Literatura

Lorca

¿Puede Lorca anunciar una lavadora?

Desde ayer, la obra de autores como Valle-Inclán, Unamuno, Muñoz Seca, Lorca y Ramiro de Maeztu, entre otros (la lista completa que ha publicado la Biblioteca Nacional de España reúne 363 nombres), pasa a ser de dominio público. Además, se podrá acceder a ella digitalmente en la web de la institución. Se trata de autores fallecidos en 1936

Obra de Antonio de Felipe para la exposición «Ciento y... postalicas a Federico García Lorca»
Obra de Antonio de Felipe para la exposición «Ciento y... postalicas a Federico García Lorca»larazon

Desde ayer la obra de 363 escritores españoles, entre las que se encuentran las del autor del «Romancero gitano», es de dominio público. ¿Qué quiere decir? Que es de libre reproducción sin tener que pagar derechos a sus herederos.

Para José Carlos Mainer, catedrático de la Universidad de Zaragoza y asesor de la lista de autores españoles publicada por la Biblioteca Nacional de España que desde ayer son de dominio público, la Guerra Civil fue una «catástrofe cultural, al margen de identificaciones retrospectivas con sus actores, una sangrienta confrontación de simbologías culturales antagónicas que preconizaba su mutua destrucción». La institución publica el extenso listado, como viene haciendo desde hace tres años, que reúne a escritores que fallecieron en 1936, con la novedad de que este año los nombres son de campanillas. ¿Qué significa que son de «dominio público»? Antonio María Ávila, director ejecutivo de la Federación Española de Gremios de Libreros, lo explica claramente: «Que la edición es libre. Desde ayer yo puedo editar una obra de Valle-Inclán, pongamos por caso, sin necesidad de tener el consentimiento de sus herederos ni de entenderme con ellos, lo que implica que hago uso sin pago de derechos, lo que a su vez conlleva un abaratamiento del proceso».

La segunda cuestión que surge es a qué se hace extensible el término «dominio público». ¿Puedo utilizar el nombre «Lorca» para anunciar una marca de lavadora o un todoterreno, por ejemplo? La respuesta para los expertos en derechos de propiedad intelectual no admite dudas: no puedo. Ricardo Pérez-Solero, profesor del Máster en Dirección de Comunicación y Publicidad y del Programa Superior en Gestión Publicitaria de ESIC, se muestra tajante: «No, porque estaríamos en otro ámbito completamente distinto, que es el del uso de un nombre y el de los derechos morales, que no está regulado por la Ley de Propiedad Intelectual de 1987. Si yo fragmento, por ejemplo, una obra escrita por Lorca para un anuncio publicitario de guisantes estoy realizando un aprovechamiento indebido del esfuerzo ajeno, que puede crear confusión entre los consumidores y, por tanto, sus herederos estarán en su derecho, si lo consideran, de demandarme porque además de salvaguardar el nombre percibirían un rédito económico», explica. ¿Y los derechos morales prescriben? «Son imprescriptibles, es decir que no pierden vigencia ni validez», contesta. Queda claro, pues, que el uso de la obra es libre, pero no el del nombre.

- 70 años de su muerte

Otra cuestión que nos podemos plantear es cuál es la duración de los derechos de propiedad intelectual. El plazo general de los derechos de explotación de una obra es la vida del autor y setenta años después de su muerte, aunque existen otros para los derechos morales y para otras prestaciones, así como para las obras de autores fallecidos antes de 1987. Federico Fernández Latorre, director del despacho API Asesores, explica que todas las obras poseen lo que se denomina un «plazo de protección» durante el cual nadie puede utilizarlas sin permiso. Es lo que establece la citada ley de Propiedad Intelectual, los setenta años desde el fallecimiento de su autor. El dominio público no se aplica a derechos morales, aunque el autor tiene derecho a ser reconocido como tal autor y a la integridad de su obra», señala. Lo que enlaza con un problema que, como comenta Ávila, puede darse a partir de ahora: «Van a proliferar la ediciones de autores cuyos derechos estén libres, así que nos toparemos con obras exquisitamente cuidadas y otras que no lo estén tanto, pues se va a producir un abaratamiento de su proceso de publicación al no existir el pago a los herederos».

