Tour de Francia

Tour de Francia

Huracán antes de la batalla

La etapa estuvo marcada por un abanico formado gracias al viento en los últimos kilómetros, que descolgó al español Alberto Contador, quien perdió más de un minuto.

Matthews a su llegada a la meta
Matthews a su llegada a la metalarazon

Alberto Contador sucumbe ante los abanicos, pierde un minuto y 33 segundos y sale del «top 10» en una emocionante etapa previa a los Alpes que ganó Michael Matthews.

Se las prometía felices el pelotón del Tour. 165 kilómetros hasta Romains Sur Issère con dos pequeñas cotas puntuables en la primera parte de la etapa para tomar contacto después del día de descanso y antes de la gran batalla de los Alpes que hoy comenzará. Todo indicaba un remanso de paz y siesta y acabó siendo todo menos eso en el penúltimo ejemplo de que el espectáculo lo escriben los ciclistas y no los recorridos. Y si encima el viento pone de su parte, ¿qué más se puede pedir?

Porque ni hubo fuga ni triunfo cantado. Más bien persecución y pánico. Marcel Kittel sufrió desde el principio y el Sunweb de Michael Matthews quiso hacer sangre. Más que para la etapa, pues el australiano ya consiguió una el pasado sábado, para hundir al alemán todo lo posible, que no lograse contactar y que perdiese los puntos a repartir en la jornada para el maillot verde. Rascaron premio doble. Quién sabe si más. Porque Matthews ganó su segunda etapa en este Tour y además ha recortado distancias hasta 31 puntos de diferencia con Kittel por el verde, además de dejarle tocado de cara a las duras etapas que para ambos se presentan hoy y mañana. A estas alturas de Tour, cada equipo tiene su propia guerra y la del Sunweb y el Quick Step, ante la ausencia de Peter Sagan, es el maillot de la regularidad.

Va a tener que ser esa la pelea del equipo de Patrick Lefevere, pues si les quedaba una mínima esperanza de pelear por el podio o algo más, ayer el viento hizo añicos sus sueños. Daniel Martin se vio atrapado. No fue el único. Alberto Contador, también. «Estábamos todo el tiempo delante, pero en un momento que había frenazos me he ido para atrás, se ha empezado a estirar el grupo y me ha pillado», narraba en meta el madrileño, que acumula desgracia tras desgracia en este Tour. «La etapa después del día de descanso siempre vas un poco torpe», añadía el chico de Pinto.

Contador cayó en su propia trampa. Porque fueron él y los dos compañeros que le quedaban aún delante quienes abrieron la caja de pandora. Koen de Kort y Pantano se colocaron al frente del pelotón a 40 kilómetros de meta con toda la intención de provocar un abanico. «Pero ha sido complicado organizarnos», admitió. Se quedó en un leve intento. Y al final, acabó perdiendo a Pantano, que se cayó, y volvió a estar solo. «Gogl y Markel Irizar, que eran dos pilares fundamentales, se quedaron en el principio de la etapa», contaba Alberto.

Para entonces, el miedo a los cortes ya planeaba sobre el pelotón como un fantasma a punto de hacer su aparición. Eso provocó que el Sky pusiera a Michal Kwiatkowski al frente del pelotón en los últimos 15 kilómetros, junto a Vasil Kiryenka, y detrás Chris Froome, escoltado también por Mikel Landa. Protección total. Lo hicieron al intuir las intenciones del Astana poco antes. La marcha de los ingleses fue el hundimiento de Daniel Martin y de Contador. El irlandés se dejó más de medio minuto y le han adelantado en la general Simon Yates y Mikel Landa, que ya es quinto.

Contador cedió minuto y medio y saltó del «top 10». Ahora es undécimo. En su posición ya poco importa. El madrileño mira a las montañas, al Telegraphe y al Galibier, que hoy se ascenderán y que tanto le inspiran para una de sus gestas. «Me gustaría estar delante y no haber perdido ese tiempo. Estoy a una diferencia grande en la general, pero no gozo de la libertad que tienen otros corredores», se lamenta el ganador de dos ediciones. Ya le conocen. A Contador no se le puede dejar un metro vivo, porque para un ciclista de su raza, puede ser suficiente para matarte.

Para el líder del Trek-Segafredo y para Froome, Bardet, Urán y Aru llega al fin la hora de la verdad. Los Alpes. El galo, el colombiano y el italiano tendrán que atacar para descoser al Sky si quieren gozar de una renta que les permita soñar con el Tour antes de la crono del sábado en Marsella, de 22,5 kilómetros de recorrido que favorece al líder. Y entre medias de todos ellos está Mikel Landa. El alavés puede ser la pieza clave del conjunto inglés a la hora de meterlo en una fuga y obligar a los equipos de sus rivales a trabajar o esperar junto a su líder para sostenerlo hasta el final. Será su último servicio al Sky antes de soltarse las cadenas para ser libre al fin. ¿Qué pasará? La respuesta sólo la tienen las montañas.