Centro de Arte Reina Sofía

La «Composición surrealista» que nunca dibujó Dalí

Por primera vez en su historia, el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía cambiará la autoría de una obra. Se trata de «Composición surrealista», un dibujo que se ha atribuido siempre a Salvador Dalí, pero que en realidad hizo José Caballero.

La «Composición surrealista» que nunca dibujó Dalí
La «Composición surrealista» que nunca dibujó Dalílarazon

Por primera vez en su historia, el Museo Reina Sofía cambiará la autoría de una obra. Se trata de «Composición surrealista», un dibujo atribuido siempre a Dalí, pero que en realidad hizo José Caballero.

«Este dibujo es de Pepe. Debe ser de 1934 ó 1935». Así respondía hace unos meses María Fernanda Thomás de Carranza a la pregunta que el autor de estas líneas le hacía sobre un dibujo. Desde hacía tiempo, sospechaba que se trataba de un trabajo de su marido, el pintor José Caballero, que fue uno de los últimos amigos y colaboradores de Federico García Lorca. «Sí, sí, no hay duda. Esto es de Pepe. Puedes citarme en tu reportaje porque está muy claro», me dijo. Pese a la contundencia de Thomás de Carranza, «Composición surrealista» ha sido siempre atribuido a Salvador Dalí. En la actualidad, el dibujo pertenece al Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid; con número de registro DE01568 en las colecciones de esta institución, está catalogado como original de Dalí, datando su supuesta realización en 1927. Paradójicamente esta pieza no tiene ni firma, ni fecha. «Composición surrealista» llegó al Museo en 2003 junto con otros cuatro trabajos de Dalí de cuya autoría, sin embargo, no hay ninguna duda. La procedencia del conjunto era la antigua colección personal de Federico García Lorca, íntimo de Dalí en los años 20, como es conocido.

Múltiples exposiciones

En 1994, la hermana del poeta, Isabel García Lorca, permitió que el dibujo se pudiera ver públicamente por primera vez y lo hizo por todo lo grande, convirtiéndose en una de las piezas inéditas de la muestra «Dalí joven», comisariada por Ana Beristain, y que pudo verse en la Hayward Gallery de Londres, el Metropolitan Museum of Art de Nueva York, el Reina Sofía de Madrid y el Palau Robert de Barcelona. Juan José Lahuerta también incluyó el dibujo en la exposición que comisarió en 2010 sobre Lorca, Dalí y la Residencia de Estudiantes en CaixaForum Madrid, como también lo incorporó más recientemente Jaime Brihuega en la muestra «Fisiología de los sueños. Cajal, Tanguy, Lorca, Dalí...» que se celebró en el Paraninfo de la Universidad de Zaragoza entre octubre de 2015 y enero de 2016.

Durante este año he tenido la oportunidad de contemplar numerosos dibujos originales de José Caballero, muchos de ellos realizados en los 30, periodo de su importante colaboración con Lorca. Para el autor granadino hizo las ilustraciones del poemario «Llanto por Ignacio Sánchez Mejías», el cartel para el estreno de «Yerma», además de preparar los figurines y los decorados para la versión de «Bodas de sangre» que la actriz Margarita Xirgu estrenó en 1935 en Barcelona. Caballero debía ser también el responsable de la imagen para el estreno de «La casa de Bernarda Alba», pero el asesinato del poeta hizo que nunca se materializara ese proyecto.

A esa amistad se le dedicó una exposición que puede verse actualmente en el Museo-Casa Natal Federico García Lorca de Fuente Vaqueros (Granada). Una de las piezas expuestas es un ejemplar de la primera edición de «Llanto por Ignacio Sánchez Mejías» que Lorca y Caballero dedicaron a Joaquín Romero Murube. Caballero realizó varios dibujos originales para el amigo sevillano, uno de ellos con el tema de las cabezas cortadas. El parecido de una de esas cabezas con la del dibujo propiedad del Reina Sofía es evidente en el trazo, en el peinado del personaje y en la barbilla. Si había alguna duda sobre este respecto, la aclara otra pieza de Caballero, un dibujo que trazó hacia 1935 para Rafael Rodríguez Rapún, quien fuera secretario de la Barraca y amante de Lorca, y que podemos reproducir aquí gracias al dramaturgo Alberto Conejero. Tenemos otra vez el mismo tema y la misma manera de ejecutarlo, que podemos claramente apreciar en la llamada «Composición surrealista» del museo madrileño.

Mientras abordaba la investigación sobre este supuesto trabajo daliniano, contacté con el galerista Guillermo de Osma, uno de los mejores especialistas en las vanguardias artísticas españolas anteriores a la Guerra Civil. Él ha expuesto al joven Dalí y al José Caballero de los años 30. Cuando le envié una copia de la obra del Reina Sofía me dijo sin titubear: «Esto no huele a Dalí. Se parece mucho a Caballero». En la exposición que dedicó a éste en 1995, Guillermo de Osma presentó algunos trabajos que nos pueden ayudar a resolver el misterio de la dudosa atribución si nos fijamos en las manos de dedos alargados en «Retrato de Adriano del Valle» y «Café-Bar». En estas dos piezas de Caballero constatamos que ojos, nariz y boca de algunos de los personajes recuerdan en exceso a la cabeza cortada en posición de tres cuartos en el dibujo atribuido a Dalí. Otro original de Caballero expuesto por Guillermo de Osma, «El giróscopo», recoge manos y cabeza cortada con un perfil y un peinado idéntico al de «Composición surrealista».

