Conciertos

The Elis: «Hacer canciones salvó nuestra salud mental»

La banda presenta en Madrid y Barcelona «Visions of a Life», un disco gestado en medio del gran éxito de su álbum de debut.

Wolf Alice son Ellie Rowsell, Joel Amey, Joff Oddie y Theo Ellis
Wolf Alice son Ellie Rowsell, Joel Amey, Joff Oddie y Theo Ellislarazon

La banda presenta en Madrid y Barcelona «Visions of a Life», un disco gestado en medio del gran éxito de su álbum de debut.

Son el último producto de esa cantera de buena música llamada Gran Bretaña, un vergel de estilos incomparable por volumen de producción y calidad. Wolf Alice lanzaron hace dos años «My Love Is Cool», con un sonido entre Elástica y las cotas sentimentales de The Smashing Pumpkins, que les abrió las puertas grandes de una industria devoradora de novedades. Con las dudas de si eran carnaza para la maquinaria o una apuesta artística de largo recorrido, los londinenses acumularon elogios y nominaciones a los premios Mercury y Brit, mientras gestaban «Visions of a Life», el segundo disco, el crítico para un grupo con éxito debutante, y que presentan de gira en Madrid y Barcelona los días 4 y 5 de enero. El bajista del grupo, el afable Theo Ellis, comenta sus sensaciones con el nuevo trabajo.

–Después del éxito de «My Love is Cool», ¿sintieron el estrés del segundo disco?

–Desde luego que había una cierta cantidad de presión sobre nosotros después de la gira del disco, pero todo ese estrés se alivió rápidamente cuando comenzamos a trabajar en las maquetas y las demos y los esbozos de las canciones que cada uno de nosotros habíamos ido elaborando en los teléfonos, cuadernos y portátiles. Y cuando empezamos a ponerle carne a todas esas ideas abstractas que nacieron individualmente y las canciones empezaron a convertirse en algo colectivo, el último atisbo de nervios se transformó en excitación, y emergió lo que realmente nos impulsa a seguir haciendo esto. La presión en nuestro caso cuando creamos viene primero desde dentro del grupo, mientras que las expectativas ajenas aparecen después.

–¿Y cuál de los dos tipos es peor?

–Tus propias expectativas son, por lo general, controlables en al menos algún sentido. Con suerte, sabrás cuándo empiezan a sobrepasarte o por el contrario cuándo has logrado lo que te habías planteado. También sucede que a veces no controlas tus objetivos pero las fronteras y los límites son tu propia creación y en el fondo eres consciente de ello, puedes trabajar para manejarlo. Sin embargo, con las esperanzas de terceros, tú estás a merced de sus opiniones y consideraciones, factores que por supuesto se escapan de tu control.

–¿Fue fácil para ustedes entonces digerir la gran repercusión del disco de debut?

–Creo que, por suerte, no tuvimos demasiado tiempo para sentarnos a pensar y por lo tanto digerir exactamente cuánto impacto tuvo «My Love Is Cool», porque estábamos en constante movimiento, trabajando y girando o ensayando para que nuestras mentes estuvieran ocupadas en otra cosa. Es decir, que hacer canciones ha sido seguramente la mejor opción para nuestra salud mental.

–¿Cuál era entonces el objetivo para el sonido de «Visions of a Life»?

–Bueno, en términos del sonido buscamos provocar la sublimación de cada canción, no tenemos un objetivo global. Así que llevamos la atmósfera de cada tema hasta el final, como el caso de «Yuck Foo», con la que intentamos hacer un tema muy visceral, provocativo e incluso que parezca un corte cabreado para que las distorsiones, los ruidos y la respuesta del público fuera la que buscábamos: el refuerzo de esa ira inicial. Con otra como «Don’t Delete This Kisses» el primer impulso era el de lograr una atmósfera onírica, escapista y sintética, así que los sonidos necesariamente debían ser grandes, exhuberantes, frondosos y por lo tanto basados en sintetizadores. Nuestro objetivo es, generalmente, ayudar a verbalizar la idea general de una canción.

–¿Han introducido muchos cambios en términos de la instrumentación para este disco?

–Nos hemos retado a nosotros mismos mucho más allá de nuestras capacidades en el manejo de sintetizadores. Justin Meldal-Johnsen nos ayudó a entender más profundamente ese reino en el que apenas teníamos experiencia. Es un profesor increíble.

–Me encanta la portada, tan inquietante.

–Es una foto de Helen, la tía de Ellie Roswell (cantante del grupo), que es bailarina hasta la actualidad, y en la que aparece envuelta en una extraña puesta en escena con la cabeza del caballo y ella posando en esa posición de ballet. Nos pareció una imagen impactante que nos puso de acuerdo a los cuatro e inmediatamente pensamos que era perfecta para el mensaje del disco.

–Alguno de ustedes, especialmente Roswell, pero al final todos, se han implicado en causas políticas por los refugiados y por el aspirante a primer ministro por el partido laborista Jeremy Corbyn. ¿No han temido, como les sucede a otros grupos, perder seguidores por posicionarse?

–Nos hemos involucrado en las causas en las que creemos, como la ONG que fundamos nosotros mismos, Band for Refugees, con la que recaudamos dinero para ayudar a exiliados y personas que huyen de la miseria. Hemos realizado algunas acciones en conjunto con la asociación Help Refugees, que tiene una acción permanente, mientras que nosotros solo podemos actuar cada cierto tiempo, cuando nos lo permite nuestra actividad profesional. Pero recaudamos 10.000 libras durante tres noches en Londres. En cuanto a nuestro apoyo a Corbyn no creemos que tengamos que ocultar ninguna de nuestras ideas por ser músicos, y eso que hemos recibido comentarios negativos. Después, cada uno es libre de escucharnos o no hacerlo.