Gonzalo Alonso

Un buen profesional

La Razón
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El Inaem, asesorado por el Consejo Artístico de la Música, ha encargado a Daniel Bianco la dirección del Teatro de la Zarzuela durante los próximos cinco años. Diversos medios habían publicado los nombres de los otros cuatro supuestos finalistas: Félix Palomero, Alicia Moreno, Inmaculada Tomás e Ignacio García. Sin duda, todos ellos –como otros que no han llegado a la finalísima– con méritos suficientes, con sus pros y sus contras.

El Inaem tiene un problema con sus unidades de producción que ninguno de sus responsables ha sabido coger por los cuernos: un corsé que atrofia cualquier voluntad de iniciativa. La Zarzuela, como otras de sus unidades, debería ser una estructura independiente en todos los sentidos. No sólo eso, sino que la remuneración de su director no puede superar una cifra –alrededor de 70.000€ euros brutos– que es a todas luces insuficiente para un cargo de tal responsabilidad en cualquier coliseo europeo de un cierto nivel. Debido a ambas limitaciones sorprende que haya habido veintiséis candidatos al cargo. Muy mal deben de andar las cosas de la cultura.

En general no es recomendable que los directores de escena u orquestales dirijan teatros. La experiencia de Luis Olmos en ese mismo teatro es ejemplo de la problemática. No deja de ser extraño que un regista acepte la remuneración de La Zarzuela y sus incompatibilidades cuando un par de trabajos por el mundo ya superan lo que se les ofrece en el teatro. El Palau de les Arts ha optado también por un regista para suceder a Helga Schmidt. De entrada, ya han tenido que modificar las limitaciones estatutarias de su fundación para reducir las incompatibilidades de forma que Davide Livermore superará los 65.000€iniciales para llegar a superar los 150.000€a base de producciones tanto en el propio Palau como fuera de él. ¿Qué pasará en La Zarzuela?

Del proyecto que ha presentado Daniel Bianco poco puede apuntarse, ya que tanto el suyo como los de los demás candidatos, no pasa de ser un cúmulo de generalidades y buenas intenciones, pues resulta difícil otra cosa con los parcos datos económicos que aporta en Inaem para su confección. Al menos él conoce bien el funcionamiento interno de La Zarzuela y no se llamará a engaño. Daniel Bianco es profesional ampliamente conocido en España por sus solventes trabajos en el Teatro María Guerrero, en el Lliure, en la Compañía de Teatro Clásico y hasta la fecha en el Arriaga bilbaíno. En el Teatro Real realizó una labor magnífica cuando sustituyó a José Luis Tamayo en la dirección técnica. Durante estos años también ha firmado muchas escenografías, tanto dentro como fuera de nuestro país, colaborando con registas como Giancarlo del Monaco, Lluis Pascual y, sobre todo, Emilio Sagi. Reúne por tanto tres capacidades muy importantes: regía, escenografía y técnica. De ahí que su nombramiento no haya causado sorpresa en los medios musicales. No sólo eso, sino que ha sido bien recibido porque Bianco es además buena gente, algo que no abunda tanto en nuestros días. ¡Suerte y a trabajar!