Conciertos

Iván Ferreiro: «La canción me permite mentir todo el tiempo»

Iván Ferreiro / «Casa». El artista gallego presenta en Madrid las canciones de su último disco, compuestas durante un año de retiro tanto espiritual como físico.

Iván Ferreiro
Iván Ferreirolarazon

El artista gallego presenta en Madrid las canciones de su último disco, compuestas durante un año de retiro tanto espiritual como físico.

Ha sido un año largo durante el que Iván Ferreiro ha trabajado en su nuevo álbum. Vuelve, por tanto, a «Casa».

–Después de una grabación corta estaría deseando que «Casa» viera la luz...

–Sí, esperar es lo peor, no hay nada peor en el mundo que esperar.

–La edición especial del álbum está muy cuidada, ha escrito cada disco haciéndolo único.

–Creo que en una época donde no se venden discos hay que cuidar cada uno, a mí de pequeño me encantaban las portadas de los discos y los vinilos. Ahora el CD está en el ordenador, donde están tus fotos, tus emails de trabajo, tus facturas... Hacer una caja donde solo haya música me gusta.

–¿Es coleccionista?

–Sí, compro vinilos, CD, de todo... a pesar de que luego lo escuche en el ordenador me gusta tenerlos, al igual que los libros.

–Se fue a su casa en Gondomar a pasar un año sabático. ¿Cómo surgieron las canciones?

–Tenía un año por delante para no estar de gira, pero también iba a hacer un disco, a ver lo que encontraba. Fueron pasando cosas distintas y las canciones iban saliendo. Estuvo muy bien poder trabajar sin tener mucha prisa, saber que quería contar... En muchos momentos contabalo mismo en distintas canciones, pero de diferentes maneras. Es como los pintores que dibujan un jarrón de 80 formas distintas.

–En su primer sencillo, «Casa», dice que estando solo descubrió que se encontraban con usted «todos los que importan».

–Creo que ése es el resumen del disco. Esa canción fue la última que escribí y me gustaba la idea de que casa al final es donde están tus colegas y la gente que te cuida. El tema explica que el año no empezó muy bien, con una situación no deseable, tampoco nada horrible. Fueron pasando los meses y me di cuenta de que estaba contando un montón de cosas pero no lo principal: que cuando tenía un mal día llegaban mis amigos a echarme una mano.

–Dentro de este álbum habitan muchas canciones íntimas. ¿Ha sido un proceso más introspectivo o se ha dejado aconsejar?

–Esta vez he tirado más del interior, los discos suelo tenerlos más consensuados con Amaro [su hermano y guitarrista de la banda]. Hubo un momento en el que estuve un poco desconectado, creo que todo el mundo posee una idea del disco que tienes que hacer y es importante tener amigos para no hacerles caso.

–¿No da miedo contar las sombras?

–Sí, pero sigo con una táctica que hago siempre que es la de mentir mucho. La canción me permite la mentira todo el tiempo. Al final es un juego, cuando te pones de una forma más íntima buscas la manera de saltarte la censura a base de giros. No es un disco que tenga una sola visión, todas las canciones tienen cuatro interpretaciones como mínimo y la gente las ve como quiere.

–Cada trabajo corresponde a un momento personal de su vida, y me han asegurado que le gusta volver a escucharlos. ¿Qué siente cuando lo hace?

–Es muy curioso, porque suelo disfrutar de lo antiguo cuando me veo el que soy ahora en esa canción vieja. Revisando el repertorio me doy cuenta de que sigo estando de acuerdo con muchos de los temas, que son los que hemos elegido para tocar en directo. Me siento bien pensando en que siempre soy yo. Es importante creer en las canciones.

–Es complicado intentar mantenerse todos estos años?

–Lo he llevado de una forma un poco inconsciente, trato de evitar pensar en ello, me daría vértigo.

–¿No existe el miedo a no convencer?

–No, tengo claro que en algún momento no voy a gustar y ha pasado en otros discos, es parte del trabajo y tengo que asumirlo. No siento miedo, es como aceptar la propia muerte, la muerte artística que para mi sería bastante parecida a la real.

- Dónde: Barclay Card Center. Avenida Felipe II, s/n

- Cuándo: 22 diciembre.

- Cuánto: 30 euros