Motociclismo

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Dani, Marc y Jorge

La Razón
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A su manera, Pedrosa, Márquez y Lorenzo han conseguido la victoria en el Gran Premio de Jerez, en casa. Dani, evidentemente, por cruzar el primero la línea de meta tras liderar la carrera de principio a fin, pero también por demostrarse a sí mismo que aún puede competir con los demás, que no es un adorno en un campeonato que año tras año se le va de las manos.

A su manera, Pedrosa, Márquez y Lorenzo han conseguido la victoria en el Gran Premio de Jerez, en casa. Dani, evidentemente, por cruzar el primero la línea de meta tras liderar la carrera de principio a fin, pero también por demostrarse a sí mismo que aún puede competir con los demás, que no es un adorno en un campeonato que año tras año se le va de las manos. Siempre hay alguien más rápido, más osado, más regular. Un piloto mejor. De ahí sus lágrimas en el podio, síntoma de que ha sufrido mucho todos estos años de sinsabores. Ayer dispuso del escenario perfecto para su estilo: pista libre para tirar sin oposición desde el comienzo. Ahí es prácticamente imbatible. El problema llega cuando hay que meter la rueda, cuerpear, jugársela. Ésa ya es otra historia.

Marc ya calcula

La victoria de Márquez, segundo en el podio, ha sido apretar el Mundial tras el desastre de las Yamaha. Marc, lo reconocía tras la carrera, se ha convertido en un piloto más cabal y sensato. Tenía la opción de ir a por Pedrosa, de apurar sus neumáticos, pero también de irse al suelo. Fue entonces cuando le indicaron que Viñales y Rossi no estaban entre los primeros y decidió ser conservador, sumar puntos y pensar en el Mundial. Cuatro pilotos en diez puntos (Rossi, Viñales, Márquez y Pedrosa) auguran una temporada apasionante.

Jorge se reivindica

En otra batalla anda Jorge Lorenzo, la tercera victoria del día, también la más inesperada. Su tercer puesto sabe a gloria tras un comienzo de campeonato dificilísimo, en el que la Ducati se había mostrado ingobernable para su estilo de pilotaje. Jorge se la jugó firmando por el equipo italiano, donde sólo el australiano Stoner ha sido capaz de dominar una máquina tan potente como inestable. Rossi, su íntimo enemigo tantos años en Yamaha, fue incapaz de conseguirlo. Lorenzo tiene ahí un acicate más. El mallorquín no tira la toalla.