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Love of lesbian: última vuelta del cometa

La banda cierra la gira de «El poeta Halley» en Barcelona y Madrid, en el Wizink Center, donde el concierto quedará registrado en un DVD.

Joan Ramon Planell (que ha dejado la banda), Santi Balmes, Jordi Roig, Oriol Bonet y Julián Saldarriaga en una imagen del grupo
Joan Ramon Planell (que ha dejado la banda), Santi Balmes, Jordi Roig, Oriol Bonet y Julián Saldarriaga en una imagen del grupolarazon

La banda cierra la gira de «El poeta Halley» en Barcelona y Madrid, en el Wizink Center, donde el concierto quedará registrado en un DVD.

Un año después, Love of Lesbian cierran en Madrid la gira de su disco «El poeta Halley» con una noche especial que quedará registrada en DVD y que han anunciado como «El gran truco final». «Bueno, quizá el título ha generado algunas expectativas que tememos que sean desproporcionadas. No es que vayamos a hacer algo extraordinario, aunque habrá efectos visuales y escenográficos que en el fondo el público ya espera de nosotros», dice Julián Saldarriaga, guitarrista de la banda. Será un concierto consagrado al micromundo del disco, «a su lírica y a su poesía». «No haremos el habitual grandes éxitos, sino que quedará registrado un repertorio que tiene relación con el último disco, aunque haya canciones antiguas». La cita será mañana en Madrid y el 24 y 25 en Barcelona.

Aunque con el tiempo se haya moderado su explosividad de los directos, la improvisación es algo que no se domestica. «Cierto. Y en eso hemos tenido una pequeña lucha con el equipo de la gira que va a grabar el concierto. Porque cuando se introducen cámaras en el show y escaletas, al final pretenden pautar el concierto y ahí ha habido cierta disputa, porque claro, no es posible que nos escriban lo que tenemos que decir entre canciones. Porque al final queda algo muy artificial y es mejor que nos dejen un 30 o 40 por ciento de libertad», dice en plan negociador Saldarriaga. No es la primera vez que el grupo se enfrenta a la grabación de un directo, pero no puede compararse con la vez anterior, al término de la gira de «1999», hace 8 años. «Fue en Razzmatazz, en una época en que estábamos alucinados por cómo nos había cambiado la vida porque al fin habíamos logrado dejar nuestros trabajos y vivir de la música. La verdad es que quedó un DVD poco dinámico pero que recoge la inocencia del momento». En esta ocasión hay una presión añadida por las dimensiones del Wizink Center (antiguo pabellón de Deportes de la Comunidad de Madrid) y la tensión habitual cuando una cámara entra en juego. «Yo al menos me pongo un poco agarrotado. Es lo mismo que sucede en el estudio, que tienes las canciones ya clavadas, pero en cuanto aprietan el ‘‘Rec’’ no sabes por qué hay algo que no te deja actuar de una manera normal».

Tatuajes de Halley

Con el trabajo han roto un par de pronósticos. El primero, las ventas. 88 semanas en lista, 20.000 copias y un Disco de Oro conseguidos por un álbum largo, con pocos estribillos, muy narrativo... «No esperábamos esta respuesta. Que el disco siga en las listas quiere decir que hay quien lo sigue comprando y descubriendo. Y entonces piensas que tiene vigencia y continuidad y nos da pena cerrar esta etapa. En el fondo teníamos una pequeña fe en que hacíamos un trabajo un poco serio. Y la verdad es que todavía nos llegan mensajes por las redes y de todos lados de gente que siente las canciones como parte de su vida y en latitudes diferentes. Y nos llegan muchísimas fotos de tatuajes del poeta Halley, de las ilustraciones del libreto de Sergio Mora, y eso es indicativo», explica. El otro pronóstico es que el álbum les permitiría dejar de ser «el grupo de los festivales», el que arma un expolio por sistema, sino que daría barniz a su lado más musical. Sin embargo, han tocado en infinidad de festivales y en el FIB como gran reclamo. «Creo que nuestra presencia en festivales también responde a una trayectoria y al peso de una obra coherente. La gente que nos descubre por un disco y luego oye los demás y les gustan por igual», asegura. A Saldarriaga tampoco le preocupa quedarse sin retos a medida que el grupo amplia aforos o territorio. «Siempre sientes un ‘‘¿y ahora qué?’’. Pero mira, ya tenemos ideas para el siguiente paso, un nuevo disco, y notamos la efervescencia. No es como estar en un terreno inerte». Durante el año que viene seguirán peinando Latinoamérica aunque puede que sorprendan con algo especial por el veinte aniversario del grupo. «No haremos festivales, aunque bueno, a veces te proponen uno en el que no has estado y te apetece y lo haces. Pero la idea inicial es dejar que corra el aire», dice Saldarriaga confirmando que hay una realidad detrás de la famosa broma de Elmundotoday, aquella que decía: «Nace el Festival Sin Love of Lesbian». «Precisamente el otro día estuvimos con ellos comentando la broma. Creo francamente que fue el nivel más bajo de su humor», ríe el guitarrista.