Literatura

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Marilynne Robinson: «Las historias que escribo son como si las soñara»

Marilynne Robinson
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Hay quien dice que no falta mucho para que la escritora norteamericana Marilynne Robinson gane el Nobel. Esta semana ha estado en Barcelona, y ha hablado con Efe de «Lila», una historia de amor protagonizada por una joven sin hogar y un anciano reverendo. Lacónica en sus respuestas, la autora señala que sus relatos, los últimos ambientados en la ficticia población de Gilead, en el estado de Iowa, surgen un poco «como si los soñara», con personajes que quedan dentro de su mente y que acaban pidiendo salir.

«Lila» (Galaxia Gutenberg/Edicions de 1984), puede considerarse la tercera parte de una saga que inició con «Gilead», premio Pulitzer 2005 y National Book Critics 2004, y que continuó con «En casa», distinguida con el Orange Prize. Con su larga cabellera blanca y su hablar pausado, asegura que el personaje de «Lila» lo tenía muy presente en su interior desde que acabara las otras dos novelas, pero «me resistía a la idea de una secuela». Sin embargo, «los personajes tenían tanta fuerza como para hacer otra y aquí está la tercera», explica.

El lector que se enfrente a este texto esperanzador podrá conocer la peripecia de una joven, a partir de sus cuatro o cinco años, en la década de 1920, en el Medio Oeste estadounidense, donde vive con un grupo de personas, sin que nadie se preocupe mucho por ella, lo que posibilita que una noche una mujer conocida como Doll se la lleve de allí e inicie una vida recorriendo polvorientos caminos. Un día de tormenta, Lila acabará en la iglesia de Gilead, donde ejerce el reverendo John Ames, con quien acabará estableciendo una particular relación, con hijo incluido.