Sin ir más lejos, desde ayer están a la venta los tres primeros tomos de las obras completas de Valle-Inclán de un total de cinco, lujosamente editados por la Biblioteca Castro, edición que ha contado con la supervisión del Grupo de Investigación Valle-Inclán de la Universidad de Santiago de Compostela dirigido por Margarita Santos Zas. A la pregunta de si la fecha de venta (ayer) se hacía coincidir expresamente con la liberalización de derechos, desde la Fundación nos aseguran que «tiene efectivamente que ver. Queríamos que saliera precisamente este día y que estuviera a disposición del público el 2 de enero, de ahí que hayamos empezado la campaña en los pasados meses de noviembre y diciembre. Los otros dos volúmenes, que agrupan el teatro y la poesía, verán la luz a finales de 2017», lo que significa que la obra completa del inventor del esperpento quedará editada este año. Además, DeBolsillo publicará el próximo 16 de febrero «Las comedias bárbaras» y «Sonatas. Primeras narraciones».

¿Y Lorca? ¿Van a proliferar este año las reediciones de sus textos puesto que sus obras están libres de derechos? También DeBolsillo pondrá a la venta una nueva edición de tres de sus textos cruciales: «Bodas de sangre», «La casa de Bernarda Alba» –junto con la comedia «Lo sueños de mi prima Aurelia, en la que trabajaba en el momento de su muerte– y «Romancero gitano», prologadas por Víctor Fernández. Otra cuestión es si va a afectar a la puesta en escena de estos autores el que no haya que pagar una contraprestación económica a los herederos. ¿Veremos a partir de este año más a Valle o a Unamuno? El director teatral Juan Carlos Pérez de la Fuente asegura que «nunca me ha movido para representar a un autor el tema de los derechos. Me queda mucho Unamuno y mucho Valle por montar todavía, espero. Y te diré que en mis años como director de teatros públicos jamás he firmado una versión. Imagino que el estar las obras de ciertos nombres libres de derechos sí puede mover a hacer versiones de todo, pero no va a ser mi móvil el económico, desde luego».

Según Ana Santos Aramburo, directora de la Biblioteca Nacional, la «liberación» de los autores fallecidos en el 36 (un total de 363 catalogados por la institución, con cerca de 500 obras digitalizadas y puestas a disposición del público desde antes de ayer), «va a ser muy beneficiosa para fomentar la investigación, así como para recordar a estos autores importantes o rescatar a otros que han caído en el olvido». La BNE lleva tres años sacando una lista con los autores que pasan a ser de dominio público. «Si no ponemos todo a disposición en la web es porque no damos abasto», añade. La Biblioteca prepara para las próximas semanas un enlace con muchas más información sobre la vida y obra de los escritores fallecidos en el año 1936.

Una tragedia para la cultura

El año 1936 fue fatídico para España y para la cultura española. Muchos fueron los grandes nombres de las letras y el pensamientoque fallecieron a lo largo de ese año. El listado publicado por la Biblioteca Nacional de España recoge a 363 autores. «Recordar el elenco de muertos de los primeros seis meses de la Guerra Civil nos acerca a los términos de una tragedia que se prolongó por dos años y medio más», señala José Carlos Mainer. En esta lista aparecen los nombres, además de los autores ya citados, de Torres Quevedo, Eugenio Noel, José Antonio Primo de Rivera, Ciges Aparicio, Cotarelo y Mori, Álvaro Alcalá Galiano, Rafael Alcocer, Vicente Alonso Martínez y Miguel Blay, entre otros, algunos de ellos hoy caídos en un relativo olvido. Además de la digitalización de las obras de estos autores, la BNE presentará un portal dedicado a escritores relacionados con la literatura española en el que habrá un espacio dedicado a los fallecidos en 1936 y en el que se ofrecerá una breve semblanza de la vida y obra de los mismos.