Museo del Prado

Viñetas con la furia de RIbera

El Prado edita su segundo cómic en doce meses, una historia «fuerte y violenta» que se acerca a la obra del maestro valenciano

«El perdón y la furia»
«El perdón y la furia»larazon

El Prado edita su segundo cómic en doce meses, una historia «fuerte y violenta» que se acerca a la obra del maestro valenciano

La Rotonda Alta de Goya del Museo de El Prado tiene la clave. Si se mira a sus paredes, se ve a los «Ticio» e «Ixión» que dejó José de Ribera. Dos. El primero, devorado por un buitre que picotea su hígado por violar a una amante de Zeus; el segundo, castigado a dar vueltas sin fin en una rueda por querer seducir a Hera. Pero... «Falta Sísifo... También falta Tántalo...». Y da comienzo la historia. El juego de la Rotonda real le sirve al guionista Antonio Altarriba y al ilustrador Keko para poner en pie «El perdón y la furia», un cómic «fuerte» –como lo definen sus autores– que edita la pinacoteca y que traza una trama de misterio con las Furias del maestro valenciano como base argumental. La frase entrecomillada da inicio al libro y sirve de presentación de los derroteros que van a seguir sus páginas, por las que un profesor de historia de la Universidad de Salamanca, Osvaldo González Sanmartín, tratará de descubrir el misterio y unir, de nuevo, a los cuatro moradores del Hades grecolatino, enviados allí por haber desafiado a los dioses: Ticio e Ixión por los motivos ya citados, y Tántalo y Sísifo por servir a su hijo de festín y por haber delatado las infidelidades de Zeus, respectivamente. Uno, condenado a procurarse en vano alimento y, otro, castigado a portar una piedra gigantesca. Y así lo reflejó Ribera en sus cuadros para resumir el horror en la pintura.

La violencia que se plasmó en el XVII es la que ahora se traslada a las viñetas con una historia «casi gore», presentaban ayer en El Prado. «No queríamos una biografía de Ribera ni un acercamiento a su pintura, sino una trama relacionada con su obra», comentó Altarriba. Mientras que el dibujante –que ha mantenido su costumbre del blanco, negro y rojo– exponía su punto de vista: «No ha sido un homenaje ni una confrontación con la obra del maestro, del que, además, estoy muy lejos, pero sí que te dejas llevar de la mano y puedo decir que, por lo menos, no ha quedado blandito».

- Alma de tebeo

Se unen así el mundo de los cuadros del Paseo del Prado y los tebeos por segunda vez en menos de doce meses después de que el museo también editara «El tríptico de los encantados», de Max. «Yo sabía que la entrada del cómic en el museo se iba a producir –apuntaba ayer Altarriba–, lo que no tenía tan claro es que yo lo fuera a ver y que ocurriera en un lugar tan mágico que pone en perspectiva nuestra obra –por El Prado–. En 1967 el Louvre celebró una exposición sobre el cómic en la que reivindicaba el estatus artístico de la viñeta y esto es lo que ocurre ahora aquí (...) Hay un proceso narrativo en los cuadros que lo emparejan al cómic, porque una pintura también tiene alma de viñeta contando una historia en un lienzo».

Una tesis a la que Miguel Falomir, director adjunto de Conservación e Investigación del Museo del Prado, se quiso sumar como apoyo de parte de la institución: «Una de las obligaciones de un museo que alberga obras de autores muertos es proponer aproximaciones a su colección, invitar a autores y artistas a interpretar sus cuadros». Convirtiendo, de esta forma, la pinacoteca madrileña en la «casa del cómic», continuó en defensa de un formato artístico «que tiene mucho que decir y que cuenta con el mismo rango que la pintura».

El asesino continúa con la obsesión

«Yo asesino», la anterior obra de Altarriba y Keko, fue el motivo que confimó esta empresa –en la imagen, una de sus páginas–. Una pieza que hace de «El perdón y la furia» un «apéndice que refleja las obsesiones del personaje de entonces, aunque más trastornado», apunta Keko.

«El perdón y la furia»

A. Altarriba y Keko

M. de el prado

64 páginas,

14,25 euros