Medios de Comunicación

Javier Bernal: «Sin libertad de prensa un país no puede ser cien por cien democrático»

Publica «Por un puñado de letras» (Suma), un thriller en el que cuenta la historia de dos jóvenes periodistas apasionados por la profesión.

Javier Bernal: «Sin libertad de prensa un país no puede ser cien por cien democrático»
Javier Bernal: «Sin libertad de prensa un país no puede ser cien por cien democrático»larazon

Publica «Por un puñado de letras» (Suma), un thriller en el que cuenta la historia de dos jóvenes periodistas apasionados por la profesión.

Un puñado de letras se amontonan en más de 450 páginas para poner un precio a la verdad. El nuevo libro de Javier Bernal relata la historia de dos jóvenes periodistas que deciden crear un diario digital, independiente y de investigación, para defender los valores de la profesión y denunciar cualquier tipo de corrupción. Se trata de un thriller, entre la ficción y la realidad, en el que las nuevas tecnologías de la comunicación tienen un papel protagonista. Una trama inmersa en la intriga, el suspense y la acción.

–¿El periodismo es intriga?

–Sí, cuando es investigación. Debe ser la primera parte del reportaje, pero luego tiene que aportar verdades.

–¿La verdad tiene un precio?

–Desde luego. Y muy alto. Es muy difícil ser un purista de la verdad.

–Pero a veces hay rebajas...

–Efectivamente, que pueden deberse a presiones económicas, a situaciones de los propios periodistas... Ahora las estamos viendo.

–En su búsqueda, ¿todo vale?

–Algunas líneas rojas no deberían cruzarse.

–¿Como por ejemplo?

–El periodista no puede convertirse en protagonista y llegar a la coacción para lograr más información.

–¿Cuánto pesa un puñado de letras?

–Si descubre una verdad, puede llegar a poner patas arriba a un país.

–Las nuevas tecnologías, ¿mejoran o empeoran la profesión?

–Han cambiado los hábitos de los lectores. El periodismo debe abarcar desde el hecho de cubrir una noticia hasta la investigación. Los profesores continúan informando, pero por muchos canales se pueden difundir antes las informaciones.

–¿La «guerra» por el clic juega en contra?

–Afecta a los titulares, que cada vez son más «marketinianos» y creativos. Pero el periodismo de investigación es otra cosa.

–¿Está más vivo que nunca?

–Sí, aunque como negocio lo está pasando muy mal. Ojalá siga estando el periodismo así de vivo, porque se necesita.

–¿Sigue siendo el cuarto poder?

–Más que un poder, es un contrabalance. Si no hay libertad de prensa un país no puede ser cien por cien democrático.

–¿Por qué?

–Porque el periodismo es un eje fundamental para la democracia. En la Transición tuvo un papel determinante. Como se pisoteara la libertad de expresión salían a la calle miles de personas a protestar.

–¿Son los ciudadanos conscientes de esa importancia?

–En España ha habido periodismo de mucha calidad que ha desvelado escándalos en todos los ámbitos. Creo que lo aprecian.

–Pero no están dispuestos a pagar por las noticias...

–Es que hay un problema con el modelo.

–¿Cuál debe ser?

–Está en fase de transformación. Los protagonistas de esta novela plantean uno parecido al de wikipedia, en el que se tenga acceso a toda la información que se quiera y se informe a los usuarios contínuos de que para sobrevivir se necesitan donaciones. Pagarían si fuera una fundación, pero no si se trata de una empresa con ánimo de lucro.

–¿Puede ser el periodismo independiente?

–Sí, siempre y cuando disfrute de independencia económica y en el caso de que quienes lo manejan no tengan aspiraciones de poder defiendan los valores del periodismo puro sin depender de ningún inversor. Y ese modelo solamente puede ser sostenible si hay lectores que donen pequeñas cantidades. En Estados Unidos está apareciendo este tipo de fundación-plataforma periodística sin ánimo de lucro.

–¿Ha dejado de vivir de la exclusiva?

–Todavía funcionan bien, pero duran muy poco. Antes se repartían en distintos artículos. Ahora hay que darlas enteras. El periodismo, sin renunciar a dar todas las noticias, debe centrarse en la investigación, en la agenda de los periodistas, en sus fuentes. Y utilizar la tecnología.

–¿Se acabará el papel?

–El concepto diario creo que sí, porque del 70% de las noticias que recogen, cuando las lees, ya te has enterado. Otra cosa es el concepto periódico, semanal, que publique artículos más largos, reportajes bien documentados. Y otra cosa distinta es el papel del periodismo, que debería ser siempre el mismo, de contrabalance para los otros poderes.

–¿Cómo se imagina al periodista del futuro?

–Ha de tener claros los valores y querer buscar la verdad. Ser observador, tener paciencia y disciplina. Los reportajes tendrán vídeos, estarán en formato digital, incluirán entrevistas... Los buenos periodistas deberán saber construir ese artículo multimedia.

–¿Hay héroes y villanos?

–El héroe es más naif, cree en los valores del periodismo, lucha por ellos y está dispuesto a todo. Le importa poco el dinero. Es un enamorado de su profesión. Sin embargo, el villano es el maquiavélico, el que usa el periodismo como arma arrojadiza para presionar y poder conseguir la noticia.

–¿Puede una mala persona ser un buen periodista?

–Una mala persona no puede ser un buen periodista, ni un buen empresario. El motivo es porque utilizará su profesión en beneficio propio. El periodismo te da la capacidad de influir, y en una mala persona eso puede ser realmente dañino.