Vuelta a España

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Premio para De la Cruz

El ciclista del Ettix consigue su primera victoria profesional en el Naranco y se pone líder de la Vuelta. Practica la paleodieta y no tuvo contacto con el ciclismo hasta los 18 años.

David de la Cruz (Etixx) en el podium tras ganar la novena etapa de la Vuelta a España
David de la Cruz (Etixx) en el podium tras ganar la novena etapa de la Vuelta a Españalarazon

El ciclista del Ettix consigue su primera victoria profesional en el Naranco y se pone líder de la Vuelta. Practica la paleodieta y no tuvo contacto con el ciclismo hasta los 18 años.

La primera victoria como profesional de David de la Cruz llegó a lo grande. El ciclista catalán del Ettix ha esperado hasta los 27 años para subirse a un podio, pero lo hizo con insistencia. Ganó la etapa en el Naranco y, de premio, se llevó el maillot de líder y el de la combatividad. «Ha sido un momento superespecial. Ganar y conseguir el maillot de líder con el nivel que hay aquí es sorprendente. Ha sido un premio y una recompensa a todos los momentos malos que he podido tener en las últimas temporadas», asegura. El año pasado tuvo que marcharse de manera prematura de la Vuelta. Se había roto la clavícula en la Vuelta a Polonia y, aunque sólo tenía 19 días hasta el comienzo de la carrera, apuró la recuperación para estar en la salida. No resistió. Era la misma clavícula que se había fracturado en el Tour de 2014. En 2011, cuando iba a debutar como profesional en la Vuelta a Andalucía, lo arrolló un coche. Y en ese mismo año, una caída en el Tour del Porvenir le forzó a marcharse a casa. Esta temporada una apendicitis le hizo perderse varios días de competición.

Pero David nunca ha perdido la fe. La casualidad le acercó al ciclismo y llegó para quedarse. Cuando era adolescente practicaba el atletismo, los 3.000 obstáculos, pero las lesiones no le dejaban tener continuidad. Un día que decidió no ir a clase se cruzó con una tienda de bicicletas y se compró una. No tuvo contacto con el ciclismo hasta los 18 años.

Desde entonces todo fue muy rápido. Se estrenó en el Caja Rural, fichó por el NetApp y, de ahí, al Ettix. Su carrera ha seguido creciendo, pero las razones de su mejora las encuentra sobre todo en la alimentación. Desde 2013 practica la paleodieta. No come productos procesados, sólo verduras, fruta, carne, pescado, huevos y frutos secos. Lo que da la naturaleza, lo mismo que comía el hombre primitivo. Ha eliminado la pasta de su dieta, una rareza para un ciclista. También los lácteos, las grasas y el azúcar. No come pan. «El gluten no lo toco ni con un palo», dice. «Antes pensaba que comía bien, pero ahora sé que no sabía comer», confiesa.

«El primer mes fue muy duro», asegura. «Mi cuerpo tenía que empezar a trabajar con otra energía y prescindir de alimentos como el azúcar o el café con leche de la mañana». Las mejoras no tardaron en llegar, desaparecieron las alergias que le hacían perderse algunas sesiones de entrenamiento. El único problema eran los días fuertes de entrenamiento o de competición. «Me faltaba gasolina», dice. La encontró en el arroz, la patata y el pan de trigo sarraceno que él mismo fabrica con su panificadora.