Vuelta a España

Ciclismo

Nairo por fin sonríe

Pegado a la rueda de Froome, contuvo los ataques del británico para ganar la Vuelta. Chaves arrebata el podio a Contador

El ciclista colombiano del equipo Movistar, Nairo Quitana
El ciclista colombiano del equipo Movistar, Nairo Quitanalarazon

Pegado a la rueda de Froome, contuvo los ataques del británico para ganar la Vuelta. Chaves arrebata el podio a Contador

La victoria final en la Vuelta merece una sonrisa. Nairo Quintana, habitualmente un hombre serio en carrera, aparecía relajado después de cruzar la meta de Aitana, territorio militar invadido ayer por las bicicletas. «Sólo tengo que vigilar a Froome», advertía el viernes después de la contrarreloj de Calpe. Y a eso se dedicó de manera obsesiva durante toda la etapa. Poco le importó que atacara Chaves en el puerto de Tudons en busca de un lugar en el podio. Estaba demasiado lejos su compatriota y ni Nairo ni su equipo estaban dispuestos a gastar fuerzas tan lejos de la meta.

Chaves se fue sin que Contador se esforzara demasiado por atraparlo. «El podio era bonito para el equipo, pero no era el objetivo que traíamos al principio de la Vuelta», confesaba. A Contador no le interesa otra cosa que ser primero. Y para eso corre. Aunque hubiera preferido ser tercero. Creía que Movistar iba a preocuparse más por Chaves e incluso pidió ayuda a Valverde para que le devolvieran el «favor» de Formigal. Alberto fue el principal colaborador de Quintana para que ese día ganara la Vuelta. Pero estaba solo.

La ventaja de Chaves creció pronto hasta el minuto. Y no tardó mucho en alcanzar los dos. Por detrás, el único movimiento fue el del Tinkoff. Descolgó a Trofimov, que marchaba en una escapada por delante para ayudar a Alberto, que se había quedado solo. Consiguió su objetivo de reducir la ventaja, hasta que un ataque de Simon Yates volvió a dejar solo a Contador.

Quintana seguía pegado a la rueda de Froome sin importarle nada de lo que sucedía por delante. Se sentía tan cómodo que Movistar ni siquiera intentó controlar la escapada, que terminaría jugándose la victoria Latour levantando los brazos delante de Atapuma. Felline, que venía con fuerzas por detrás, no llegó a tiempo de ganar la etapa, pero sí de arrebatar el maillot verde a Alejandro Valverde.

A Nairo sólo le preocupaba Froome, que dejó sus ataques para el final. Y detrás siempre estaba Nairo. Respondió a todos. Se repetía la escena de la subida al Aubisque, con continuos ataques entre los dos primeros. Pero ayer era Quintana el que se defendía y Chris Froome el que se desesperaba.

Contador no pudo seguir el ritmo de los dos primeros. Con el podio ya perdido en favor de Esteban Chaves no tenía más por lo que pelear. «Era un todo o nada» , decía el colombiano, orgulloso de su tercer puesto final en la carrera y de su imparable progresión. Después de presentarse el año pasado en la Vuelta como un candidato a grandes cosas en el futuro más cercano, este año ha sido segundo en el Giro y tercero en la carrera española.

Colombia ocupa dos de los tres puestos del podio. Pero eso no parecía suficiente para Quintana, que atacó en los últimos metros para despegar a Froome. Un ataque innecesario con el que el colombiano quiso demostrar su superioridad en esta Vuelta. «Él me ha atacado muchas veces, ha atacado en las bajadas», se justificaba el colombiano. Le sacó dos segundos en meta, mientras el británico aplaudía de manera irónica por detrás. «Si le ofendí, le pido disculpas. Que no se enfade, que son cosas del momento y calentura de etapa», decía Nairo.

Quintana logra la segunda Vuelta para Colombia 29 años después del triunfo de Lucho Herrera.

Sólo le falta el Tour

El Tour es la gran obsesión de Nairo Quintana. Para eso se ha preparado este año, aunque no pudo con Chris Froome. «Parece que ser tercero es el fracaso más grande del mundo, pero para mí no lo es. Hay que tener calma porque no somos máquinas, somos humanos, no somos robots», asegura. Pero ya se prepara para encontrar la manera de hacer vulnerable a Froome. Ya tiene el Giro y la Vuelta. Ahora quiere el Tour.