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José Bros, conde por la gracia de Donizetti

Recita al compositor de corrido y probablemente sea el tenor español que más papeles suyos ha interpretado. Mañana cantará en el Real la primera de las dos funciones de «Roberto Devereux» en versión concierto

El tenor interpreta «La Traviata», de Verdi, en el Teatro Real
El tenor interpreta «La Traviata», de Verdi, en el Teatro Reallarazon

Mientras va caminando por la calle Arenal, centro de Madrid puro y duro, José Bros (Barcelona, 1965) dice que siente algo en el estómago. Quiere que las dos funciones que cantará mañana y el 7 de «Roberto Devereux» salgan como una pelota de fútbol, redondas.

Mientras va caminando por la calle Arenal, centro de Madrid puro y duro, José Bros (Barcelona, 1965) dice que siente algo en el estómago. Quiere que las dos funciones que cantará mañana y el día 7 de "Roberto Devereux"salgan como un balón de fútbol, redondas. Cuando entra en el Teatro Real atraviesa la puerta de su casa, no sé si su segundo o tercer hogar, tranto da porque se siente como el Conde de Essex que va a interpretar en el coliseo, recibido con todos los honores. El miércoles hizo la primera prueba, él dice que "más de entendimiento que propiamente un ensayo. Fue estupendamente. Cantamos la mayoría de tercetos y duetos. Después, por la tarde pisó el escenario. La última vez que levantó el telón del Real su Werther, lord era su título. Ahora sube el escalafón nobiliario. No vamos mal. A Donizetti le conoce como si fuera de su familia. Contando a vuela pluma los papeles que ha cantado del italiano y la lista llega a la docena. Y con este Conde de Essex mantiene una relación larga. "Me lo sé de memoria porque lo he cantado tantas veces ya...". Es la tercera obra del compositor que aborda un tema de amores e intrigas de la realiza británica de los Tudor, tercera de las piezas que cronológicamente van avanzando en el tiempo. La primera es "Anna Bolena", estrenada en 1830, la segunda "Maria Stuardo", en 1835, y ésta con nombre masculino, que culmina el triángulo, representada en el Teatro San Carlos de Nápoles en 1837. Aunque la protagonista es Isabel de Inglaterra, Gaetano Donizetti tuvo que cambiarle el nombre porque su compatriota Rossini ya había registrado una con el mismo título.

Este Roberto se escuchará en versión concierto, lo que para Bros significa "una buena opción en estos tiempos. Permite al público estar más atento a la línea melódica y no fijarse en la escena porque no existe decorado. Es una ópera completa, de argumento teatral sólido, muy difícil de abordar". ¿A quien habría elegido si hubiera sido en versión escénica?, le preguntamos. Duda primero y responde al cabo de unos segundos: Pier Alli.

El tenor conoce este repertorio sin pentagrama de apoyo, con los ojos cerrados. "Puritani", "Sonambula", "Anna Bolena", "Elissir d' Amore", la dos "Favoritas", en versión francesa e italiana... Y llegarán más y no tardando: "Caterina Cornaro"y "Gemma di Vergy", nos adelanta, que va a incorporar a su listado ya amplio. "Estar solo frente al atril significa realizar un esfuerzo mayor para trascender y hacer que quien está sentado en su butaca sienta lo mismo que tú". Junto a él, una mujer de la que lleva siendo pareja artística veinte años, Edita Gruberova, y a quien se ha encontrado durante su vida escénica en todos los puntos del globo. El resto del reparto deja con la boca abierta al personal: Sonia Ganassi, Simón Orfila, Viladimir Stoyanov, Mikeldi Atxalandabaso, dirigidos por el maestro Yurkevych. A pesar de eso que siente en el estómago, con Donizetti se entiende de tú a tú "porque mi voz se siente muy identificada. Le sirvo muy bien, y él me ayuda. Por ejemplo, al Edgardo de "Lucia"lo llevo muy dentro. Además, es un compositor que respeta y trata al tenor como pocos, tanto en las óperas más serias como en las de argumento bufo. Son difíciles de defender pero te llenan de satisfacciones", explica.

