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Nuevos pasos para el flamenco y la danza española

Daniel Doña, en un momento de su espectáculo «No pausa»
Daniel Doña, en un momento de su espectáculo «No pausa»larazon

Daniel Doña, Manuel Liñán, Carmen Cortés, Curro de Candela... Una generación de jóvenes coreógrafos y compañías coincide en Madrid.

Los estrenos teatrales decaen en la capital mientras que los Festivales comienzan a presentar sus programaciones. No cabe duda: estamos en verano, diga lo que diga el calendario. Y si alguien sale beneficiado del cambio de ritmo, esos son los amantes de la danza. Esta semana, Madrid se vuelve flamenca y española, con un puñado de propuestas de compañías punteras, voces frescas de los géneros más propios de nuestra danza. Así, dentro del Festival Flamenco Madrid 2015, llegan al Teatro Fernán Gómez sucesivamente Daniel Doña (día 23 de junio) y Manuel Liñán (24 y 25). Antes de ellos, este fin de semana podrá verse a la Compañía La Lupi, que en «Cartas a Pastora» (19 al 21 de junio), tiene sobre el escenario a la bailaora que le da nombre acompañada de Ángel Rojas, una de las dos mitades de Rojas y Rodríguez. En paralelo, Curro de la Candela estrena en el Teatro Alcalá «Afrogitano» (día 25). Y la semana que viene, Carmen Cortés y su compañía ponen en escena en el Teatro Salón Cervantes de Alcalá de Henares «La gitanilla», una versión en clave de danza flamenca de la obra de Cervantes (5 de julio).

Daniel Doña (Granada, 1977) presenta «No pausa», un espectáculo de danza española cuyo título bebe de esos artilugios hipotéticos e imposibles capaces de estar en continuo movimiento con un único impulso inicial. «Quería hacer –cuenta el coreógrafo y bailaor– un símil a la situación actual que está pasando el sector de la danza española. En las redes de teatro nacionales tenemos muy poca programación. Vivimos de la deferencia que tienen directores y programadores de incluirnos. No sabemos de dónde viene nuestra energía, cómo podemos continuar, como un móvil perpetuo, pese a tanto desgaste».

Un recorrido pedagógico

Si esa reivindicación era el punto de partida de «No pausa», explica Doña que «sin querer, se ha convertido en un espectáculo pedagógico, porque muestra la pluralidad de la danza española, que tiene cuatro pilares fundamentales: la escuela bolera, el folclore, la danza estilizada y el flamenco, y eso es lo que mostramos en el espectáculo. El público aficionado va a ver un montaje en el que se conjugan la tradición y las nuevas tendencias de la danza española». Doña reconoce que «No pausa» «es mucho más tradicional que todos los trabajos anteriores que he hecho, precisamente porque quería enseñar eso: la pluralidad de la danza española. Es cierto que siempre sello los espectáculos con mi visión particular de ésta, pero es una mirada muy natural; no la busco, me sale así. Quizá trabajo la escena de una forma muy sobria, nada brillante... Apuesto por la austeridad para que la importancia la tengan la partitura coreográfica, la música y la iluminación, y en eso quizá voy jugando con un concepto más vanguardista por el tipo de iluminación, por la música del espectáculo... y porque estamos en 2015. Somos contemporáneos porque nos ha tocado vivir este momento y respiramos y nos movemos porque el arte evoluciona, no porque quiera mostrar una visión diferente. La danza española ya tiene su sello, su raíz y su fuerza tan arraigada que a poco que te inspire esa época y la respires hoy, eso ya es vanguardista».

Acompañado en escena por Cristina Gómez, María Alonso y Cristian Martín, y con la guitarra de Francisco Vinuesa y el cante de David Vázquez, «un equipo maravilloso», Doña tiene además un coreógrafo invitado, Marco Flores, que ha creado para ellos una zambra y un zorongo. Precisamente junto a Flores y a Olga Pericet, Daniel Doña formó a comienzos de la década pasada Chanta la Mui, una de las aventuras más interesantes del nuevo baile flamenco español con quien firmó tres espectáculos.

Liñán (Granada, 1980) ha colaborado con Merche Esmeralda –que pasó hace una semana por el mismo ciclo– y Olga Pericet, con quien firmó «Cámara negra». Y, cómo no, con Doña. Ambos coinciden al ser preguntados por el otro: «Es más que mi amigo, es mi hermano». Por «De Cabeza» (2009) ganaron de forma conjunta el Max a la mejor coreografía y fueron nominados de nuevo en 2013 por «Rew». Liñán logró ese mismo año otra «manzana» como intérprete por el espectáculo de Teresa Nieto «Tacita a tacita».

En Madrid se presenta con su nuevo espectáculo en solitario, «Sinergia», en el que trata de acercarse a través del movimiento y la música a conceptos como la evolución y los elementos diferentes que componen una rama artística como es el flamenco. «Es para mí un espectáculo al que le tengo mucho cariño, de pequeño formato, minimalista, donde quería hacer un montaje con los complementos fundamentales para el flamenco y a partir de ahí poder desarrollar y enriquecer cada uno de ellos, como el cante y la guitarra», explica Liñán a LA RAZÓN desde Taipei, donde estos días impartía un taller y ofrecía un pequeño recital de baile flamenco. El título de la pieza con que llega a Madrid define bien la idea que persigue, asegura Liñán: «Trata de definir el concepto de sinergia jugando con una coreografía que se va construyendo en la medida en que va avanzando el espectáculo». Y prosigue el granadino: «Me ayudo con mis compañeros. Los guitarristas y cantaores son los que me aportan esas emociones para obtener un resultado más enriquecedor».

A Liñán se le ha calificado en ocasiones dentro del «nuevo flamenco». Aunque al coreógrafo y bailaor es algo que le parece «un poco follón» y cree que depende de «lo que cada persona llame tradicional». En su caso, cuenta, «mi escuela está en la base del flamenco. Es cierto que yo me he interesado por otro tipo de danzas, como la contemporánea y española, pero siempre desde mi lenguaje. En ‘‘Sinergia’’ y otros trabajos, partiendo de que vengo de una escuela y una educación flamencas, sí he intentado ahondar, ir un poco más allá de la tradición, pero jugando al mismo tiempo con ella. Me muevo entre la tradición y la vanguardia».