Angustia con Cronenberg al fondo

La ficción distópica, centrada en una dislocada imaginería futurista, cuenta ya con una cierta tradición en la reciente narrativa española; algunas significativas novelas de Mariano Antolín Rato o Andrés Ibáñez así lo acreditan. Ricardo Menéndez Salmón (Gijón, 1971) ya se revelaba en 2007 con «La ofensa», relato de humanas depredaciones en el marco de la Segunda Guerra Mundial, como un novelista para quien la realidad es el referente simbólico de una profunda denuncia ético-social. Dentro del variado registro temático de su ya consolidada obra literaria, aparece ahora «Homo Lubitz», historia situada en un cercano futuro de competitivas corporaciones empresariales, innovadores proyectos de dudosa moralidad e iniciativas sospechosamente atrabiliarias. Richard O’Hara, que se ha enriquecido con la venta masiva al mercado chino de un novedoso producto farmacéutico, vive en la deshumanizada atmósfera de lujosos hoteles asiáticos –que tanto recuerda a «Lost in Translation» de Sofia Coppola–, junto a singulares personajes como Amanda, la culta y anciana mujer alemana que le sirve de contrapunto dialógico; o Control, un ser de seculares vivencias y rasgos de un característico Gran Hermano, a través de los cuales desarrolla una fábula sobre la vigencia de los sentimientos, la pervivencia del arte, el protagonismo del azar, el imperio de la violencia y la descomposición de la memoria colectiva.

Este O’Hara, cínico ejecutivo fascinado por los accidentes, dato este que remite a una película como «Crash», de David Cronenberg, quien también interviene en la novela, vive obsesionado con la catástrofe aérea provocada por el perturbado piloto Andreas Lubitz –de aquí el título del libro– en 2015. La imprevisibilidad del destino y la incertidumbre de la realidad se erigen así en protagonistas de esta provocativa historia.

Paralelamente, nuestro escéptico héroe ha recibido el encargo de hallar el paisaje reproducido en una misteriosa fotografía que le llevará a un denodado viaje por diversos países. Con un atrevido planteamiento argumental y alucinantes escenarios, esta obra provoca una extraña fascinación, acertado producto de una ensoñada quimera.