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Aquel sofocón galáctico

El Madrid necesitó la prórroga para eliminar de la Copa al Leganés en su primera visita a Butarque. Decidió un gol de Raúl, que pidió entrar al vestuario local para felicitar a sus rivales.

Beckham, en la visita del Real Madrid a Butarque en diciembre de 2003
Beckham, en la visita del Real Madrid a Butarque en diciembre de 2003larazon

El Madrid necesitó la prórroga para eliminar de la Copa al Leganés en su primera visita a Butarque. Decidió un gol de Raúl, que pidió entrar al vestuario local para felicitar a sus rivales.

A Asier Garitano y a José Pekerman les une haber imaginado alguna vez al Leganés en Primera División. Ambos lo hicieron con algo más de 13 años de diferencia, los que separan la visita del Real Madrid hoy a Butarque y la primera vez que los blancos jugaron allí en partido oficial. Fue en los dieciseisavos de final de la Copa del Rey, a partido único, en una noche en la que parecía que no iba a pasar nada y sucedió de todo.

Aquel Madrid era el de los galácticos de Queiroz, que no hizo muchas rotaciones. Dio descanso a Zidane, que se evitó el sufrimiento, pero los blancos acabaron la prórroga con 4 futbolistas que ese año estaban entre los 11 primeros de la lista del Balón de Oro (Raúl, Beckham, Roberto Carlos y Ronaldo). El Leganés era el de los argentinos, un proyecto que no pudo materializarse por la espantada del empresario Daniel Grinbank, que traicionó a todos los que habían llegado con él. Aquella noche el Lega compitió y puso a la poderosa galaxia contra las cuerdas con el apoyo de su afición, algo parecido a lo que espera hoy al Madrid si se olvida la intensidad en casa.

Raúl decidió la eliminatoria (3-4) con un gol de tacón en la prórroga y tuvo la ayuda de César Sánchez, que evitó dos goles cantados de Enría y Kuhl que habrían eliminado al Real Madrid. El «7» tuvo que aparecer para sentenciar, pero lo mejor que hizo ese día no lo captaron las cámaras. Nada más terminar el partido pidió entrar en el vestuario local para felicitar personalmente a unos futbolistas de nivel inferior, pero que habían competido mejor y se habían quedado muy cerca de la hazaña. Uno por uno recibieron el saludo de una de las grandes estrellas del momento, que se ocupó después de que todos los rivales tuvieran una camiseta del Real Madrid de recuerdo.

El falso infarto de Aimar

Carlos Queiroz también reconoció el buen partido de un rival que acabó el partido sin el entrenador en el banquillo. Carlos Aimar era el técnico del Leganés y a veinte minutos del final se llevó la mano al pecho y desapareció por el túnel de vestuarios. «¡Un infarto, le ha dado un infarto!», se dijo en la zona de prensa al ver la imagen, pero no era tan grave. El juez de línea no lo vio en la banda y chocó con él dejándole sin aire y con alguna costilla «tocada». No tenía nada que ver con la tensión del partido ni con lo cerca que se veía la posibilidad de dejar al Madrid fuera de la Copa. Ahí estuvo la cosa con dos goles de Borja Pérez, canterano madridista que después sí conseguiría tumbar al equipo blanco con el Alcorcón.

El curso siguiente regresó el Madrid en Copa a Butarque con los locales en Segunda B y no volvieron a verse hasta la visita al Santiago Bernabéu esta temporada (3-0). Hoy es el Lega el que recibe al campeón de Europa en busca de que, otra vez, pasen más cosas de las que se esperan.