Fotografía

Richard Prince se queda con tus fotos de instagram

El renombrado artista, artífice del «apropiacionismo», se enfrenta a una demanda en Estados Unidos por haber utilizado una fotografía tomada de una red social para una de sus exposiciones, que se vendió por 90.000 dólares. La pregunta clave es hasta qué punto es legal

Richard Prince se queda con tus fotos de instagram
Richard Prince se queda con tus fotos de instagramlarazon

El renombrado artista, artífice del «apropiacionismo», se enfrenta a una demanda en Estados Unidos por haber utilizado una fotografía tomada de una red social para una de sus exposiciones, que se vendió por 90.000 dólares. La pregunta clave es hasta qué punto es legal

Ya en una entrevista publicada en «BOMB Magazine» en 1982 Richard Prince (Canal de Panamá, 1949) reconoció que al principio de su carrera «era bastante temerario. Plagiar la fotografía de otra persona, crear una nueva imagen sin esfuerzo. Hacer la exposición, mirar a través de la lente y apretar el disparador me daba la sensación de que no era sano», indicó entonces el artista, establecido en Nueva York. Prince debía sentirse identificado por entonces con el fotógrafo Sam Abell, conocido en Estados Unidos por sus publicaciones en la revista «National Geographic», sobre todo después de que se apropiase de una imagen suya del hombre Malboro a caballo, realizada para los paquetes de tabaco light de esta marca de cigarrillos, y se vendiese en la casa de subastas de Christie’s por 1,3 millones de dólares en 2005. Años después volvió a cambiar de manos por 3,4 millones. Antes en 1977, Prince había fotografiado cuatro imágenes del periódico «The New York Times». Este proceso de «refotografiar» volvió a resaltar con «Spiritual America», cuando retrató una instantánea de la actriz y modelo Brooke Shields, que había tomado el fotógrafo de moda Garry Groos, más tarde especializado en retratos de perros. Ahora su proceso de «refotografiar», enmarcado dentro del concepto «Arte de apropiación» –cuyo auge se desarrolló entre la década de los 70 y 80 del siglo pasado en el barrio del East Village de Nueva York– vuelve a estar en el epicentro del debate sobre los derechos de autor.

La caja de los truenos la ha destapado una maquilladora y modelo de Los Ángeles, Ashley Salazar, cuyo nombre artístico es Mynxii White, que le ha demandado por infringir sus derechos de autor. La reclamación es contra él y su ex galerista, el todopoderoso Larry Gagosian. En la alegación consta que Prince se había apropiado de uno de sus autorretratos, un «selfie», de su cuenta de la red social Instragram.

La citada demanda, que ha pasado desapercibida hasta que el periódico «The Art Newspaper» la ha sacado a la luz, es la cuarta sobre derechos de autor a la que se enfrenta el artista en los últimos años. En el primer caso, Prince perdió contra el fotógrafo francés Patrick Cariou sobre una serie del Canal de Panamá en 2011. En diciembre de 2008, el citado artista presentó una demanda contra el artista estadounidense, la galería Gagosian que expuso la muestra, el dueño Larry Gagosian y Rizzoli International Publications por haberse apropiado de manera ilegal de 35 imágenes. Cinco de ellas ni siquiera fueron modificadas por Prince. Mientras, incluyó 28 pinturas con instantáneas del libro de Cariou «Yes Rasta», una serie realizada en la isla del Caribe de Jamaica. Como ya se ha citado con anterioridad, el tribunal dio la razón al francés citando el caso de 1992 de Art Rogers contra Jeff Koons en el que el artista había copiado una de sus fotografías para una escultura de la que después hizo una serie de cuatro. Vendió tres por 367.000 dólares. La demanda se resolvió con una cantidad económica por parte de Koons a Rogers, además del envío de la cuarta pieza de la citada serie a Rogers en Alemania.

Artista «transformador»

En cambio, después en el caso de Cariou contra Prince, el juez decidió a favor del artista estadounidense en 2013 tras una apelación: se entendió entonces que el trabajo de Richard Prince había sido «transformador» y en 2014 ambas partes llegaron a un acuerdo. Pero el peregrinaje por los tribunales no acabó aquí, pues tuvo que volver después de que presentasen dos demandas contra él por su trabajo titulado «New Portraits», expuesto en la galería de Gagosian de la Avenida Madison de Manhattan. Entonces, reclamaron que Prince había «robado» su trabajo y hecho negocio con el mismo material. En este caso, las obras de Prince hechas a partir de fotografías publicadas en Instagram se expusieron en la Feria de Arte de Frieze de Nueva York en la del año pasado por la entonces galería con la que trabajaba, Gagosian, claro. Fue entonces cuando el prestigioso galerista consiguió que sus clientes le comprasen la mayoría de las obras a 90.000 dólares la pieza. Al enterarse Ashley Salazar, publicó en la citada red social: «Creo que debería poner esto (en referencia a su fotografía original), ya que todo el mundo me está mandando mensajes. Sí, mi retrato está en la Frieze en NYC. Sí, es una captura de pantalla (no una pintura) de mi “post” original. No, no he dado mi permiso. Y sí, el artista controvertido Richard Prince lo utilizó. Se ha vendido (me han dicho por 90 de los grandes) durante la presentación VIP. No, no voy a ir a por él. Y no, no tengo ni idea de quién se ha quedado con ella. #lavidaesrara #artemoderno #quierocomprarfotosdeinstagram@», termina su comentario.

Fue en la red social de Twitter donde siguió la controversia después de las críticas de diferentes usuarios que consideraban que el artista se había limitado a copiar el trabajo de los demás. No quedó ahí la polémica, avivada por el propio artista que contestó entonces con el siguiente comentario: «¿Si me molestan los idiotas y estúpidos? No. Estoy leyendo una autobiografía de Ted Kaczynski. Sólo una copia. Ahora hay un chiflado», indicó sobre el libro del conocido terrorista nacional, anarquista y prodigio de las matemáticas, que entre 1978 y 1995 lanzó una campaña de bombas contra gente relacionado con la tecnología moderna.

No sin mi permiso

A diferencia de quienes han demandado a Prince con anterioridad Salazar no es una fotógrafa profesional. Según se puede leer en su página web, se trata de una artista del maquillaje. Ha hecho giras con los músicos Kanye West y Kelly Clarkson y posado como modelo para la portada de «Elle Japón» y «Vogue Italia». En su demanda aduce que Prince hizo copias de su fotografía sin su consentimiento. Salazar también registró su retrato en la Oficina de Derechos de Autor de Estados Unidos el pasado 25 de marzo. En este caso, quizá el juez falle a favor de la maquilladora al haber utilizado la imagen de la misma. Pero, se espera un largo proceso, que quizá pueda terminar con un acuerdo económico.