escuché por primera vez Historia en la radio.

–¿Conocen bien la Historia nuestros políticos?

–No, no la conocen bien, y además la suelen utilizar a su antojo. Lo que les perjudica lo ocultan.

–¿El momento más brillante de la historia de España?

–Hemos tenido gobernantes que no han estado a la altura, pero en cambio hemos sido un gran pueblo que ha conseguido grandes logros, como el descubrimiento de América, una epopeya que hemos estudiado mal y conocemos peor porque nos sentimos acomplejados, cuando en realidad nos deberíamos sentir orgullosos.

–Los pueblos que no conocen su historia están condenados a repetir sus mismos errores. ¿Es cierto?

–Es un mantra que se repite una y otra vez, pero lo que es cierto es que la Historia te explica muy bien dónde estás y ayuda a trabajar para crear un futuro en el que todos estemos a gusto.

–¿El factor humano es determinante en la Historia?

–El factor humano, sobre todo, ayuda a entender la historia. Se han declarado guerras por un ataque de cuernos de un rey y se han perdido batallas por un problema de salud. Se ha hundido un imperio porque un señor ha pasado una noche apasionada con una señorita con la que no tenía que estar. Hay quien sostiene que Napoleón perdió la batalla de Waterloo porque tenía un ataque de hemorroides y eso hizo que se retrasase la operación, lo cual fue determinante para que los británicos tomaran las mejores posiciones de cara a la batalla.

–¿Qué les diría a los que quieren independizarse ?

–Yo pensaba que vivíamos en la Europa de los Erasmus, los vuelos «low cost» y las multinacionales. Que el proyecto integrador de Europa seguiría creciendo. Porque estoy convencido de que la unión hace la fuerza. Porque juntos somos mejores. Y porque si queremos seguir el ritmo que se está marcando a nuestras espaldas en el Océano Pacífico, entre Estados Unidos y los gigantes asiáticos, más nos valdría dejar de mirarnos el ombligo, ponernos las pilas y empezar a trabajar juntos para seguir haciendo grandes cosas. Por eso, como nací en Madrid por accidente, soy madrileño practicante, de vocación y de oficio, y no entiendo de banderas, ni de fronteras ni de nacionalismos. Soy más de tender puentes, de acabar con las líneas divisorias y de seguir la senda del mestizaje, que siempre enriquece y da muchas alegrías, que nos hacen mucha falta.

–Su programa ha hecho que veamos las calles de Madrid de otra manera. ¿Se pueden descubrir cosas nuevas de la capital?

–Claro que sí. Cuando conoces la historia de una ciudad aprendes a quererla un poco más. Madrid es una ciudad maravillosa, un museo lleno de vida y de historia.