Premio Nobel de Literatura

Tranströmer, muere el psicólogo con alma de poeta

Imagen de octubre de 2011 de Tomas Transtromer
Imagen de octubre de 2011 de Tomas Transtromerlarazon

El escritor sueco, que recibió el Nobel de Literatura en 2011, falleció ayer a los 83 años.

A Tomas Tranströmer la vida le dio un empujón, quizá tardío, hace cuatro años, el día en que se supo que el premio Nobel de Literatura había caído en sus manos. Así, se resarcía de la mala jugada que el destino en forma de wikipedia le había jugado el año anterior, cuando internet le daba por seguro ganador. No, no era él el agraciado, sino Mario Vargas Llosa. Trescientos y pico días después sí pudo recibir las felicitaciones del mundo entero y muchos pudieron descubrir su voz poética, pues ha sido uno de los poetas suecos más notables de la segunda mitad del pasado siglo veinte. Se alegró. Lo hizo a su manera, pues llevaba años, desde que sufriera un ictus en 1990 que le paralizó la parte derecha de su cuerpo, postrado en una silla de ruedas y apenas podía comunicarse. Conceder una entrevista le suponía un verdadero calvario en el que empleaba semanas. Su esposa Mónika, siempre diligente, lo mismo que sus dos hijas, se convirtió en sus manos y sus piernas. Y hasta en su voz. Fue el séptimo galardonado sueco en la historia de los premios.

La historia de Tranströmer tiene su miga. Nació un 15 de abril de 1931 en Estocolmo y se crió solo junto a su madre, maestra, cuando ésta se separó del padre, periodista. Tras terminar el bachillerato en 1950, comenzó sus estudios en Historia de la Literatura, Psicología e Historia de las Religiones en la Universidad de Estocolmo, materias que formaron parte de su licenciatura en 1956.

Editó su primer poemario en 1954. Tenía un título sencillo, «17 poemas» y se tradujo a cincuenta idiomas, entre ellos al español. Sin embargo, no era un escritor al uso que se sentara a esperar la llegada de las musas o que se situaba delante del folio para que éstas le encontraran trabajando. Escribía por las tardes y las noches y durante los fines de semana, sin descanso, porque por las mañanas dedicaba su tiempo a trabajar como psicólogo en instituciones estatales, al principio en las dedicadas a delincuentes juveniles y más tarde en una organización laboral financiada por el Estado, donde ayudó a que personas con discapacidad pudieran elegir una carrera, y se centró en jóvenes consumidores de droga que se habían rehabilitado. El mundo de los adolescentes siempre le llamó la atención, de ahí que entre 1960 y 1966 ejerciera como psicólogo en la prisión juvenil de Roxtuna (Linköping).

En pleno deshielo

Los libros irían llegando ordenadamente. Las editoriales culpables de que su obra haya pasado de mano a mano en España han sido Hiperión, con «Para vivos y muertos», y NórdicaLibros, que ha dado luz verde a dos antologías que reúnen el 95 por ciento de su obra: «El cielo a medio hacer», donde se engloba la mayor parte de su trabajo junto con una breve autobiografía, y «Deshielo a mediodía», que condensa en sus páginas el resto de su obra, junto a una serie de haikus escritos en 2004 y que nunca habían sido publicados fuera de Suecia. Sus metáforas, con la naturaleza siempre en primer plano, son una de las características de su obra, porque convierte a árboles como el roble «en un alce convertido en piedra». En sus versos, cede todo el protagonismo al paisaje, que pinta y canta, y él se hace a un lado: «Tengo un diploma en la universidad del olvido y estoy tan vacío como la camisa que se seca en el cordel», escribe. Desde ayer, el piano que tanto le gustaba tocar con su mano izquierda se habrá quedado huérfano.