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Para la RAE ya es correcto "zasca", "sieso"y "beatlemanía"

"Bordería”, “mensajear”, “antitaurino”, “agendar” y “muesli” son algunos de los nuevos términos aprobados por los académicos y se ha suprimido la etimología de “Etarra”.

Diccionario de la RAE
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"Bordería”, “mensajear”, “antitaurino”, “agendar” y “muesli” son algunos de los nuevos términos aprobados por los académicos y se ha suprimido la etimología de “Etarra”.

Las novedades de la 23ª edición de la DRAE también pueden glosarse en unas cifras muy concretas: 1.100 modificaciones, entre las cuales existen 229 adiciones y 88 adiciones de acepción. El nuevo léxico procede desde distintas áreas del conocimiento y el desarrollo, como la informática y la tecnología, la ciencia o la lengua marginal o vulgar. Entre las más llamativas está “mensajear”, que forma parte de la conversación de los hablantes desde hace varios años. Pero la actualidad también repercute en el diccionario y esto puede apreciarse particularmente con el cambio climático, cuya irrupción en los medios de información, ha traído la difusión de una terminología que antes no era tan de uso común, como puede verse con la introducción de “arboricidio”. Pero existen otros términos que han llamado la atención de los académicos, como “centrocampismo”, que viene del deporte, o “beatlemanía”, procedente de la música, una palabra que, como explicó Paz Battaner, directora del DLE, pertenece a un grupo de léxico que, por su formación, “la academia no tiene todavía una solución adoptada. Pero en el caso preciso de “beatlemanía”, que se ha adaptado de una manera tan rápida al español, no ha habido problema. “Mani” viene de nuestra lengua, por eso hemos tratado esta palabra como propia del idioma”.

Otra peculiaridad que ha llamado la atención es la inclusión de “zasca”, muy extendida en los cómics y, sobre todo, en las redes sociales, y que también quiso explicar la misma Battaner: “Lo que llama la atención de ella es que lleva la marca España, porque su uso está restringido a nuestro país”. A esta lista también hay que sumar otros términos muy extendidos y de uso común, como es el caso de “Antitaurino”, “testear”, “cumplemés”, “identitario”, “panhispanismo”, “bordería”, “agendar”, “casteller” o “casoplón”.

Como subrayó Santiago Muñoz Machado, director de la RAE, en la presentación de las actualizaciones del diccionario, no se ha admitido todavía “microfonar”, que es de uso extendido en los medios de comunicación, pero sí han incorporado al glosario del español extranjerismos puros, que todavía no han encontrado acomodo en el castellano. Las novedades más llamativas en este apartado son: “Penthouse”, “brioche”, “brunch”. Sobre esta última, Paz Battaner precisó: “A veces hay de dos o tres maneras de introducir términos en el diccionario, porque aparecen reflejados en la forma de extranjerismos crudo, pero también pueden venir en cursiva, que es el caso de “brioche”. Eso depende de dos cosas: una de las acepciones se acerca más a la pronunciación y la otra, a la ortografía”.

Respecto al capítulo de modificaciones llama la atención la adición de la mayúscula “H” a “Holocausto” en una de sus acepciones y la supresión de la etimología en la palabra “etarra”, una decisión que se trató de explicar ayer. “No podríamos poner la mano para todas las etimologías de las palabras del DRAE. Es una cuestión que me ha gustado señalar, porque dentro del español este sufjo en “rro” y “rra”, que pertenece a una etimología prerromana. Se duda si es puramente vasco o ibérico, que es una lengua que se transcribe, pero que no se entiende demasiado. Como todas las lenguas que viven juntas, estas dos se contaminaron. Los hablantes vinculan este vocablo al País Vasco, pero ahí el término que se emplea es “abertzale”, no etarra. Parece ser que ésta es una formación que llega de fuera del País Vasco y no sabemos quién la formó”.

Santiago Muñoz Machado, que estuvo acompañado en el acto por Paz Battaner, directora del DLE, y Raquel Montenegro, directora de la Academia Guatemalteca de la Lengua, avanzó que la próxima edición, la 24ª, presentará grandes novedades sobre su predecesora, “hasta el punto que la podemos llamar revolucionaria, porque es muy ambiciosa en cuanto planteamientos”. Pero respecto a la posibilidad de que se imprima surgieron más dudas, como detalló la propia Paz Battaner: “¿Ustedes consultan el diccionario en papel? Muy poco, ¿verdad? Esta es la respuesta a las dudas. Todos los libros de referencia a los que se acude para buscar una referencia concreta ya no se consultan en papel. Hoy nadie compra enciclopedias. Hoy las personas entran en cualquier dispositivo y tienen esa información. Lo que hay que enseñar a los estudiantes es a elegir bien la información que se consulta en la red; no hay que enseñarles a buscar por alfabeto o tema, sino saber manejarse en internet. Seguramente ese diccionario se verá exclusivamente en la red, pero la RAE se resiste a no tener un volumen impreso. Hay 23 ediciones progresivas de esta obra. Esto es muy extraño en el mundo occidental. Muy posiblemente se hará alguna edición. Ya hay académicos, de hecho, que están en ello”.