Asuntos sociales

Mónica Regueiro: «Desde el cine debemos hacer visible el tema del maltrato»

Mónica Regueiro: «Desde el cine debemos hacer visible el tema del maltrato»
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«Llueven vacas», que se estrena hoy, es su nuevo trabajo, donde refleja las formas que tienen las mujeres de sobrevivir a esta terrible situación

Narrar el horror de la violencia machista y la lucha por la supervivencia de las mujeres que la sufren es el objetivo de esta actriz, productora y programadora. Acaba de lanzar «Llueven Vacas», un filme con un reparto al alcance de muy pocos y fruto de un duro trabajo que cuenta con el apoyo del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. La película representa la atmósfera claustrofóbica en la que viven todas las víctimas que soportan el maltrato. Regueiro se pone en su piel y muestra la dureza de sobrevivir a la violencia de género.

–¿Por qué es tan necesario trasladar este problema social a la gran pantalla?

–Las cifras hablan por sí solas. Este año tenemos un número terrible de mujeres asesinadas por violencia machista. Niños que se quedan huérfanos porque son asesinados por sus padres. Hay que hacer algo ya. Tenemos que estar haciendo muy mal las cosas porque las cifras no disminuyen, sino que aumentan. Es necesaria una ley para proteger a estas mujeres y niños, y nosotros como sociedad civil debemos hacer algo, está en nuestras manos. Desde la parte artística que nos corresponde, más concretamente desde el cine, debemos hacer el problema visible, no sé si para remover conciencias o no, pero por lo menos para visibilizar el problema. Por eso estamos orgullosos de la película.

–¿Qué objetivos busca una producción como esta?

–Hemos intentado que sean parejas muy diferentes entre sí las que protagonicen la historia, es decir, que fuese un universo grande para reflejar que una víctima de violencia de género puede ser cualquiera, da igual la edad, con quién te relaciones y dónde vives. Es un problema más importante de lo que pensamos. Estamos normalizando comportamientos que no son normales, el maltrato físico es el último paso de una larga cadena. El inicio es el maltrato psicológico, acciones propias que identificamos como naturales y que realmente no lo son. Los protagonistas son dos, Fernando y Margarita, que están encarnados por diferentes actores para reflejar esa diversidad.

–¿Por qué «Llueven Vacas» como título de la producción?

–Forma parte del juego que se plantea en un principio y responde al maltrato psicológico, al que te pueden someter de tal forma que llegue un momento que crees cosas que no son reales. O que, en muchos casos, quieras creer lo que tu pareja te vende como real. Hay unas mujeres que entran en ese juego. Y frente a esto hay dos opciones: creértelo, no creerlo, o pensar que es cierto aunque sabes que no lo es simplemente por mera supervivencia. Hay muchas opciones diferentes de sobrevivir al maltrato y es justo lo que queremos dejar reflejado en la película.

–¿Cualquier mujer víctima de violencia de género se puede ver identificada al ver esta película?

–Sí, cualquier mujer se puede ver representada, es más cualquier hombre también. Una de las primeras cosas que nos llegó tras el lanzamiento es que los hombres que la vieron terminaron con cierta inquietud. Una de las cosas que decían es que se habían visto reflejados en ciertas actitudes cuando ellos no se consideraban machistas. Tenemos tan asumido el concepto de amor romántico, de la posesión, el: «eres mío», «te amaré hasta que mueras». Un enfoque muy complicado de atacar porque lo tenemos interiorizado desde que nacemos. La película es tanto para ellas como para ellos y sobre todo, muy necesaria para el publico más joven, ya que cada vez son más comunes los casos de violencia de género entre ellos. Así, nos damos cuenta que esta lacra social ocurre en todas partes y en todos los estratos sociales.

–¿Cómo es esta microrealidad en la que viven las mujeres víctimas de la violencia machista que representáis en la película?

–Para saber esto es muy importante empatizar, ya que no es un tema que esté tan lejos de nuestros círculos más cercanos. El miedo que tienen ellas es real. Muchas temen el maltrato físico y se olvidan del psicológico. Alrededor tenemos muchos casos que tienen que ver con el aislamiento y el control. Por eso insistimos tanto desde la juventud. Por ejemplo, que te vean los mensajes del móvil no es lo normal, pero cada vez es más habitual.

–¿Qué le diría a todas esas víctimas de violencia de género?

–Les diría que ojalá que con iniciativas como estas podamos ayudarlas. Sabemos que es una situación complicada porque muchas veces su entorno más cercano no les ayuda ni entiende. Ir a la comisaría y denunciar es un paso muy importante, pero difícil para ellas, pues muchas veces son juzgadas. Como sociedad estamos intentando hacer algo para cambiar todo esto, pero es vital que las víctimas denuncien y busquen los apoyos que consideren necesarios para alzar la voz. Que lo cuenten y a partir de ahí actúen en consecuencia.