Libros

Libros

«En ‘‘C.S.I.’’ hasta los muertos son estéticos»

Eva García Sáenz de Urturi / Escritora. El inspector Unai «Kraken» vuelve a la acción con «Los ritos del agua», la segunda parte de la trilogía de la vitoriana

Eva García Sáenz de Urturi / Escritora
Eva García Sáenz de Urturi / Escritoralarazon

El inspector Unai «Kraken» vuelve a la acción con «Los ritos del agua», la segunda parte de la trilogía de la vitoriana

Unai «Kraken» ha vuelto. Después de sufrir el desgaste de los casos de «El silencio de la ciudad blanca», el inspector regresa en la segunda parte de la trilogía de Eva García Sáenz de Urturi, «Los ritos del agua» (Planeta). Aunque esta vez lo hará convertido en asesor externo del caso y con la obligación de recuperar el habla a marchas forzadas para ser operativo. Ha perdido una de sus herramientas principales para poder interrogar y, aun así, debe rastrear a todo su entorno cercano bajo un halo celta. Es la nueva historia que presenta la Alavesa del Año mientras ya cocina la última entrega. Una saga que casi le ha privado de su «querida» Vitoria:

–Me he quedado sin vida. Realmente no puedo ir por la calle Dato. Y en Villaverde me pasa lo mismo: la gente sube hasta allí y te pillan desayunando, en pijama, con los críos... para pedir una firma.

–Pues le queda la tercera parte...

–Ya... (suspira).

–Está a tiempo de pensárselo.

–(Risas) Sí, todavía puedo salir corriendo.

–De momento, lo que ya se ha afianzado son las rutas para seguir a Kraken.

–Empezaron para solo tres semanas y ya hemos enlazado la Ruta del Silencio y con la de los Ritos.

–¿Cómo ha evolucionado? Porque le quedan secuelas.

–Partimos de que está mudo, sufre una afasia de Broca por la bala que tiene en el cerebro, y no sabe si quiere seguir siendo investigador o quedarse tranquilo en su pueblo (Villaverde). Pero que la persona que aparece asesinada fuese su primer amor le obliga a volver.

–No tiene otra.

–Y no solo eso, sino que le desvirgó a él y a sus tres mejores amigos de la cuadrilla. Y encima estaba embarazada.

–Lo tiene todo.

–Sí. Unai, además, se encuentra con que Alba también lo está y no sabe si es de él o de otro, y si él es el padre está amenazado. Así que se mete a investigar aunque siga de baja.

–No se despega del mundo policial.

–Me gusta escribir sobre quién lo hizo, mostrar sospechosos y pistas falsas, marear al lector con ahora es éste y luego el otro... En este caso se mezcla con la historia y la arqueología.

–A la etapa celta...

–Quería reivindicar el pasado celtíbero que tenemos en el norte y hablo de la triple muerte celta con la que se sacrificaba hace 2.600 años. Se presentaban las víctimas a los tres dioses principales y los mataban de tres maneras diferentes: quemados, colgados de un árbol y sumergidos en un caldero de bronce.

–En su día cambió la novela histórica por la negra, pero aquí tenemos mucho de la primera.

–Sí, pero en la tercera parte sí que va a ser una mezcla total.

–¿Cerrará esa el ciclo al 100%?

–La situación actual de Kraken, sí, pero me apetece mucho continuar y no lo descarto. Se me ocurren más casos.

–Sin salir de Vitoria.

–Siempre va a vivir ahí, pero igual le hago viajar a Asturias, Irlanda o Escocia.

–Cuando escribió «El silencio de la ciudad blanca» devoraba las series policiacas, ¿sigue enganchada?

–Completamente. Como ahora estoy documentándome veo muchas históricas: «Vikingos», «The White Queen», «The Young Pope», «True Detective», «The Good Wife», «Juego de tronos», «Broadchurch»...

–Y todavía tiene tiempo para hacer los cursos policiales.

–Este año he hecho cinco o seis, además de los dos anteriores, pero han sido tan duros que no he metido nada. De ciberdelincuencia he aprendido mucho, aunque vi tanta porquería y depravación que he pasado. Simplemente he escrito un párrafo de advertencia. Y del de atención a víctimas sexuales fue tan duro que ni me lo he planteado. Cuanto más sé, menos meto porque me horrorizo de la realidad. Si yo acabo con el estómago revuelto no quiero que a la gente le pase cuando me lea. Pero todo ello me sirve par que Unai vaya seguro por la vida y sea un buen perfilador. Creo que ya se suficiente de criminología.

–Sabrá más que alguno.

–Y los puntos que me han dado; si me sacase la plaza de policía, tendría muchas opciones para ser inspectora.

–Pues ya sabe...

–Ni de coña. Ni aunque pagasen todo el oro del mundo. Tiene que ser muy vocacional o te quedas tocado de por vida. Todos los días tratando con lo peor de la sociedad.

–Descartamos la opción de «Castle» entonces.

–No tiene nada que ver lo de las series con la realidad. Cuando ves las fotos de los cadáveres en Medicina Forense... En «C.S.I.» hasta lo muertos son estéticos, porque si ves las expresiones de alguien asesinado de verdad, muriendo con dolor... No se te va.

–¿Se le aparecen por las noches?

–Sí, las fotos de los quemados me impresionan mucho: la postura del boxeador y saber que los sesos suelen explotar.

–Qué agradable...

–Sí... Hierven y explotan, pero después lo músculos se deshidratan y se quedan así (repite la postura del boxeador). Por cosas como ésta es muy fácil para el policía ver si es una muerte natural o no.

–¿Pone el chip de investigadora frente a una noticia?

–Cuando sale un caso me imagino al tipo de persona que lo ha hecho porque he aprendido mucho de psicología. Soy más consciente de todo.

–Para cerrar: un adelanto de la tercera entrega.

–Va a ser un «flashback» histórico. No puedo decir la época, pero con un poso del pasado muy importante, también voy a retomar personajes y la trama personal de Unai continuará, pero, sobre todo, va a ser una mezcla de géneros.