Crítica

Martín Quintero: narrativa aplicada al pentagrama

Crítica de clásica / Premio Reina Sofía. Ravel: «Rapsodia española», «Martín Quintero»: «Orografía sonora», Mozart: «Requiem en Re menor, K 626». Voces: M. Espada, M. Pintó, A. Prunell-Friend, T. Stimmel. Orquesta Sinfónica y Coro de RTVE. Director: :M. Á. Gómez Martínez. Teatro Monumental, Madrid, 13 y 14-X-2016.

La Razón
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La incansable actividad de la Fundación Ferrer Salat ha llegado, con su buque insignia, el Premio de Composición «Reina Sofía», a su edición 33, un llamamiento que encuentra, año tras año, masiva respuesta en el terreno creacional. El jurado, presidido por Benjamin Davies, otorgó el último galardón a Francisco Martín Quintero (Huelva, 1969). Los días 13 y 14 de octubre se dio a conocer su obra «Orografía sonora», con la asistencia de S.M. la Reina Sofía a la primera jornada. Dos relatos de Marguerite Yourcenar en sus «Cuentos orientales», «La sonrisa de Marko» y «La muerte de Marko» dan pie, no descriptivo ni narrativo, a la «orografía» de Martín Quintero; los textos de Yourcenar son inspiración, punto de partida para una obra concisa, apenas once minutos, concebida para una orquesta considerable y en donde los elementos onomatopéyicos -rugidos, campanas, maullidos- se explican por la hipótesis literaria de origen. Obra de extraña fuerza, poderío sonoro y singular capacidad visual, en la que los maúllos del Final de la «Rapsodia española» –acierto enorme de Gómez Martínez al programarla junto a la obra ganadora del «Reina Sofía»– se dan la mano con los de la partitura de estreno. La pieza fue admirablemente tocada por la Sinfónica de RTVE, instrumento de versatilidad única para la música nueva, y su titular –feliz retorno a un puesto que ya ostentó en los años 80– la dirigió con convicción entusiasta.

No estoy muy seguro de la relación entre las obras de la primera parte con el «Réquiem» de Mozart, pero la excelente interpretación de esta página por los conjuntos de RTVE, orquesta y coro, justificó de pleno su inclusión en el contexto. De plena competencia el cuarteto solista, especialmente la soprano Espada y el bajo Stimmel –además de clara dicción–, y de hermosa voz el tenor Prunell-Friend –aunque a veces inseguro– y la mezzo Pintó. Fue en conjunto magnífica la actuación del coro. Gómez Martínez dirigió con seguridad, buen pulso y matizado sentido dramático. Excelente el intenso latido rítmico del «Dies Irae» y del «Confutatis», y de cálida elegancia el arranque del «Lacrymosa». Las notas de Eva Sandoval, precisas y justas, complementaron el buen curso de una excelente jornada.