Teatro

Teatro

Un castrato genial en la corte del Rey de España

El argentino Gustavo Tambascio presenta en los Teatros del Canal una recreación operística de la vida de Farinelli y su relación con Felipe V

El montaje (en la imagen, el cartel) recrea algunos de sus grandes éxitos en la corte de Felipe V, como «Pallido il sole» o «Per questo dolce amplesso»
El montaje (en la imagen, el cartel) recrea algunos de sus grandes éxitos en la corte de Felipe V, como «Pallido il sole» o «Per questo dolce amplesso»larazon

El argentino Gustavo Tambascio presenta en los Teatros del Canal una recreación operística de la vida de Farinelli y su relación con Felipe V

Era común entre las familias pobres italianas que los niños que demostraban dotes para el canto fuesen castrados con la esperanza de convertirse en cantantes y salir así de la pobreza. Se calcula que en el siglo XVIII podrían llegar a 4.000 los niños castrados anualmente. No fue el caso de Carlo Broschi, procedente de una familia acomodada de Nápoles. Su castración fue un recurso médico por un accidente de caballo –esta es, al menos, la versión más aceptada-. El joven fue enviado a un conservatorio donde cantó con voz de soprano y eligió el seudónimo Farinelli en agradecimiento a los hermanos Farina, mecenas que financiaron su formación. Triunfó en Viena, Venecia, Milán, París y Londres, donde vivió tres años y tras pasar por la corte francesa de Luis XV, decidió aceptar en 1737 la invitación de la reina de España, Isabel de Farnesio. Vino para unos meses con idea de calmar la locura del rey a través del canto y acabó viviendo 22 años en Madrid.

Los Teatros de Canal estrenarán la pieza «Farinelli, el castrato del rey Felipe», compuesta y dirigida por el argentino Gustavo Tambascio, basada en su vida. «Es un estreno absoluto –comenta el autor–. Hace tiempo que me llamó la atención su figura como mito. Cómo el mayor cantante de Europa en el siglo XVIII decide dejar de actuar a los 32 años para cantar al servicio de Felipe V. Luego vino la película, varias biografías y fue mi ayudante quien me propuso escribir sobre él. El monarca vivía de noche y permanecía encerrado la mayor parte del día. Farinelli estuvo nueve años entrando todas las noches a cantarle. Así logró sacar de la melancolía al rey. El espectáculo –continua Tambascio– está concebido como una obra de teatro con música. El cincuenta por ciento es parte hablada y la otra mitad música. Doce arias, de las cuales, tres, –hay constancia de ello– es seguro que cantaba a Felipe V: «Pallido il sole», «Per questo dolce amplesso» y el aria de «El ruiseñor». Las demás se sabe que las cantó, aunque no si fue en ese momento.

Al morir Felipe V, ya con su hijo Fernando VI y Bárbara de Braganza, se dedicó a organizar espectáculos en el coliseo del Buen Retiro y en Aranjuez, donde escenificó un montaje espectacular, «La Escuadra del Tajo», con embarcaciones por el río con los propios reyes en escena. Pasó de ser un artista que canta a uno que dirige. «Creo –afirma Tambascio–, que fue un hombre extraordinario y lo que hizo había que contarlo porque no tiene parangón. Es como si Elvis Presley se hubiese retirado del público para cantar a un solo señor. Esto es imposible pensarlo actualmente. Tuvo éxito, ganó una fortuna, lo llenaban de regalos y un día es invitado por la reina para curar la locura del rey. El primer día comenzó a cantar fuera del dormitorio. Hizo tres arias y, a la cuarta, le hizo pasar llevado por aquella voz sublime. A partir de ahí, todas las noches le cantó, incluida la anterior a su muerte, nueve arias terapéuticas, que sumando los años dan, aproximadamente, 3.212 según mis cálculos. Felipe vivía de noche, tenía pesadillas, se creía una rana... y este hombre lo pacificó».

Una hipótesis teatral

Continúa Tambascio: «La obra es una hipótesis, una construcción teatral basada en hechos reales, pero libre e imaginada. Nadie sabe lo que pasaba esa noche ni cómo cantaba Farinelli. Con Javier Carmena como director musical, serán los contratenores Filippo Mineccia y Konstantin Derri y la soprano Mercedes Arcuri quienes den voz a Farinelli». Y concluye: «Se creó una relación estrecha entre ellos, como de enfermedad. Ambos se necesitaban mutuamente. Esa es la tesis de la obra, uno necesitaba cantar y el otro necesitaba oírlo».

- Dónde: Teatros del Canal

(C/Cea Bermudez, 1, Madrid).

- Cuándo: 14, 16 y 17 de enero.

- Cuánto: Entradas agotadas.