La guerra mental de Valero

Es el segundo máximo anotador de los equipos que hay en cuartos y especialista en el lanzamiento de penalti. Supera los 10 tiros diferentes. Mañana, España-Croacia

Octavos de final contra Brasil. Una pelota caliente. Un momento delicado. 26-26, faltan dos minutos y un segundo y España tiene un lanzamiento de siete metros. Víctor Tomás acababa de fallar uno. Al palo. Valero Rivera marcó el primero que tuvo, pero no el segundo. Daba igual. Él agarró la pelota y con decisión puso el 27-26 con un tiro abajo a la izquierda, una de las muchas opciones que maneja el extremo

del Barcelona.

–¿Cuántos tiros de penalti distintos tiene, unos 10 ó 12?

–Entre amagos y no amagos, sí, más o menos por ahí.

Así lo explica Valero, con la calma habitual, casi timidez, aunque luego dicen que es de los que más buen rollo genera en el grupo.

«El penalti es una batalla psicológica con el portero. Tienes que pensar un poco lo que él piensa para saber dónde puedes tirar y, sobre todo, intentar engañarlo, con los amagos...», explica el extremo, un jugador que sabe muy bien lo que es la presión, empezando por su apellido, Rivera, del que se siente orgulloso, pero contra el que también ha tenido que luchar.

Quizá en algún momento le pudo abrir alguna puerta ser el hijo de uno de los mejores entrenadores de la historia de este deporte, pero también puso sobre él la sospecha de si estaba donde estaba por méritos propios.

Su muñeca, su trabajo y su capacidad anotadora, que le han convertido en uno de los mejores finalizadores del mundo, han acabado con cualquier duda, aunque tuviera que marcharse a Francia para demostrarlo. «Fue una de las mejores decisiones que he tomado en mi carrera. Ir allí me ha beneficiado en todo: en mi juego, en mi vida, en mi cuerpo... La verdad es que sólo puedo estar agradecido a Nantes y a Francia», explica quien ahora ha vuelto «a casa», al Barcelona, muy «contento y con mucha ilusión».

34 dianas en Francia

En el Mundial de Francia ya suma 34 dianas, el segundo que más de los ocho equipos que siguen vivos. Sólo le supera el sueco Ekberg, con 39. Catorce de los tantos del español (de 18 intentos) han llegado desde el bello arte de los siete metros.

«También es mucho entrenamiento y mucha práctica en los partidos. Cuantos más tiras, tienes más confianza», prosigue explicando Valero. Pero también cuantos más tiras, más difícil es elegir dónde dirigir el siguiente. «No tengo rutinas. Intento hacer mucho vídeo para poder saber dónde voy a tirar. Sí que sabes dónde van los primeros, pero si lanzas más de tres o cuatro, es por “feeling”. No es que vayas con el tiro pensado, pero sí con varias posibilidades: puedo amagar a un lado y tirar a otro... Depende», asegura.

Contra Macedonia, por ejemplo, anotó cinco de cinco y contra Brasil metió el tiro más caliente pese a que seguramente no le tocaba, porque normalmente cuando se falla un penalti se corre turno y después lanza otro compañero.

Fijo en la Selección

Valero es un fijo en la Selección, uno de los que vivió la dolorosa ausencia en los Juegos Olímpicos de Río. «Fue un palo muy duro, pero la vida sigue. Nos tuvimos que hacer a la idea rápidamente y ahora tenemos otra oportunidad. Lo de los Juegos fue un tropiezo, porque desde 2011 siempre estamos en semifinales y eso quiere decir que estamos haciendo las cosas bien», piensa. Croacia es el rival que se interpone en otra nueva semifinal de los Hispanos. Si hay un penalti comprometido, no hay duda de quién lo va a lanzar.

Programa de cuartos de final (todos mañana):

Noruega-Hungría (17:00),

Francia-Suecia (19:00),

Eslovenia-Catar (20:45)

España-Croacia (20:45, TDP).