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La polémica rentable

La Razón
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¿Con qué Amis nos quedamos, con el de «La guerra contra el cliché», donde parecía más preocupado por realizar afirmaciones socarronas que en analizar las obras que abordaba, o con el de «El infierno imbécil», en el que se mostró como un maestro del reportaje y la entrevista? El título lo había extraído de Wyndham Lewis, como «metáfora de la infamia humana», y de tal infamia se ocupa el Amis narrador, empleando su libertad creativa para introducirse en campos de sensible calado social. No es historiador ni un teórico de la sociología, de modo que sus provocaciones tienen que ver con el derecho de ser políticamente incorrecto. La cuestión es que a veces su narrativa no ha estado a la altura de las expectativas y la publicidad gratuita que generan los asuntos polémicos. Una de sus últimas novelas, «Lionel Asbo. El estado de Inglaterra», era un enredo sin enjundia sobre el nuevo tipo de rico antisocial y el Londres actual, y su supuesta crítica social acababa siendo inocua. Es en torno al islam donde se le ha acusado más de generalizaciones que buscan desautorizar todas las religiones. En «El segundo avión» se declaraba «antiislamista, porque una fobia es un miedo irracional, y no es irracional temer algo que dice que quiere darte muerte». Sus reflexiones al respecto sobrepasaron los libros y hasta tuvo que pedir disculpas a Salman Rushdie alrededor de unas declaraciones sobre la intervención en Irak. Y es que el prosista y pensador Amis ya es indistinguible del Amis individuo que hace públicas sus diatribas, como sus problemas conyugales o el hecho de deshacerse agriamente de su agente literaria, esposa de su colega Julian Barnes. Un libro sobre Stalin, «Koba el temible», despertó la animadversión de historiadores al equiparar de forma simplona el comunismo con el nazismo, y activó el desprecio de las feministas por «La viuda embarazada». No cabe duda que al astuto Amis le va la marcha. La rentabilidad que saca de ello es impagable.