Literatura

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Lara Moreno: «Cuanto más ocultas el pasado, más vivo permanece»

Publica la novela «Piel de lobo» (Lumen), una aproximación al entramado de dependencias, perjuicios, lealtades y traiciones que surgen en el seno familiar

Lara Moreno / Escritora
Lara Moreno / Escritoralarazon

Publica la novela «Piel de lobo» (Lumen), una aproximación al entramado de dependencias, perjuicios, lealtades y traiciones que surgen en el seno familiar

Porque los silencios a veces chillan. Porque los chillidos en ocasiones no dicen nada. Porque es posible encontrar algo en lo que creer cuando se han perdido todas las certezas... «Piel de lobo» (Lumen) es una novela más emocional que sentimental. Una historia extraordinaria en su normalidad que demuestra que no hace falta que los lobos se disfracen de cordero para que creamos que no nos harán daño. La mirada de Lara Moreno –afilada por la poesía– se dirige hacia dos hermanas muy distintas con un oscuro pasado en común, y bucea en los conflictos familiares como elemento literario.

–La muerte de su padre obliga a Rita y Sofía a convivir unos días, pero el pasado se impone mientras el presente amenaza con desmoronarse.

–La novela arranca con el momento en el que las hermanas van a vaciar la casa donde ha muerto el padre y han pasado tanto tiempo. Luego una rompe con su matrimonio y se refugia en esa casa con su hijo. Y la menor va a ayudarla.

–Ésta es una obra sobre los secretos.

–Es más sobre silencios que sobre secretos.

–¿Qué consecuencias tiene el abuso del silencio en una familia?

–Provoca una calma falsa, un aparente ambiente políticamente correcto donde todo parece que funciona. El silencio solo es agradable y placentero cuando está todo dicho. Pero los silencios muchas veces contienen gritos. Hay que saber interpretarlos.

–¿Cuánto pesa el transcurso del tiempo?

–Lo que sucedió hace mucho puede resultar pesado, pero el paso del tiempo es una carrera inexorable. A veces resulta un alivio que pase y otras, no.

–¿El pasado nunca muere?

–El pasado permanece más vivo cuanto más lo ocultes y menos quieras enfrentarte a él.

–¿Han perdido las palabras su poderío?

–No. Estamos rodeados de palabras, véanse las redes sociales. Lo que se han perdido han sido el reposo y la concentración que antes requerían. Pero la palabra sigue teniendo mucho poder. Es un animal vivo que sirve para el arte, la educación, la política...

–Una palabra oportuna en el momento preciso, ¿qué puede suponer?

–Un bisturí con el que arreglar la herida de forma limpia.

–¿Al escribir, qué son más importantes: los nombres, los verbos o los adjetivos?

–Cuando corrijo un libro acabo quitando adjetivos. Recurro a ellos con mucha asiduidad, me salen de forma innata. Uno puede matar. Me quedaría con el sustantivo.

–¿Cuándo una imagen no vale más que mil palabras?

–Cuando las mil palabras dicen más que la imagen. Mil palabras oportunas en el momento preciso pueden decir más que una imagen. Pero ambas no tienen que estar enfrentadas. Además, las palabras están llenas de imágenes.

–La novela también explora la necesidad de anclarse y de encontrar un lugar al que pertenecer.

–Así es. Todos tenemos la necesidad de pertenecer a un lugar. Hasta el hombre o la mujer más libres, que pasan sus vidas viajando por el mundo.

–¿Se puede encontrar algo en lo que confiar cuando se han perdido todas las certezas?

–Desde luego. Pero basta con creer en uno mismo.

–¿Puede la familia o la vida en sociedad condenarnos?

–Claro. Y también liberarnos. Esa es la complejidad de las relaciones humanas.

–Ha escrito usted una historia dura.

–Sí, pero muy común.

–Es que la vida es dura.

–Exacto. En la novela no hay personajes extraordinarios, aunque todas las personas podemos llegar a ser extraordinarias. Es una historia extraordinaria en su normalidad.

–Que también nos muestra cómo la sociedad debilita a la mujer.

–Muchas generaciones hemos vivido bajo un sistema de valores en el que el hombre estaba por encima. Y todavía luchamos contra eso.

–¿La escritura es machista?

–No, para nada. En todo caso, será el o la que escribe.

–¿Cuántas novelas hay que leer antes de escribir una?

–Resulta bastante difícil ponerle fechas y edades al arte. Hay numerosas obras maestras de autores que con 26 años estaban muertos. Se puede escribir una sin haber leído ninguna antes. Escribir es un acto de libertad. Pero es verdad que si a escribir se aprende, se aprende leyendo. Cuanto más leas, mejor podrás enfrentarte a los recovecos del lenguaje.

–¿Cuáles serían las reglas de oro cuando uno se sienta frente al teclado?

–Escribir sin miedo. Hay quien lo hace con él, como si fuera tan importante como parece. Hay que restarle gravedad. Suéltate, lánzate.

–¿Por qué el título de «Piel de lobo»?

–Porque no hace falta que los lobos se disfracen de cordero. Pero, aun así, nos pensamos que no nos van a hacer daño.

El lector

Lara Moreno no se recuerda sin un libro entre las manos. Si bien antes se informaba a través de los periódicos en papel, ahora lo hace mediante noticias sueltas por internet. Como editora, cree que el gusto literario en España es bastante variado y que «se publican muchísimos libros para los poquísimos lectores que hay».