Real Madrid Baloncesto

Doncic, también en Europa

Ocho puntos, con dos triples incluidos, en los dos últimos minutos acabaron con el Zalgiris. «Creo que Laso confía en mí», aseguró el base después de su primer recital en la Euroliga

Doncic acabó el partido con 17 puntos, 4 rebotes y 4 asistencias
Doncic acabó el partido con 17 puntos, 4 rebotes y 4 asistenciaslarazon

Ocho puntos, con dos triples incluidos, en los dos últimos minutos acabaron con el Zalgiris. «Creo que Laso confía en mí», aseguró el base después de su primer recital en la Euroliga

«Creo que Laso confía en mí», comentó Luka Doncic a las cámaras de Movistar + después de su primer recital en Europa. Cuatro días después de ser elegido por primera vez en su corta carrera el Jugador Más Valioso de la jornada en la Liga Endesa, el adolescente esloveno vivió su primera noche de gloria en la Euroliga. En los dos primeros meses de competición en Europa ya había dejado detalles. Lo de ayer fue el primer solo de un jugador único. Con el Zalgiris amenazando con tomar el Palacio, Luka cogió los mandos de la nave y resolvió un partido que no debió complicarse tanto como para llegar a los dos minutos finales con todo por decidir (86-86). Doncic se fabricó dos triples frontales en sendos uno contra uno. El equipo se puso en sus manos y resolvió con dos jugadas en las que no hubo nada de improvisación, nada de tiros forzados, nada de casualidad, nada de lanzamientos imposibles... Manejo de balón, lectura de juego y mecánica de tiro intachables. Un triple a falta de 1:37 y otro a falta de 44 segundos que devolvía la tranquilidad (92-86). Quedaba la guinda en forma de dos tiros libres para que el Zalgiris sacara la bandera blanca y para que todos sus compañeros confirmaran lo que se vienen oliendo desde hace semanas: lo de este chico es diferente a todo. Ocho puntos en los últimos dos minutos para un total de 17 con 4 rebotes y 4 asistencias.

El partido de Doncic llegó además el día en que el equipo estaba huérfano de Llull. Sin la principal referencia, sin el alma del grupo, el Madrid fue un rival demasiado cómodo para los lituanos durante muchos minutos. Sólo defendió de verdad en el arranque del tercer cuarto. Fue cuando llegaron las máximas diferencias en torno a la decena de puntos. El Madrid hizo poco más que aprovechar el frágil juego interior de los chicos de Jasikevicius para mandar, aunque fuera con escasa autoridad. La explosión de Doncic y la omnipresencia de Ayón evitaron problemas mayores. Laso, al final, enfriaba el recital del niño: «Los dos bases han hecho un buen partido». No hay que preocuparse, además, tiene buena cabeza.