Así es una final de Champions desde los ojos de un fotógrafo deportivo

Así fue, hace justo un año, la final de la Liga de Campeones de 2016 entre el Real Madrid y el Atlético de Madrid en Milán, desde el punto de vista de un fotógrafo deportivo, nuestro fotógrafo.

A falta apenas de tres días para la final de la Liga de Campeones que se celebra en Cardiff el próximo sábado entre la Juventus de Turín y el Real Madrid, no está de más cómo se vivió la que se celebró justo ahora hace un año, en 2016, en Milán, entre, precisamente, el Real Madrid, que repite, y el Atlético de Madrid.

Las rutinas se repiten. Otra vez el Real Madrid en la final. Otra vez los periodistas a viajar. Hoy, Cardiff. Ayer Milán. Las 20:45 marcan el comienzo del partido, pero la jornada empieza mucho antes para un enviado especial. El despertador suena extrañamente pronto para Alberto R. Roldán. Un ducha rápida y camino al aeropuerto, la ciudad que nunca descansa. Las primeras colas, las primeras carreras, y al avión. El aeropuerto de destino no es el final del trayecto. Hay que recoger el coche de alquiler y después de haber cumplido casi una jornada laboral, comienza la final de verdad.

Los fotógrafos acuden al sorteo de los lugares que ocuparán durante el partido. De eso depende tener o no la foto del día. Y ya, dentro del estadio, hay que ubicarse. Una sola cámara no es suficiente. En Milán vuelven a disputarse el título el Real Madrid y el Atlético. Todo importa. Cualquier campeón es nuestro campeón y la conexiones tienen que estar preparadas. Pasa el partido en un suspiro, la prórroga y los penaltis a través del objetivo de la cámara.

Pero el partido tampoco termina cuando Juanfran falla el penalti. Los jugadores celebran y todo el mundo quiere la foto con la Copa. Cuando los futbolistas llegan al vestuario hay que transmitir las fotos. Cualquier rincón es bueno. Es más importante la rapidez que la comodidad. Objetivo cumplido. Eso no se ve, pero ya sólo queda encontrar un puesto de comida rápida para no marcharse a la cama sin cenar.