Tenis

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A rueda: Corte de mangas de Nadal

Rafa Nadal
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¿Recuerdan «El curioso caso de Benjamin Button»? Sí, esa película en la que Brad Pitt nacía con ochenta años y rejuvenecía hasta convertirse en un bebé. Un proceso que me vino a la cabeza cuando Rafa Nadal anunció que jugaría el Abierto de Australia que arranca hoy con una camiseta sin mangas. Es decir, con los bíceps al aire, como en sus inicios, cuando arrasaba por su explosividad. Ahora, a los 31 años, en plena madurez y como número uno del ránking, regresa a los orígenes. Más allá del aspecto comercial de la decisión, que algo tendrá que ver, me parece un buen síntoma. Nadal demuestra que mantiene intacta la ilusión por este deporte, que busca reinventarse cada año, que no se conforma con lo mucho que ha logrado. Por eso dejó atrás a su tío Toni para trabajar con Carlos Moyá, por eso modificó su juego para recuperar sensaciones y olvidar las lesiones. Los resultados han sido excelentes. Ahora vuelve a introducir un cambio, y, aunque parezca algo simplemente estético, Nadal no hace nada porque un día se levanta con el otro pie. Volver a vestir como a los veinte años puede tener un componente mental. Y de eso Rafa sabe mucho.

¿Asalto final?

Más allá del atuendo, Nadal parte como gran favorito en Australia. Por juego, confianza y por un sorteo bastante asequible en las primeras rondas. Luego está Federer, inagotable, al que ya nadie se atreve a descartar después de la exhibición del año pasado. ¿Y qué pasa con los jóvenes? La llamada «Next Gen» (Thiem, Zverev, Dimitrov, Kyrgios...) lleva dos o tres aos intentando alcanzar la cima, pero de momento son incapaces. No es cuestión de talento, que les sobra. Hablamos de mentalidad, de ver enfrente a los mitos del tenis y no derrumbarse. Ésa es la puerta que tienen que derribar, la gran ventaja de Roger Federer y Rafa Nadal.