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The Horrors: «Incomodar es la esencia de nuestra creación»

The Horrors: «Incomodar es la esencia de nuestra creación»
The Horrors: «Incomodar es la esencia de nuestra creación»larazon

La Banda británica pasa por el ciclo SON Estrella Galicia para presentar el día 14 en Madrid el soberbio «V», su nuevo trabajo.

Hubo un momento en el indie de este siglo en que no había oxígeno para una sola banda más de revival post-punk. Algunos pensaron que eso y nada más eran The Horrors, pero se equivocaban. Los de Southend han transformado su fórmula con cada disco, partiendo del garage para luego passar al rock industrial o electrónico resultando siempre interesantes. En su quinto álbum, «V», la fórmula está refinada: el bajista Rhys Webb habla de su trayectoria antes de su concierto en Madrid, el próximo 14 de diciembre.

–Han contado con un productor para el álbum.

–Así es, queríamos que alguien se involucrase con nosotros, otra cabeza para pensar en arreglos, ideas, coros, melodías. Por otra parte, hemos introducido cambios en la manera de escribir, ahora todos aportamos líneas de manera individual en lugar de centrarnos en los momentos que estamos juntos.

–Paul Epworth, el productor, es muy conocido por éxitos mundiales como los de Adele, pero no parece un sonido que tenga que ver con The Horrors. ¿Cuál fue su aportación?

–Bueno, lo primero es que antes de sus éxitos pop estuvo muy involucrado en la escena independiente durante bastante tiempo. Produjo discos de pop electrónico y a bandas como Bloc Party, Primal Scream y The Rapture, por ejemplo. También otros grupos de party rock, así que su historia se remonta mucho antes que los temas de Adele. Trajo una nueva energía y entusiasmo que nos hacía falta y además tiene un estudio alucinante lleno de sintetizadores y de aparatos poco comunes. Un montón de máquinas interesantes y guitarras, nuestro paraíso.

–El disco suena bastante más denso que los anteriores, que tenían un toque electrónico.

–Algo que que teníamos claro era volver a un sonido pesado, casi de bandas de «heavy». Queríamos más guitarras aunque no fuera una consigna que hablásemos expresamente. Nuestro objetivo era hacer un disco grande y fuerte. Y nos desafiamos a nosotros mismos.

–¿Fue algo así como una vuelta a los orígenes?

–No necesariamente. Aunque es cierto que a medida que hemos publicado discos hemos aprendido a manejarnos en nuevas técnicas y paisajes, como la electrónica que mencionabas, por ejemplo, y es posible que hayamos regresado a la energía punk que teníamos en nuestros trabajos más tempranos.

–De ese aprendizaje queda un tema, «Something To Remember Me For» que es una excelente canción de baile, ¿Por qué aparece la última del disco? ¿Querían esconderla?

–¡En absoluto! Creo que ese tema es la prueba de lo diverso que es el disco. Pero lo cierto es que existe por sí mismo, tiene su vida propia porque se quedó fuera del anterior disco. Nos pareció un gran cierre a modo de pop.

–Habrá quien no llegue a escucharla, porque la gente ya no oye un disco hasta el final...

–¡Pues ellos se lo pierden! Nosotros siempre hacemos un disco con inicio, desarrollo y un desenlace. Ese viaje en el que te embarcas solo tiene sentido si sigues su recorrido. Dibujamos un cuadro, contamos una historia, expresamos una idea. Y está bien que lo hagas con los auriculares en el tren o en tu casa en vinilo, aunque sabemos que mucha gente oye en «streaming» un corte o dos y se hace una lista. No nos podemos oponer, pero tampoco vamos a cambiar nuestra idea. Curiosamente, todos los cortes finales son muy importantes para nosotros En el primer disco, «A Train Roars» era el anuncio del cambio que íbamos a dar de un «garage» basado en órganos a un sonido más experimental, que es lo que se sustanció en «Primary Colours», donde, la última canción, «Sea Withim’a Sea» ya anunciaba la transición que hicimos en el siguiente disco, que fue «Skying». El tema final era «Oceans Burning» que también marcaba la transición del siguiente. Siempre hemos mantenido esta declaración de intenciones con el último tema.

–La portada es terrorífica.

–Es de un artista sueco que se llama Erik Ferguson. Queríamos un toque grotesco y deforme, algo más oscuro y teníamos esta idea de crear un monstruo a partir de las imágenes de los cinco individuos del grupo con nuestras propias caras.

–¿Les interesa la idea de incomodar al oyente?

–Para noslotros todo es una cuestión de experiencia, de crear una situación extraña y por qué no incómoda. Puede que haya quien lo vea como amenazante o cargado de violencia, pero para nosotros es la esencia del arte y la creación.