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Jorge Ruiz: «Me gusta escribir canciones desde el sí y el quiero»

El líder de Maldita Nerea presenta «Bailarina», su nuevo disco, dedicado a la faceta femenina «que todos tenemos».

Jorge Ruiz: «Me gusta escribir canciones desde el sí y el quiero»
Jorge Ruiz: «Me gusta escribir canciones desde el sí y el quiero»larazon

El líder de Maldita Nerea presenta «Bailarina», su nuevo disco, dedicado a la faceta femenina «que todos tenemos».

El rey de las tortugas (como se conoce a sus seguidores) está de vuelta. Jorge Ruiz publica ahora «Bailarina», como es habitual, un disco optimista y de «homenaje al universo femenino» que no ses propio sólo de las mujeres. Él lo explica.

–Parece que hay, por lo menos una bailarina a quien se dirige ¿no?

–Mi chica estaba embarazada de una niña y se movía mucho. Yo le decía que si se mueve es porque es una bailarina.

–¿Y le dedica el disco a ella?

–No exactamente. Me faltaba el contenido que agrupase las canciones. Me di cuenta de que la bailarina es el lado femenino que tenemos todos los seres humanos, que estamos hechos de dos polaridades, ya seamos hombres o mujeres. Y esa mitad es la que en nuestra sociedad y cultura está supeditada a otras cosas. La aparcamos, la dejamos aparte. Y es la parte en que reside la emotividad, la escucha, la pausa, la creatividad... son más propias del lado femenino. Eso se ve fácilmente en los niños, que tienen las partes equilibradas. No es una locura, la ciencia ha explicado que los niños están en paz con sus dos mitades.

–¿Por qué nos la coartan o por qué nos coartamos?

–Creo que es una cuestión de inercia, que el ritmo es tan alto en la sociedad que se quedan cosas por el camino y ese lado no importa. Nos enseñan a hacer, correr, seguir adelante aunque no sepas adonde. Tiene que ver con el mercado, el dinero, la prisa, el tener, el ego.

–¿No es un asunto de machismo?

–Yo creo que no... aunque me pierdo un poco con el discurso y las polémicas. No lo veo desde ahí. Comprendo que hay una lucha pero la polaridad femenina es algo mio y que la pueda expresar es cosa mía, aunque fuera haya una presión.

–¿Y el mercado? ¿Potencia más lo masculino?

–El lado masculino tiene emocionalidad, pero hay otra forma de expresarla, más basada en la acción. Y el mercado solo entiende de lo cuantitativo.

–Esta conversación se me va de las manos ¿Las canciones son el resultado de esa exploración?

–(Risas) Existe una constante en la historia del saber. Un gran pensador o artista o científico con una obra muy prolífica, llega un punto en que tiene que parar y volver a conectar. Gente que ha cambiado nuestro pensamiento cuando llegan a su etapa más débil necesitan el lado femenino y no lo tienen. Grandes pensadores han sido discapacitados emocionales. Cuando te desconectas de la niñez y del lado femenino, sacas de dentro una parte de nosotros.

–Una herramienta.

–Sí, es lo que llaman inteligencia emocional...

–Pero sí que hay una imposición social de cómo debes ser como hombre o como mujer.

–Claro, ahí hay un tema. La razón y la emoción son una sola cosa. Pero Descartes dijo «pienso luego existo» y se dejó a la emoción fuera. Y eso ya es un giro. Pero la ironía es que era un genio pero tenía enormes problemas emocionales cuando perdió a su hija. Como no sabía enfrentarse a eso, se hizo una muñeca y la llevaba a todos lados. Fue su manera de superar un trauma que no te enseñan a gestionar. Y eso tiene que ver con la polaridad femenina.

–Y expresarla.

–Sí, dejarlo ir. Se dice a los niños: «No se llora». Pues mira, sí que se llora. Claro que sí. No se debe reprimir a alguien que quiere hacerlo. Es un acto comunicativo. El problema es cuando no se sabe manejar, es cierto. Cuando alguien se queja mucho o un país se queja mucho es que está sobreprotegido.

–O sea, que ¿también vale como medidor social?

–Claro. En las familias o los amigos se funciona con roles. Hay uno que siempre se queja o que siempre llora. Pero si quieres hablamos de música...

–Hombre, igual debería reconducir esto... ¿cuál es la energía del disco?

–Me gusta escribir canciones desde el sí. No desde la ausencia ni desde la negatividad. Es un sí y un quiero. Escribo desde el sí incluso en temas dramáticos.

-Debajo del «buenrollismo» de las canciones ¿hay alguien que está «depre» a veces?

–Yo conviví con la depresión, no mía sino de alguien cercano y tengo un máster sobre el miedo.

–¿A sufrirla usted?

–Incluso un perro la percibe. El miedo lo cubre todo. Yo pude salir del paraguas, pero es que estaba aterrado. Colapsé con un brote de ansiedad y alguien me lo dijo. Ahí dejé el Derecho y me centré en la música, me pagué los instrumentos y la grabación. Pero tuve que hacer un viaje y conseguir cambiarlo.

–Es difícil dejar de tener algo a lo que echarle la culpa.

–Claro, es el miedo otra vez. Y lo tenemos encima de la mesa en todo. Incluso en la música

–¿En la música?

–Claro, o haces reguetón o no te comes un rosco. Y por otro lado están los odiadores del reguetón. Es que no es una cosa ni la otra. Es una moda y ya pasará si tiene que pasar.

–El pop no pasa de moda pero tampoco está de moda.

–Claro, pero es que es lo único que puedo hacer. Y he tenido dudas con este disco, miedo.

–¿De qué?

–Me han hecho exámenes toda la vida. Y te dan el contenido hecho, no te enseñan a crear el tuyo. Y entonces, cuando sale a la luz, a la lista de ventas o las entradas de un concierto, pues vuelves a sentirte examinado. Pero nadie te enseña mínimamente a expresar lo que tienes dentro.