Literatura

Bruselas

¿Qué unió a Cervantes y a Casanova?

Un proyecto literario, presentado en el Museo Casa de Cervantes en Valladolid, indagará en los nexos entre el autor del Quijote y el seductor veneciano

David Felipe Arranz, autor del proyecto junto a Eugenio Fontaneda
David Felipe Arranz, autor del proyecto junto a Eugenio Fontanedalarazon

Un proyecto literario, presentado en el Museo Casa de Cervantes en Valladolid, indagará en los nexos entre el autor del Quijote y el seductor veneciano

El pasado sábado se presentó un avance del proyecto «El Quijote en tiempos de Casanova», una investigación de literatura comparada del filólogo y periodista David Felipe Arranz (Universidad Carlos III de Madrid) y el historiador del arte Eugenio Fontaneda (Inartia), quienes proponen un audaz juegocultural –literario y artístico– entre dos siglos, el XVII y el XVIII. El Quijote en tiempos de Casanova abre sus puertas a una conversación entre Miguel de Cervantes y Giacomo Casanova a través de don Quijote y el Casanova idealizado y descrito en las memorias de este, «Histoire de ma vie». Se trata de un diálogo a cuatro bandas entre los creadores y sus criaturas a través de la literatura y de la experiencia vital, que incluye la anécdota compartida del presidio.

¿Cómo entendieron el amor ambos autores? ¿Cómo retrataron a la mujer? «Es un viaje a las raíces de la literatura, del amor, de los ideales caballerescos, del gusto exquisito por la belleza y de las segundas oportunidades para vivir otras vidas gracias a la influencia del arte y la cultura», comentan los autores, Arranz y Fontaneda, para quienes el ensayo, un reto ético y estético, nace a contracorriente de los tiempos «porque es una apuesta por el amor sublimado».

Los autores mantienen que Casanova, bibliotecario del palacio de Dux (Duchcov, enBohemia) del conde de Waldstein –donde en 1790 empieza a escribir sus memorias–, conocía la obra cervantina –como prueban sus escritos–, y que la estructura de sus memorias es bastante similar a la del Quijote: ambas obras constituyen un relato de viaje y de movimiento. Proponen también una vía de comunicación estética a través del arte y la iconografía, donde descubriremos las ilustraciones quijotescas que encargó Carlos III a la napolitana Ana Meléndez Durazzo y que transformaron y potenciaron el mito de Don Quijote.

A lo largo de la presentación, que contó con Arranz y el editor de ViveLibro, Ignacio Rodríguez, se anticiparon algunas de las conclusiones del estudio, entre las que destacan la estrecha y sorprendente vinculación de El Quijote con Giacomo Casanova y el libretista de Mozart, Lorenzo da Ponte, amigo del seductor veneciano, quien también cita la inmortal novela cervantina. Eugenio Fontaneda, que no pudo acudir por motivos profesionales, remitió un vídeo de saludo desde Bruselas.

El amor apasionado y romántico, los viajes y la aventura, la sensibilidad, el humor, la inteligencia, y la pasión por la cultura y los libros son los ejes centrales de este estudio que verá la luz a finales de 2015 y que tendrá su continuidad en otras manifestaciones artísticas a lo largo de 2016. Estas Navidades, ViveLibro publicará los resultados del trabajo junto a las ilustraciones quijotescas de Ana Meléndez Durazzo encargadas por Carlos III nueve años antes de la llegada de Casanova a Madrid en 1768, y que pertenecen a la Colección Eugenio Fontaneda, en el Castillo de Ampudia (Palencia). El trabajo mostrará a un Don Quijote insólito, romántico y seductor, y a un Casanova platónico y enamoradizo, alejado de la imagen donjuanesca a la que estamos habituados.