Rock

Nick Lowe, otra navidad es posible

La leyenda de la música británica publica un disco navideño. ¿Estupor? No tan rápido, no esperen villancicos azucarados, sino una sesión de surf rock que presenta en Madrid con Los Straitjackets.

Nick Lowe, en el centro, delante de la enmascarada banda de surf rock Los Straitjackets
Nick Lowe, en el centro, delante de la enmascarada banda de surf rock Los Straitjacketslarazon

La leyenda de la música británica publica un disco navideño. ¿Estupor? No tan rápido, no esperen villancicos azucarados, sino una sesión de surf rock que presenta en Madrid con Los Straitjackets.

Al pronunciar el nombre de Nick Lowe saltan a la mente de inmediato términos como «clase» o «elegancia». Si se quiere, las etiquetas de «pub-rock», «punk» y «new wave», todas de mucho pedigrí. Quizá, en el puesto número 180 de ideas improbables está la de «villancicos». «Yo también estoy muy sorprendido. Mi compañía de discos, que es americana, me propuso hacer un disco navideño. Pero en Inglaterra eso es algo que un artista serio jamás haría, es una idea que no mola nada, así que me ofendí un poco: ‘‘¿Cómo? ¿Creéis que un artista como yooo haría semejante cosa?’’. Y esa sensación se quedó dentro de mi unos 30 o 40 segundos, hasta que lo pensé mejor. Podría ser una buenísima idea, podríamos pasarlo realmente bien. Y empecé a trabajar», dice con voz dulce Lowe al otro lado del teléfono. Y así es como, en 2013, publicó «Quality Street. A Seasonal Selection For All Family», unos villancicos no habituales que suenan sexys, románticos y muy molones. Y que además toca en directo con Los Straitjackets, mítica banda de surf rock. En la gira que le trae por España, y que pasa por Sevilla (10 de diciembre), Barcelona (12), Madrid (13), San Sebastián (15) y Gijón (16) no esperen escuchar «El tamborilero», sino, como él lo define, «un puro espectáculo de rock & roll, nada profundo, pero terriblemente navideño», según el británico.

Un jardín

Lowe fue productor de los primeros cinco álbumes de Elvis Costello, considerados sus mejores, y es compositor de canciones clásicas como «What’s So Funny About Peace, Love And Understanding» y «Cruel To Be Kind». ¿Por qué meterse en semejante jardín? «Si me lo dicen hace 30 años, no me lo habría creído. De haberlo hecho en el pasado, habría sido forzado por mi compañía, jamás lo habría admitido. Y, sin embargo, fue del todo disfrutable, nada de ir al matadero. Eso sí, había que buscar entre todos los villancicos piezas originales que no se hayan oído mucho, que llamen la atención y sean buenas canciones», explica el músico de Surrey. No fue fácil hacerlo, aunque Lowe se embarcó en una pequeña investigación. «Hay centenares, si te pones a buscar bien. Y hallé muchos buenos discos de Navidad pero para mi era vital encontrar buenas canciones. Era difícil, porque la mayoría son horribles. Pero hay un puñado de ellas que están muy bien», explica el que fuera yerno de Johnny Cash. «Además, lo hicimos en el verano, para publicarlo en Navidad, cuando afuera estaba luciendo el sol y cayendo un calor horroroso y todo el mundo llevaba ropa corta. Estuve a punto de colgar adornos y así ambientarnos...». Para hacer algo así hay que sentirse libre de ataduras. «No rindo cuentas a nadie, pero al tiempo es más complicado: a medida que me hago mayor, soy más exigente, más crítico. Por eso compongo en Nashville, porque es una ciudad de escritores de canciones, hay un culto a la letra bien escrita y no solo country, sino punk o R&B también. Me gusta ver cómo otros entienden mis temas», explica. «Sobre hacer canciones existe un misterio que no logro resolver. Escucho las mías y apenas puedo acordarme de cómo las hice, en qué contexto. A veces sucede en el super o conduciendo, así que no puedes favorecer que ocurra. Sí ejercitarte, pero no garantiza nada, y las mejores partes siempre llegan de un lugar que no controlas. Hay algo que odio: escuchar los trucos que utilizo en las canciones. Me gusta las que he escrito y que parece que son de otra persona. Si suenan como yo, me da una terrible pereza», dice Lowe.