Crítica de libros

La felicidad no está en las redes sociales

Empresario por vocación y escritor por pasión, José Manuel Muriel.
Empresario por vocación y escritor por pasión, José Manuel Muriel.larazon

¿Eres de números o de letras? José Manuel Muriel es de ambas. Empresario por vocación, también es escritor por pasión. En su novela “Una vida en la oscuridad” (Novum) relata la vida de Álvaro, un joven estudiante de arquitectura que desvanece sus posibilidades de ser feliz al elegir una vida de traición, perversión y desengaño. No obstante, afirma Muriel, “Álvaro es lo opuesto a mi forma de ser”.

-¿Cómo es el protagonista?

-Tiene el problema de confundir una atracción física con el amor, y eso es algo contra lo que nadie está vacunado, para no poderlo sufrir. Por otro lado, es una persona a la que le cuesta tomar decisiones, cosa bastante común y se deja arrastrar por los acontecimientos y después le falta valor para reconocer los errores que ha cometido y rectificar. Desafortunadamente hay muchas personas en el mundo como Álvaro, que teniéndolo todo a su alcance, a Luisa, no lo valora, por su forma de ser, terminando por vivir una vida en la oscuridad.

-Es que en esta sociedad la bondad está penada y lo malo es atractivo.

-Es cierto, por un lado lo que parece fácil no nos atrae y, por otro,es más atractivo lo que parece prohibido.

-La felicidad y cómo llegar a ella, o perderla, es un tema fundamental del libro, pero ¿qué es la felicidad?

-Son momentos y no una situación permanente. El que consigue descubrirlos y disfrutarlos, alcanzara la plenitud. Muchas personas simplemente no saben encontrarlos y por consiguiente no pueden disfrutarlos, por eso es tan difícil ser feliz. Por otra parte, bastantes personas no la buscan y viven una vida en la oscuridad.

-Cada vez se pasa más tiempo en las redes sociales e incluso establecemos nuestras relaciones mediante ellas. ¿Se puede conseguir la felicidad en un mundo digital?

-Demasiado tiempo de nuestra vida lo estamos dedicando a Internet y las redes sociales. Y a mí me parece difícil poder alcanzar la felicidad a través de este medio. Pero si alguno lo consigue, adelante, porque el único objetivo que debe presidir nuestra vida es alcanzar la felicidad y, como digo siempre, este objetivo es diferente para cada persona. En mi caso seria imposible pretender alcanzar la felicidad a través del mundo digital.

-¿Es más fácil estar deprimido que intentar ser feliz?

-Ambos estados son igual de fáciles o difíciles. En la mayoría de las ocasiones depende de tu propia voluntad. Tienes que querer ser feliz para alcanzarlo. Muchas veces no tomamos decisiones y nos dejamos llevar y nuestra vida no es feliz ni deprimida, sino oscura, que es la peor situación. Pero creo que con el paso del tiempo vamos madurando y entendemos que el sentido de la vida es tomar decisiones, alcanzar la felicidad y en ese momento nuestra vida parece cambiar. Cuando somos jóvenes, la generación de los 20, pensamos que la vida es un bien infinito, pero con el paso del tiempo descubrimos nuestra equivocación y nos damos cuenta de que es finita y en ese momento es cuando realmente nos ponemos a aprovecharla y disfrutarla.

-Con todo el material de desamor que nos envuelve, películas, canciones, libros..., ¿tenemos algún tipo de presión social para no amar?

-No existe presión para el desamor, lo que ocurre es que hay veces en que preferimos dejarnos llevar por la melancolía en vez de luchar por alcanzar el amor. En ello influye la edad y nuestra forma de ser, que ya nace con nosotros.

-Es extraño que un empresario escriba a menudo cuando su mundo está en los números.

-Mi trabajo es mi vocación y mi forma de vida, por tanto nunca lo aparco. Pero mi única pasión es la escritura, y cuando me pongo a ello me absorbe por completo, me concentro de tal modo que olvido todo lo demás. Es mi sistema para evadirme y dejar mi mente en blanco, a veces es preciso desconectar de nuestro mundo habitual y para mí esta es la forma de hacerlo.

-¿Hay pasiones equivocadas en el mundo empresarial?, como las que tiene Álvaro.

-Sí, existen en todos lados. A veces confundimos una pasión pasajera con un sentimiento estable y eso hace que emprendamos un camino equivocado.