Incluso de Lorca

A Ian Gibson, el reconocido biógrafo de Lorca y Dalí, también consultado para esta investigación, tampoco le parece que el dibujo del Reina Sofía sea del ampurdanés y no descarta la posibilidad de que, aparte de Caballero, el poeta también pudiera estar detrás de su realización. En efecto, podría verse un parecido muy razonable entre las sangrientas gotas que desprenden los ojos mutilados del dibujo y las que dibujaba Lorca, quien tiene una manera de hacer que difiere radicalmente de la del Dalí de 1927. Hay ejemplos de ello en la cara llorosa que Lorca regaló a su amigo Juan Ramírez de Lucas en 1936, en las manos cortadas sangrantes que hizo para Manuel Muntañola en un ejemplar de «Llanto por Ignacio Sánchez Mejías» o en la firma dibujada que entrega a Margarita Xirgu en 1935 y que remata con una luna llorando.

No se puede olvidar que la obra atribuida a Dalí tiene el ambiguo título de «Composición surrealista», puesto que no ayuda a describir lo plasmado en ella. Probablemente, más que una composición surrealista, el dibujo sea una representación plástica de un pasaje de «Martirio de Santa Olalla», uno de los poemas que Lorca incluyó en su «Romancero gitano», tal y como me sugiere el lorquista Rafael Inglada tras contemplar el dibujo. El poeta, en su descripción lírica del martirio de la santa, escribe: «Flora desnuda se sube/ por escalerillas de agua. / El Cónsul pide bandeja/ para los senos de Olalla. / Un chorro de venas verdes/ le brota de la garganta. / Su sexo tiembla enredado/ como un pájaro en las zarzas. / Por el suelo, ya sin norma, / brincan sus manos cortadas/ que aún pueden cruzarse en tenue/ oración decapitada. /Por los rojos agujeros/ donde sus pechos estaban / se ven cielos diminutos /y arroyos de leche blanca. /Mil arbolillos de sangre /le cubren toda la espalda/ y oponen húmedos troncos /al bisturí de las llamas». El dibujo parece una recreación de esos versos lorquianos, algo que Caballero sabía hacer con mano maestra.

La pasada semana pude contemplar el dibujo en los talleres de restauración del Reina Sofía acompañado de María Fernanda Thomás de Carranza. Estuvieron también presentes Paloma Esteban, conservadora jefe del departamento de pintura 1881-1940 del museo, y Jorge García Gómez-Tejedor, jefe de conservación del centro. Este último explicó que, tras someter a varios análisis científicos el dibujo, «no hay dudas de que el papel y la tinta son de los años 30».

Tanto María Fernanda como yo mismo, empezamos a enseñar varios ejemplos de trabajos de Caballero realizados entre 1934 y 1936, los citados en este texto, para demostrar que era el autor de aquel dibujo que se atribuía a Dalí. «Está muy claro. Nosotros también lo hemos investigado con la Fundació Gala-Salvador Dalí tras vuestra comunicación. Sí, todo apunta a que el autor del dibujo es José Caballero.

Es la primera vez en la historia del Reina Sofía que tendremos que cambiar la autoría de una obra. Esto es algo normal en otros museos, pero aquí, no», apuntó Esteban. La conservadora jefe reconoció que lo vio todo claro cuando contempló la dedicatoria que Caballero estampó en el ejemplar del «Llanto por Ignacio Sánchez Mejías» que se guarda en la Biblioteca Nacional. Una vez más, mismo tema y misma manera de hacer, e idéntica forma para la obsesiva plasmación artística de unas cabezas cortadas.

Trabajo conjunto

Desde la Fundació Gala-Salvador Dalí, su directora Montse Aguer también avaló que «estamos ante un dibujo de José Caballero. No es de Dalí». Aguer reconoció que en Figueres se ha trabajado conjuntamente con el Reina Sofía para desvelar el enigma y que «puede pasar que una obra esté mal atribuida». La institución daliniana ha decidido no incluir esta pieza en el catálogo de la obra dibujística del padre de los relojes blandos. En el transcurso de las próximas semanas, según explica Paloma Esteban, el museo abordará el cambio de autoría de la obra señalando a José Caballero ya como autor indiscutible de la misma. De esta forma se cerrará la controversia.

La semana pasada, tras hablar con Aguer, creí que debía informar inmediatamente a María Fernanda Thomás de Carranza y darle las últimas y buenas noticias. «Me gusta saber que piensan como yo. Pero, ¿sabes?, y nunca tuve dudas de que ese dibujo era de Pepe. El Reina Sofía se ha quedado sin un Dalí, pero ha ganado un José Caballero», afirmó feliz María Fernanda.

Y tiene razón.

Cabezas cortadas

José Caballero hizo suyo el tema de las cabezas cortadas, algo que Dalí había tocado en composiciones como “La miel es más dulce que la sangre”. Es durante su trabajo con Lorca para “Llanto por Ignacio Sánchez Mejías” que caballero hace suya esta temática como pasa en este dibujo realizado por el pintor andaluz para Rafael Rodríguez Rapún.