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Declan Donnellan: «Shakespeare siempre supo de debía ignorar»

El dramaturgo británico regresa a España con la penúltima obra del Bardo, «Cuento de invierno», en el marco del ciclo «Una mirada al mundo»

El director británico se ha convertido en un clásico de «Una mirada al mundo»
El director británico se ha convertido en un clásico de «Una mirada al mundo»larazon

El dramaturgo británico regresa a España con la penúltima obra del Bardo, «Cuento de invierno», en el marco del ciclo «Una mirada al mundo»

Si ya de por sí el ciclo «Una mirada al mundo» del Centro Dramático Nacional pasa por ser en su conjunto uno de los platos más apetecibles de toda la temporada teatral, dentro de ese ciclo suele ser el proyecto de Declan Donnellan –incluirle se ha convertido ya casi en norma– el manjar más deseado por los teatreros más exigentes. Cada nueva visita a nuestro país del prestigioso director inglés es recibida por el público con un fervor bastante inusual en un mundo, el de las artes escénicas, que hace mucho que dejó atrás los tiempos de idolatría y famoseo.

El cosmopolita Donnellan, que ha paseado sus producciones por medio mundo y ha trabajado con equipos rusos, franceses o austriacos, llega en esta ocasión a Madrid con su aclamada compañía británica Check by Jowl y con un autor recurrente y fundamental para ellos: William Shakespeare. Para homenajear al Bardo en el IV centenario de su muerte, la compañía, fundada en 1981 por el propio director junto al escenógrafo Nick Ormerod, subirá al María Guerrero «Cuento de invierno», una historia de amor, amistad y celos, truculenta, divertida también y, en suma, inclasificable, en la que abundan los equívocos, los cambios de escenario, los saltos en el tiempo, la multiplicidad de la acción... y desde un punto de vista más literario, los anacronismos y las invenciones geográficas. Incluso contiene una acotación escénica que ha pasado a la posteridad por su surrealismo: «Sale, perseguido por un oso».

Se diría que Shakespeare quiso burlarse en esta obra de todas las normas dramatúrgicas a las que él mismo se había plegado en «La tempestad», escrita muy poco tiempo antes. «Es cierto que en ‘‘Cuento de invierno’’ Shakespeare transgrede muchas reglas del teatro, pero en realidad él siempre había sido muy transgresor –explica Donnellan–. En Londres se habían puesto de moda las tres unidades –se refiere al precepto aristotélico que exigía en las obras unidad de espacio, de tiempo y de acción– y, para no parecer anticuado, él asumió más o menos dicha moda en ‘‘La tempestad’’. Sin embargo, en ‘‘Cuento de invierno’’ se vuelve totalmente anárquico, se ríe de esas reglas y decide mostrase deliberadamente anticuado. Esto confirma que no siempre es cierto aquello de que todo el gran arte que sobrevive era de vanguardia cuando fue visto por primera vez».

Esencia literaria

Pero, más allá de las peculiaridades de la obra, probablemente la penúltima que escribió el autor, en «Cuento de invierno» late la esencia literaria de un Shakespeare profundo y vibrante en estado puro. Así lo cree el director del montaje: «Para mí es una de las grandes obras de Shakespeare; creo que está injustamente arrinconada. Su escritura es sorprendente y en ella encontramos todos sus grandes temas».

Poco importa que el Cisne de Avon, en esta tragicomedia fantástica, pastoril, caballeresca y exótica, situara Bohemia junto al mar o Delfos en una isla, o que hiciera coincidir en el tiempo a los oráculos griegos con el artista del Renacimiento Giulio Romano. Son meros accesorios en su tarea de ahondar, como pocos escritores han logrado, en la compleja existencia humana. «Creo que Shakespeare es especial –corrobora Donnellan–. Su capacidad para trascender tiene que ver con su capacidad para priorizar. Él es capaz de ver lo esencial; por eso sus obras trascienden a tantas culturas. Sabe qué ignorar, qué importa menos. Es curioso, porque pensamos que acumular mucha información nos hace más inteligentes; pero no es verdad; nos volvemos más sabios cuando conocemos qué tipo de información no necesitamos. Y ésa es una de las cosas que Shakespeare hace. Rara vez se enrolla sobre detalles confusos. Yo diría que toda su obra habla de lo que es el ser humano; concretamente, de cómo los seres humanos se aman y lo que esto significa; creo que la mayor parte de sus obras son una experiencia compartida del amor humano y la pérdida».