Una fiesta literaria en homenaje a Lara

El influjo y carisma de José Manuel Lara Bosch se dejó sentir una vez más en la gran noche del Premio Planeta. Puede que no estuviera presente, que no presidiera la gala como lo había hecho en los últimos 20 años, pero su presencia se hizo grande en la memoria y el afecto de todos los asistentes. No había quien no tuviese su propia historia que contar, su propia experiencia personal con el editor y empresario, ni tampoco quien no reconociese al instante al hombre que describían, pues así era José Manuel Lara, uno de esos hombres «transparentes», como recordó José Creuheras, el ahora presidente del Grupo Planeta, para quien Lara fue, sobre todo, «una buena persona, grande en todos los aspectos, que se sabía siempre lo que pensaba».

El hijo de Lara, José Manuel Lara García, aseguró en la previa del galardón que ésta sería una noche muy emotiva, y así fue. La 64 edición del Premio Planeta se convirtió en un último gran homenaje a la figura de este amante de los libros que no dudaba en remarcar que la del 15 de octubre era su «noche favorita del años». Escritores, jurado, editores, empresarios, políticos, todos aprovecharon para llenar la ausencia del editor con sus propios recuerdos. No importaba que lo conociesen de la infancia, que hubiesen tenido poco trato

Tras unas sentidas palabras de la presentadora de la gala, la periodista de Antena 3, Lourdes Maldonado, se dio paso a un pequeño video donde se repasaba la historia de Lara en los premios. Arropando a los ganadores, acompañado por los Reyes. Siempre entusiasta, las imágenes se remontaban de los 90 a la actualidad y dejaban ver cómo ni la enfermedad le restó ánimo para su noche favorita. «El libro es lo que más amo. Le he consagrado mi vida y me he divertido muchísimo», se pudo leer en la pantalla. Los hijos del editor, Pablo, Marta y José Manuel, representaron a la familia y agradecieron los sentidos aplausos con los que se cerró el video homenaje. Su hijo José Manuel esperaba que ayer «mi padre también gane el Planeta», y no hubo duda que así fue.