Papel

Un gran maratón Chaikovsky

Crítica de clásica. CNDM. Chaikovsky: Sinfonías. Joven Orquesta Nacional de España (Jonde), Orquesta Nacional de España, Orquesta Sinfónica de RTVE. Director: Juanjo Mena. Auditorio Nacional de Música, Madrid, 20-VI-2015.

La Razón
La RazónLa Razón

No fue la proeza heroica de López Cobos en 2013, con las nueve Sinfonías de Beethoven en un solo día con cuatro orquestas, pero estuvo cerca: ha sido Chaikovsky, con sus seis sinfonías «ortodoxas» –pero faltó una, «Manfred», que las de Chaikovsky son siete con una «heterodoxa»–, con tres orquestas, que, por cierto, ya habían estado en el maratón beethoveniano. El héroe, esta vez, fue el alavés Juanjo Mena (Vitoria, 1965), del que hace sólo unos días se hablaba en esta páginas por su triunfo con «Fidelio» en el Reino Unido. Mena, cuyo nombre ya circula como candidato a la titularidad de muy importantes orquestas americanas, está haciendo una carrera internacional en cuarto creciente, y en este ciclo organizado por el Centro Nacional para la Difusión Musical, que dirige el incansable Antonio Moral, ha vuelto a revalidar sus poderes, que son muchos. El músico, actual responsable desde 2011 de la Filarmónica de la BBC, organizó su discurso con lógica estratégica y no por cronología: cada orquesta tocó una de las sinfonías, llamémoslas juveniles, y una de las tres grandes. Abrió el fuego la JONDE, que con cada nueva renovación generacional apunta más alto en calidad y técnica, con la Sinfonía «Sueños de Invierno», y la «Cuarta en Fa menor». Si en la «Primera» la formación hizo filigranas, sobre todo en el volátil Adagio, la «Cuarta» resultó de antología, con una traducción intensa, fogosa, por parte de Mena, pero además signada por una respuesta arrebatada de la Jonde, que tocó a nivel de gran formación internacional.

El pleno de ocupación se obtuvo en el primer concierto de la tarde para escuchar a la Orquesta Nacional en la Sinfonía «Pequeña Rusia» y la «Quinta en Mi menor». Excelente «Segunda», con ajustada ironía en el inefable «Andantino marziale», y formidable, gran lectura de arriba abajo, acaso el mayor punto artístico de la jornada, la «Quinta», recibida en clima de apoteosis por la audiencia. No bajó el listón artístico con el último tramo, Sinfonías «Polaca» y «Patética», pero quizá aquí Mena acusó un poco el esfuerzo y cedió un punto la concentración en la «Tercera» Sinfonía, por otra parte la, injustamente, menos afortunada del ciclo. Pero en la «Sexta» Mena recargó las pilas y cinceló una «Patética» titánica, en donde la Sinfónica de RTVE volvió a dar otro de sus grandes conciertos de los últimos tiempos; el clímax del primer tiempo fue impresionante, digno de los grandes directores chaikovskianos históricos, y la serie se remató a altísimo nivel.