Crítica de libros

Antonio Fontán, el espíritu del humanismo

Fue el primer presidente del Senado
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Fue el primer presidente del Senado de la democracia y ministro de Administración Territorial. Nacido en Sevilla en 1923, cursó la carrera de Filosofía y Letras y se licenció en Filología Clásica. Obtuvo el título de doctor con sólo 26 años. También estudió Periodismo. Ejerció su cátedra en Granada, Pamplona y Madrid, y creó el Instituto de Periodismo de la Universidad de Navarra. Impulsó la libertad de expresión desde el diario «Madrid», hasta que éste fue clausurado.

El Instituto Internacional de Prensa lo nombraría por ello «Héroe de la libertad». Creó las revistas «La Actualidad Española» y «Nuestro Tiempo» y fue miembro del consejo privado del Conde de Barcelona y de la comisión de profesores del Príncipe. A estas tres facetas dedicó su vida, la intelectual en la universidad, la periodística y la política. Éstos son rasgos de la biografía que le ha dedicado Arturo Moreno, «Don Antonio Fontán Pérez. El espíritu de la política» (Eiunsa). Con ella ha querido plasmar «el espíritu de la Transición que encarnó en su persona». Para él, «fue un humanista de gran formación en estudios clásicos, sustentada en la trascendencia de sus valores cristianos y que se fortaleció con la experiencia. Su aportación a la Transición fue un acto de ciudadanía a la manera griega, protagonista y responsable de la "polis", un ejemplo de intelectual comprometido basado en la responsabilidad moral y en su constante empeño de contribuir a la construcción de la nación en el periodo histórico que le tocó vivir», explica.

Ideario cristiano

Según Moreno, «su compromiso parte de la tradición católica y monárquica de su familia. La Monarquía como instrumento de paz y reconciliación que abriría las puertas de la democracia y las libertades. Su 'motivación fue la restauración monárquica como forma de garantizar la continuidad de la nación, como pilar de la reconstrucción nacional y política. Su ideario se basó en su cultura cristiana, el liberalismo y el patriotismo español». Su liberalismo político queda especiamente resaltado en este documentado volumen, «sobre todo –comenta el autor– el que se echa en falta ahora, el humanista, responsable y ético, el de servir a un proyecto de superación realista, con voluntad firme y compartida, constructivo, conciliador, integrador y a la altura del momento y del legado histórico recibido». Y continúa: «Ahora, en el momento en que vivimos, esos valores de la Transición vendrían bien: la unidad nacional, el diálogo, el valor del entendimiento sin dogmatismos para poner los intereses de la nación por encima de los partidistas y el entendimiento de la política como servicio a la comunidad nacional». El volumen destaca también sus cualidades humanas: «Fue un forjador de personas útiles a las que trató de alentar la libertad y la responsabilidad profesional y moral, la generosidad en la entrega al servicio de los demás, la cordialidad, la lealtad, la amistad y su hombría de bien».

Gran amigo de Suárez y Garrigues

Con Garrigues Walker, Fontán fundó el Partido Demócrata, de inspiración liberal. Grandes amigos, estaban perfectamente compenetrados. Garrigues asumió el liderazgo y Fontán era su garante. En 1977 se constituye la coalición electoral Centro Democrático de la que formaron parte. La coincidencia de ésta junto a los propósitos democráticos de Suárez hizo que ese año se fundara la Unión del Centro Democrático (UCD), partido reformista y moderado llamado a gobernar España en el periodo medular de la Transición.