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La música clásica nunca fue tan moderna

Anne-Sophie Mutter presenta «The Club Album: Live from Yellow Lounge»

Mutter debutó a los 13 años
Mutter debutó a los 13 añoslarazon

Viste una camiseta blanca con una imagen de James Dean bajo una americana azul con hombreras, una bella combinación entre rebeldía y elegancia, como la música que desprende su violín. Es Anne-Sophie Mutter, un talento prematuro que debutó con 13 años en la Orquesta Filarmónica de Berlín invitada por su director, un tal Herbert Von Karajan, un genio descubriendo a otro genio. Cuatro décadas después Mutter no se cansa de demostrar el acierto de Karajan con su nuevo álbum, grabado en directo desde el Yellow Lounge de Berlín. Mutter confiesa que durante el concierto logró una fuerte conexión con el público porque «los espectadores estaban alrededor de mis pies, y para mí eso es increíble. De esta manera les puedo ofrecer una enorme y profunda carga emocional y mediatez que sólo se puede lograr en una experiencia de este nivel».

El disco ofrece, según explica la violinista, «una fuerte variación de estilos. Por ejemplo, hay una pieza que invita a la meditación como el ‘‘Ave María’’ de Bach y Gounod, y otras como las de Vivaldi que son bastante coloridas. Luego se escuchan temas lentos y otros con más ritmo. Fue un repertorio bastante fácil de escoger pensando en que la gente se enamorase del sonido del violín y encontrase ese lado irresistible que tiene este instrumento». Una de las canciones que se incluyen forma parte de la banda sonora de la película «La lista de Schindler», compuesta por John Williams, «alguien a quien admiro, por lo que necesitaba que una pieza suya estuviera en el álbum», dice Mutter. Además, sobre el debate que defiende que hoy en día el cine es la mejor opción para ser compositor profesional, opina que «hay millones de músicos que escriben sus piezas sin tener un trabajo. Si tienes suerte conseguirás una carrera, no es obligatorio escribir bandas sonoras para sobrevivir como compositor».

Los temas del disco, aunque propios de la música clásica, destilan un aire de modernidad por el estilo con el que Mutter frota las cuatro cuerdas de su violín, alcanzando una sensación casi electrónica. Así, Mutter añade atractivo a la música clásica, algo que, afirma, perdió con «el desarrollo de los medios de comunicación modernos, que empezó hace unos 50 años con la televisión», ya que, añade, «han creado unas posibilidades para pasar el tiempo libre en grupo que no existían. Antes la actividad en común podía ser la música. El arte ha perdido valor en la sociedad, y ahora la gente joven sólo acude a eventos de rock. Pero la música clásica ha estado con nosotros durante siglos y ahora debe buscar un nuevo significado». Y descifra el camino para lograrlo: «Debemos poner más énfasis en despertar la creatividad en los niños porque la vida no es una actuación en la que el objetivo sea conseguir mucho dinero, sino que se trata de alcanzar tu alma y tu inspiración».

Uno de los inconvenientes de los que adolece la música clásica son los altos precios de las entradas. Sin embargo, para Mutter «la gente paga por ir al cine, que es más caro. No es cuestión del dinero sino de que mucha gente casi que no sabe que la música clásica existe y lo ven como extraño. El problema es que la gente joven no está dispuesta a sentarse en una silla a escuchar durante 25-30 minutos. Tenemos que buscar la forma para que la gente vea que disfrutar de la música puede ser tan divertido como salir de tapas».