Literatura

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Los nuevos caminos de Hipólito Navarro

El escritor andaluz rompe su silencio editorial de 12 años con «La vuelta al día», una colección de cuentos recientes y antiguos

Hipólito Navarro, escritor
Hipólito Navarro, escritorlarazon

El escritor andaluz rompe su silencio editorial de 12 años con «La vuelta al día», una colección de cuentos recientes y antiguos

Lo que más tiempo y trabajo le tomó a Hipólito Navarro en su nuevo libro de cuentos fue armar una estructura coherente: «No veía la manera de que no saliera un monstruo de Frankenstein», asegura. Finalmente, logró dividirlo en cinco partes que funcionan muy bien tanto juntas como por separado: «Un libro misceláneo», dice el autor. Y, sin embargo, desde que «La vuelta al día» (Páginas de espuma) salió a la venta, la mayoría ha optado por una lectura a lo Rayuela: dando saltos de un «capítulo» a otro sin interesarse por el orden. «Mi peor temor era uno que resultó absurdo: el de la estructura. Ahora me doy cuenta de que el lector es mucho más libre que el autor», dice Navarro, resignado.

Aun así, hay motivos de celebración, ya que tras 12 años sin publicar ha vuelto a hacerlo finalmente. «Creo que los autores, cuando estamos entretenidos con nuestras criaturas, no sentimos el paso del tiempo. Aunque me gustaban todas las piezas que agrupa el volumen, no me atrevía a salir con un libro nuevo. Así que las he estado puliendo, peinando. Publicarlo, finalmente, es decir: “¡Ya basta!”», explica el autor. Entre las partes que conforman esta recopilación están, por ejemplo, media docena de cuentos que se editaron hace años pero nunca se distribuyeron. Otros tantos son encargos que le han hecho al autor durante los últimos años –«cuando me piden prólogos, me salen cuentos», confiesa–, así como una novela, «Las medusas de Niza” (Premio Ateneo de Valladolid), que vuelve a publicar dividida y reescrita en forma de relatos independientes: «Al publicarla, sentí que había traicionado mi género favorito, por eso los reconvertí en lo que tenían que haber sido siempre», dice.

Sin duda, el cuento es donde más cómodo se encuentra este autor andaluz, que confiesa que ha sentido a menudo -y sucumbido- ante «la terrible presión» de publicar novelas: «Vivir del cuento es tan dificil que necesitas escribir novelas para pagar la hipotéca, ganar premios millonarios y estas cosas...», ironiza. Sin embargo, sigue firmemente defendiendo el género: «Los lectores del cuento son cómplices de la exactitud que éste requiere, saben que son una criatura que exige su atención. Dedico mucho tiempo a buscar el adjetivo justo, a lograr que las frases suenen como a mí me gusta, que su respiración y sus latidos se acompasen con los míos. Y el lector del cuento valora y recompensa ese esfuerzo. Es posible que la recompensa sea de menos cantidad de lectores, pero por eso abrí el libro con una cita de Nietzsche: ”Hay que apartar de nosotros el mal gusto de querer coincidir con muchos”. No hay que coincidir con muchos, sino con los tuyos, aquellos para los que has estado escribiendo hasta la madrugada».

Como sugiere el titular, este libro es también un homenaje a Julio Cortázar, autor que ha tenido gran influencia en Navarro y del que ha “copiado” involuntariamente su trayectoria literaria. «Yo había publicado 4 libritos de cuentos, como Cortázar. Él reunió también dos de ellos en “Ceremonias” (Sexibarral), que es uno de los libros privilegiados de mis estantes. Cuando Seixbarral me hizo el regalo de reunir mis dos mejores en “Los últimos percances”, fue como la culminación del sueño de un muchacho que había vivido en un pueblito de 600 habitantes, cuyos padres habían tenido un solo libro en casa –un manual de poda y tala– y que se enamoró de las palabras», afirma Navarro. «Luego se publicó la antología “El pez volador” (Páginas de espuma) y con eso había dado por cerrado mi particular quiosco de la ficción. Pero cuando me encontré con el material que hoy conforma “La vuelta al día”, recordé que Julio había publicado unos libros misceláneos (“El último round” y “La vuelta al día en 80 mundos”) y, a la vez, me di cuenta de que mi siguiente libro tenía que ser también misceláneo. Alguien se va a dar cuenta de lo que estoy haciendo, pensaba. “Éste copia la trayectoria de su autor admirado, ¡qué patético!”, creí que iba a pensar la gente», ríe.

Navarro insiste en que daba por cerrado su taller de ficción porque sus más recientes trabajos, algunos incluidos también en este libro, son mucho más autobiográficos. Exploran, por ejemplo, los tiempos de su infancia, la ausencia prolongada de su padre y su muerte, así como sus primeros contactos con la literatura a través, justamente, de aquel manual de poda y tala. «Mi casa actual está forrada de libros, pero los cambiaría todos por ése, que mi padre guardaba en una caja fuerte en la bodega del bar. Él lo sacaba y me lo mostraba página a página, aunque no me dejaba tocarlo: “Los libros son lo más importante del mundo”, me decía», recuerda el autor. El humor, parte indiferenciable de su estilo, no deja de estar presente en lo que llama este «nuevo camino» literario, aunque en algunos relatos aparece en una versión «más delicada, no tan socarrón», según explica Navarro.

En la familia también se encuentra la semilla de lo que podría ser su próximo trabajo: «Mi abuelo fue herrero en Nueva York y mi padre migró en los años 60 a Alemania para trabajar. Yo también me trasladé, pero de los pueblos de Huelva a Sevilla, y es posible que mi hijo, en busca de trabajo, también tenga que migrar. Por eso me gustaría escarbar en esa historia familiar», reflexiona Navarro.

Título: La vuelta al día

Autor: Hipólito G. Navarro

Editorial: Páginas de espuma

Páginas: 256

Precio: 16,35 euros

Ebook: 5,99 euros