Asensio, el futuro ha llegado

Con apariciones como la de Múnich se ha ganado más minutos de aquí al final. Si Bale no llega al martes, Marco está preparado

Renato Sanches y Kingsley Coman (Bayern), Kylian Mbappé, Bernardo Silva y Thomas Lemar (Mónaco), Julian Weigl, Emre Mor, Christian Pulisic y Ousmane Dembelé (Dortmund) y Marco Asensio (Real Madrid) tienen en común varias cosas: todavía están en edad sub’21, juegan en alguno de los ocho equipos que están luchando por un puesto en las semifinales de la Liga de Campeones y, a pesar de su juventud, son titulares o tienen un papel importante en momentos decisivos. Ellos son el futuro, pero ya están aquí, con prisa por sustituir en las listas del Balón de Oro a los que ahora son habituales.

Mbappé marcó dos goles con el Mónaco, Pulisic respondió con otro y una buena segunda parte para mantener al Dortmund con opciones en la eliminatoria, Weigl es desde hace tiempo el faro de los alemanes y Marco Asensio apareció en el Allianz Arena como si se tratara de un campo de Segunda División y lo que se estuviese disputando fuera un amistoso. El ex del Espanyol sigue siendo el madridista menos utilizado más allá de Coentrao y Mariano. Ni siquiera ha jugado más que Kiko Casilla, pero no ha sido por no haberlo merecido. Lo sabe Zidane, que no piensa frenar la progresión de su chico. Marco pide minutos cada vez que tiene una oportunidad y en los últimos meses ha ganado posiciones en la jerarquía del vestuario blanco.

Con todos disponibles solía ser el que se quedaba fuera de la convocatoria, aunque sólo fuera por sus 21 años, pero en Múnich le ganó el asiento en el banquillo a Lucas Vázquez, algo gris últimamente, y cuando Bale no pudo seguir por sus molestias musculares Zidane lo eligió a él. Podría haber señalado a Isco o James en primer lugar, pero a Zizou no le importó el calibre del escenario y del momento... o tal vez sí, y por eso llamó a Asensio.

El mallorquín sólo ha recorrido 21 kilómetros en la Liga de Campeones, suficientes para dejar huella y garantizarse algunos más de aquí al final. Entró en el campo con la tranquilidad de un veterano y volvió a responder a la confianza del entrenador. Hizo justo lo que requería el partido: meterse entre líneas y aprovechar los espacios que dejaba un Bayern con diez futbolistas y algo cansado. Allí se ofreció Asensio para recibir el balón, darse la vuelta y ponerle la asistencia del segundo tanto a Cristiano. Fue sólo media hora de los 155 minutos que ha disputado en Champions hasta ahora. La Supercopa de Europa sí la jugó entera, con prórroga incluida, y abrió el marcador y la temporada con un golazo. Fue su primer chispazo en el Real Madrid, donde no le ha perjudicado jugar únicamente a ratos.

Con algún peso pesado lesionado, fue titular a comienzos de curso y en la primera jornada de Liga marcó en Anoeta con un magnífico remate de vaselina. Su temporada se puede explicar así, a base de detalles de calidad que distinguen a los buenos de los mejores. También le tocó jugar en Copa ante el Sevilla y sofocó la remontada en el Pizjuán con un gol en el que salió desde su campo y regateó a varios rivales antes de acomodar el cuerpo, levantar la cabeza y apuntar al palo izquierdo de la portería de Sergio Rico.

Marcó en Eibar como parte del plan B de Zidane para dar descanso a los titulares y en Leganés mostró de nuevo su potencia en el tren inferior con una arrancada que abrasó a los centrales pepineros antes de asistir a James, que sólo tuvo que empujar el balón a portería vacía. Se siente importante, aunque no juegue mucho y está más en forma que otros de los de su mismo escalón en la plantilla. Por eso en Múnich no fue uno de los descartes y se convirtió en el primer cambio cuando el partido estaba todavía por decidir. Zizou lo pone siempre en el campo cuando rota Cristiano, el miércoles fue a Bale al que sustituyó y, si el galés va a estar de baja un tiempo, Asensio está listo.