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Petra Martínez vuelve s su ventana en el teatro Español

La actriz vuelve con «Una mujer en la ventana», de Franz Xaver Kroetz

Petra Martínez vuelve s su ventana en el teatro Español
Petra Martínez vuelve s su ventana en el teatro Españollarazon

Con la edad propia de su protagonista. Así es como vuelve Petra Martínez con «Una mujer en la ventana», de Franz Xaver Kroetz. Hace 35 años, cuando los 40 sólo estaban en el horizonte, que se puso a reflexionar por primera vez en la cristalera. Bagaje que ahora le vale para abrir la temporada del Español –del 22 de septiembre al 23 de octubre–. Un seguro para un teatro que no ha vivido sus meses más placenteros en lo que llevamos de 2016. Pero para olvidar todo lo que ocurre de despachos para dentro se levanta el telón de la sala Margarita Xirgu y aparece esta señora, obligada a dejar su casa, en la que pasará su última noche.

Todavía en buenas condiciones físicas y con las ganas y la cabeza intactas para continuar de forma independiente, esta mujer debe aceptar una salida muy lejos de la que había imaginado. El propietario del edificio ha conseguido que lo declaren en ruinas para terminar de forma radical con unos alquileres que considera bajos y es por esa razón que tiene que abandonar su el que ha sido su hogar durante más de 40 años. Es el momento de mirar a las paredes, las mesillas y las estanterías e ir repasando los recuerdos que ha ido coleccionando durante toda su vida. Esos que no caben en la residencia a la que le han condenado.

Martínez todavía tiene en el pensamiento los inicios de una obra que le ha ayudado a ver las cosas más claras, «especialmente cuando me he tenido que mudar de casa», dice. Síntesis pura que deja espacio para esos primeros apuntes: «Es muy curioso –continúa–, porque crees que no has cambiado mucho y viendo las notas de la época, lo que tenía en mi pensamiento y un vídeo me doy cuenta de lo completamente distinto la situación de la obra de aquella época a ahora. Tengo bastante que ver, pero he cambiado mucho».

En su día su madre le sirvió como parte de inspiración. Ahora, es la actualidad la que le da de beber –a ella y a Juan Margallo, director–. Ambientada en 1975, se han permitido la licencia de añadir una frase que entonces se entendía como sueño: «Estoy convencida de que en un futuro los desahucios serán considerados como un delito». Hoy sabemos que no es así.