Historia

Historia

Mary Beard, la historia de Roma entra en el siglo XXI

El reconocimiento con el que cuenta Mary Beard le ha costado algún «trolleo» en la red
El reconocimiento con el que cuenta Mary Beard le ha costado algún «trolleo» en la redlarazon

Un fin de semana perfecto para ella no puede pasar sin una copa de vino. Prefiere el takeaway a los restaurantes y entre el pilates o yoga se decanta mejor por un paseo en bici. Se manifestó en contra de la independencia escocesa y es europeísta, paunto relevante en un país que está a punto de celebrar un referéndum sin precedentes sobre su futuro en la Unión Europea. Asegura no poder comprender «lo que sería una mujer sin ser una feminista». Hay mil maneras de presentar Mary Beard (Much Wenlock, 1 de enero de 1955), la historiadora británica que ayer ganó el Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales.

Considerada una de las especialistas sobre la Antigüedad más relevantes, en el Reino Unido también la conoce como «la mujer del cabello gris». Su imagen desaliñada no pasa desapercibida en pantalla, donde embelesa en cuando comienza con sus explicaciones en los documentales que presenta en la BBC. Para el profesor de la Universidad de Saint Andrews, Stephen Halliwell, ningún clasicista actual combina con tanta eficacia la excelencia profesional en el estudio de las culturas de Grecia y Roma con una habilidad excepcional para comunicar el interés y la importancia de tal investigación a una audiencia tan amplia. A Beard, sin embargo, le gusta bromear y asegura que sólo es «esa chica excéntrica que habla de Romanos».

El jurado reconoció ayer en ella su «sobresaliente contribución al estudio, la cultura, la política y la sociedad grecolatina». No en vano, la catedrática de Clásicas en el Newhham College de la Universidad de Cambridge, fue considerada en 2014 una de los pensadoras más influyentes del mundo por la revista Prospect Magazine y se da la coincidencia que también fue candidata al Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades que se falló la semana pasada.

La historiadora recibió la noticia muy temprano y tuvo que esperar unas horas para hacerse a la idea. «Me siento muy, muy honrada por recibir este premio. Me llena de humildad ver los nombres de los anteriores premiados. Estoy especialmente encantada de que haya sido reconocido un trabajo en estudios antiguos, y también por el hecho de que sea un premio procedente de Europa frente al momento que vive mi país», manifestó.

Tras licenciarse en Artes en el Newnham College de Cambridge, Beard se doctoró en 1982 con una tesis sobre Cicerón y, al comprobar que muchos de sus compañeros de universidad cuestionaban el potencial académico de las mujeres, adoptó un punto de vista feminista. No fue lo único que le cambió la vida. Durante sus años universitarios, también fue violada. Y ahora como profesora, no sólo habla abiertamente de ello, sino que pide a sus alumnos que también se enfrenten a sus propios fantasmas. «Parte del punto de la universidad es pensar en las cosas que te hacen sentir incómodo», aseguró en una entrevista en The Times, donde tiene un blog denominado «A don’s life» en el que recientemente dio un repaso al premier David Cameron por sus cuentas en el fondo offshore creado por su padre, citado en los Papeles de Panamá.

Documentales

Es autora de obras de referencia como «El triunfo romano» (2008) o «Pompeya» (2009) y este mismo mes ha publicado en España SPQR, acrónimo de Senatus Populusque Romanus, título que representa un compendio de sus mejores virtudes como divulgadora. El libro, una historia global del Imperio Romano, es tan riguroso como entretenido y, sobre todo, destaca por su capacidad para manejar multitud de fuentes directas, desde las cartas de Cicerón hasta Suetonio. Sus documentales para televisión –entre otros, «Pompeii: Life and Death in a Roman Town» (2010) o «Pompeii: New Secrets Revealed with Mary Beard» (2016)– también han dado para mucho. Y no sólo por su contenido.

El escritor AA Gill, cuyas críticas son capaces de cerrar restaurantes con sólo unas líneas, aludió a su imagen y dijo que más que un documental histórico parecía un episodio de Undateables –un reality show sobre gente con dificultades para encontrar pareja– a lo que Beard no tardó en contestar: «Se nota que no ha terminado la universidad, porque no conoce lo que significa el rigor de un argumento intelectual».

Su historia con un «troll» tampoco pasó desapercibida. Cuando el año pasado uno de estos acosadores cibernéticos le envió un tweet que decía: «puta vieja sucia. Apuesto a que tu vagina es repugnante», ella retwiteó el comentario haciendo pública la identidad de su autor: un joven de 23 años llamado Oliver Rawlings. Al final se compadecido de él e incluso acabó escribiéndole una carta de recomendación. «El pobre Oliver. Estaba borracho un día de fiesta. Pero eso no quiere decir que sea un ser humano malvado que debe ser encasillado para siempre. No estoy particularmente interesada en meter a la gente en la cárcel por esto. Sólo quiero que no lo hagan. La cuestión es cómo cambiamos esto».

Beard, casada con el también historiador y crítico de arte Robin Cormack, con el que tiene dos hijos, fue elegida miembro de la Sociedad de Anticuarios en 2005, de la British Academy en 2010. Es miembro de la Academia Americana de las Artes y las Ciencias en 2011. En 2013, recibió la Orden del Imperio Británico y en la actualidad es catedrática de Literatura Antigua de la Real Academia de las Artes. En 2008 recibió el Wolfson History Prize en el Reino Unido por su obra «Pompeya» y en 2013 el Premio de la Classical Association por su contribución fundamental al conocimiento público de las Clásicas. Está además en posesión de la Medalla Bodley (2016).