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Premio Cervantes

Felipe VI define al novelista como un «hombre de mestizaje»

Discurso del Rey en la entrega del galardón

Don Felipe, durante el acto
Don Felipe, durante el actolarazon

El paraninfo de la Universidad de Alcalá fue ayer testigo del primer Premio Cervantes del que Don Felipe, acompañado por Doña Letizia, ha hecho entrega como Rey.

Tras el discurso de Juan Goytisolo, cargado de denuncia y de escepticismo hacia el reconocimiento que se le otorga, y de la intervención del ministro de Cultura, José Ignacio Wert, Don Felipe tomó la palabra para referirse a la trayectoria de un autor que ha mostrado a lo largo de sus obras la creencia de que la novela es un género «omnívoro» que comprende los demás géneros literarios.

El Jefe de Estado aseguró que los vínculos entre Miguel de Cervantes y Goytisolo van «más allá de la natural conexión entre el padre de la novela moderna y uno de los principales representantes en castellano de las últimas décadas», de lo que el escritor es muy consciente; previamente al acto a confesó a un grupo de periodistas que había aceptado acudir a recibir el premio por tratarse de un homenaje a Miguel de Cervantes. Goytisolo, directamente, ha declarado su «nacionalidad cervantina». Y es precisamente esta consideración respecto a lo que para él representan las fronteras la que llevó al Monarca a calificarlo de: «hombre de mestizaje», que «ha reivindicado la interacción fecunda de las distintas culturas». El Jefe de Estado se afianzó en su postura haciendo referencia a Francisco Ayala, quien señaló en 1992 que «la patria de un escritor es su idioma». Y este «universo» de obras es lo que, como Goytisolo dijo en una ocasión, edifica «el árbol de la literatura».

Basándose en que la obra de Goytisolo es reconocida en Iberoamérica «por su aportación a este común acervo que es la literatura en lengua española», enfatizó que nuestro país no puede «desentenderse de su misión de ejercer de puente cultural entre Iberoamérica, Europa y la orilla sur del Mediterráneo». Y recordó la concesión del Premio Juan Rulfo, y la relación del autor con México –debido en parte a su amistad con el escritor cervantino Carlos Fuentes, quien fuera Premio Cervantes en 1987–.

El Rey ensalzó el valor de la literatura, en este caso la del escritor catalán, para conseguir que reflexionemos «sobre nuestro presente y nuestro pasado, para así quizás afrontar mejor el futuro».

Para terminar su discurso, Felipe VI manifestó su deseo de que el escritor catalán no se «jubile», como anunció recientemente, sino que «siga enriqueciendo nuestra realidad cultural», y le transmitió, también en nombre de la Reina, su agradecimiento y su «enhorabuena más afectuosa» por su «aportación extraordinaria a la literatura en español».

No es la primera vez que Don Felipe ha hecho entrega del galardón más importante de las letras en lengua española, a pesar de que sí es la primera vez que lo hace como Rey. Siendo Príncipe de Asturias fue el encargado de presidir el reconocimiento a Nicanor Parra en 2012, y a José Manuel Caballero Bonald en 2013, también en la universidad de Alcalá.