Si hay tres palabras que Bros -optimista en los momentos duros ("no bajemos nunca la guardia que de ésta saldremos, seguro, ¿no lo hemos hecho otras veces ya?") repite son "paso a paso". Así ha construido una carrera que en un par de años cumplirá veinticinco con contratos firmados hasta 2015. "Yo he seguido mi senda. Me he probado, he sabido lo que podía cantar en cada momento. He escuchado, pero las decisiones han sido mías. También hice algún experimento, en los horas de estudio, que son muchas. Que nadie vaya a pensar que esto es salir a cantar dando un repaso a la partitura y ya está. En el laboratorio te pruebas y en el escenario te la juegas". Él incorporó a su repertorio títulos franceses y ahora adelanta que otros Verdi también van a llegar a su garganta, "como "Attila", "Simon Boccanegra", pero siempre, y esta es una máxima para mí, con tranquilidad. Quizá sea que yo tenga la ventaja de tener una base sólida", añade.

-¿Le veremos en un "Boccanegra"con Plácido?

-Nada me haría mayor ilusión. Quién sabe...

Mentar a Gruberova es, además de citar a la soberana inglesa de este trágico Roberto, hablar de una amiga "espectacular. Está soberbia, especialmente en esta obra, en la que lo vive. Al final, cuando con desesperación la oímos ''nos regno, non vivo'' uno se da cuenta de que está delante de una dama de la ópera y de que su interpretación es un lujo en cualquier reparto". Él la considera su talismán. Hace unos meses debutaron "La straniera", de Bellini en Viena: "Le dije que la función había sido un milagro y le di las gracias por haberme regalado su voz. Después de veinte años cantando juntos sabemos lo que cada uno piensa con una mirada simple. No hay título belcantista que no hayamos abordado juntos, salvo ''El pirata'', y no digo que no vaya a caer en el futuro, ¿eh?". Y le cambia la voz cuando recuerda su debut o cuando mucho más cerca en el tiempo, habla de esa "Bolena"que acaban de cantar casi, el pasado 3 de enero en Munich y Viena. Donizetti, siempre Donizetti, le dio su primera vez. Era 1992, cuando los Mundiales de fútbol, él, que tantas patadas había dado al balón. El Liceo le abrió las puertas y Gruberova le tendió la mano, confió en un tenor que se ponía de largo: "Tenía su espaldarazo y fue fundamental. Desde ese momento existió complicidad", asegura con orgullo.

"Werther"fue el anterior título que interpretó en el Real. "Prácticamente no he fallado ningún año. Y a Madrid, tampoco. Si un año no he podido estar en este teatro he cantado en la Zarzuela.

-¿Por qué hay tan pocos cantantes en los repartos del Teatro Real en estos últimos dos años? El que viene tampoco es pródigo en nombres patrios...Y Bros responde, aunque deja que la leña al fuego la echen otros: "No llevo la estadística de los cantantes nacionales que están en los elencos ni de las nacionalidades. Es complicado a veces hacer compatibles las agendas y eso no significa que eluda la respuesta, pero no estoy pendiente. Todos los cantantes somos internacionales, da igual donde hayamos nacido, ahora, que quede claro que a todo artista español le gusta cantar en el teatro de su ciudad. Para mí es un orgullo hacerlo aquí". ¿Le ha ofrecido Mortier algo en próximas temporadas? "Él siempre ha estado atento a mi trabajo. Me ha visto en las funciones. Y seguro que hablaremos. Y quién sabe...", dice.

El foco que durante casi dos meses ha apuntado directamente al estreno de Michael Haneke y su "Così"(envuelto en un secreto monacal, coronado por Oscar, jugada maestra de Mortier) se desvía ahora hacia Donizetti: ¿No cree que la sobreexposición mediática ha hecho que se haya llegado a pensar que el autor de la obra no era Mozart sino el director de cine?

-No son nuevos estos apoteósicos despliegues. Hablamos de un profesional con gran talento que beneficia al teatro, y lo sitúa en el centro del mundo. ¿Cuántas veces habremos hablado de "La traviata"de Zefirelli y dejado a un lado a Verdi? Es lo mismo, pero no olvidemos que Mozart es el padre de "Cosía fan tutte". Palabra del Conde de Essex.