Olor a muerte y Chanel

Entre el lujo y la oscuridad, entre lo dorado y lo turbio, entre el perfume de Chanel y el hedor de la muerte, Marta Robles se ha animado a dar el salto y abordar su primera incursión en lo negro y criminal con una ambiciosa obra que recorre los escenarios y los temas más escalofriantes de las últimas décadas. Tomando como punto de partida dos pilares del género detectivesco, la «femme fatale» y el detective desencantado, nos plantea una trama turbia en la que el sexo juega un papel crucial.

Narrada en tercera persona, se sustenta en personajes llenos de matices para denunciar la violencia sexual como instrumento de guerra, la connivencia entre los grandes poderes económicos y la delincuencia organizada, el antisemitismo, la trata de mujeres y niñas, la violencia machista o la mercantilización de la cultura. De la mano de Robles viajamos por Londres, Buenos Aires y Venecia y nos codeamos con la antigua aristocracia madrileña y los nuevos ricos para descender, también, a los garitos de música o a los escenarios de las recientes guerras.

Misia Rothman es una mujer fatal que no ejerce. Causa fascinación en los hombres que la conocen, envuelta en su perfume de violetas que «hace juego con sus ojos», pero nunca trata de sacar provecho de ello. Es la fiel esposa de un multimillonario del mundo de la comunicación hasta que cae fascinada por el encanto de Armando Artigas, el escritor de más éxito del momento, cosmopolita, mujeriego y profundamente cínico. La personalidad del novelista es la del depredador consciente. Sólo se relaciona con casadas porque necesita «todo mi tiempo y mi espacio para mí», porque le gusta el riesgo y porque sabe que las «bien casadas» (con posición, maridos ricos y mucho que perder) no se arriesgan con tonterías, ni abandonan a sus esposos. Planea el cerco, es consciente de su atractivo y de lo que puede obtener. Las usará, las disfrutará y cuando le estorben, ¿sería capaz de deshacerse de ellas hasta el extremo de matarlas?

Alma con cicatrices

Eso es lo que tendrá que averiguar el detective Roures (Robles, en catalán y Carvalho en gallego). Ha pasado por las peores contiendas de la historia reciente y tiene el alma llena de cicatrices. Ha visto lo peor del ser humano y a punto estuvo de perder a Isabel en África, durante un suceso por el que no se perdona. Mientras se reinventa desde una modesta buhardilla de Malasaña, acude a él Katia Cohen con un extraordinario convencimiento: Artigas no solo mató a su madre, de quien fue amante, sino que ha asesinado al menos a otras tres mujeres. Lo que en un principio le parece una enorme fabulación, teniendo en cuenta que Artigas parece estar por encima del bien y del mal, acabará teniendo sentido cuando Roures compruebe que los focos que le iluminan dejan muchas zonas de sombra.

Una tercera trama irrumpe cuando Isabel regrese a la vida de nuestro investigador para pedirle colaboración en un asunto muy duro: que la ayude en su cruzada contra la trata de mujeres y niñas. Algo a lo que no podrá negarse nuestro héroe, que, aunque descreído y lleno de cicatrices, se rige por un código ético que le empuja a hacer cualquier cosa por lealtad o por amor. Es ésta una novela equilibrada que posee todos los ingredientes del género y mezcla a la perfección tramas y subtramas con personajes bien definidos que se mueven entre diversidad de acontecimientos. Tensión creciente, riesgo, pasión, violencia, recuerdos paralizantes y sexo. Sexo explícito, en absoluto gratuito, y perfectamente narrado. Un libro muy recomendable que apunta a convertirse en saga.