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Finnegan busca la gran ola

Finnegan busca la gran ola
Finnegan busca la gran olalarazon

Hay personas cuya vida es inseparable de una gran pasión. Es el caso de William Finnegan (Nueva York, 1952) y su relación con el surf, que es la esencia de este libro ganador del Premio Pulitzer de biografía. Finnegan aprendió a surfear en Hawai, donde su padre trasladó a la familia durante dos años por motivos estrictamente de trabajo. Era el comienzo de su adolescencia y las dificultades que tenía en el colegio por ser blanco encuentran alivio y compensación al ganarse el respeto de los nativos sobre una tabla de surf. Desde entonces recorrerá el mundo en busca de la gran ola, vagabundeando, a veces muerto de hambre por el Pacífico, Asia, Australia, Indonesia o Thailandia. En San Francisco conoce a la que será su mujer, con quien acaba instalándose en Nueva York. Finnegan vivió la época de la contracultura, las drogas, los hippies, los movimientos en contra de la guerra de Vietnam y a favor del desarme nuclear.

En Suráfrica desempeñó labores como profesor y descubrió la necesidad de luchar contra la injusticia. Trabajará como reportero de guerra o de regiones en conflicto. Pero en su vida siempre estará presente una tabla de surf. Dice en un momento del libro que casi todo lo que ocurre en el agua es inefable y el lenguaje no sirve de mucha ayuda.

Sin embargo, aquí tenemos unas seiscientas páginas con abundantes descripciones de olas y la forma en que se zambulle en ellas: olas que te arrastran como gigantes hambrientos, momentos inmensos y resplandecientes en los que consigue meterse en un tubo verdeazulado liso y profundo. La expresividad y el vigor narrativo son tan potentes que entendemos enseguida todo lo que hay de emoción en esa «agotadora razón para vivir, muy exigente físicamente, que te empapaba de alegría». A menudo, el recuerdo de las olas es inseparable de los amigos con quienes intentó ascender por sus paredes y que han formado parte de su vida. Cuando sus condiciones físicas disminuyen con la edad rebaja la intensidad, pero sigue surfeando los inviernos en Madeira. «Años salvajes» es un libro intenso con múltiples lecciones vitales para disfrutar: cuando una ola enorme te arrastra hay que relajarse, no malgastar el oxígeno y conservar la energía para poder salir a la superficie.