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F. C. Barcelona

Cristiano, sí; Messi, no

Cristiano, sí; Messi, no
Cristiano, sí; Messi, nolarazon

Remató al palo y marcó durante la hora en la que dominó el Real Madrid. Aprovechó un taconazo genial de Benzema, el mejor junto con Marcelo

El clásico casi empezó con un remate de Ronaldo al palo. Buen presagio que se confirmó durante una hora, en la que el Real Madrid fue dominador y sólo le faltó la puntería para conquistar el Camp Nou. «Ha hecho un buen partido, siempre peligroso arriba, trabajando mucho y marcando un gol. He visto al Cristiano de siempre», decía Ancelotti tras el partido, confirmando que estaban tocados por la derrota, pero satisfecho por haber recuperado la «línea del buen juego», justo lo que le había faltado en los encuentros anteriores. Después de encontrarse con el larguero, «CR7» acertó en un remate de delantero centro puro, una de sus especialidades últimamente. Aceleró en el área para alcanzar un taconazo de Benzema y metió la puntera superando la salida de Bravo. Otra vez Cristiano resucitaba en el Camp Nou, un lugar en el que muchos le consideraron inofensivo, pero donde se ha acostumbrado a marcar en los últimos tiempos. Un par de veces más hizo Ronaldo sufrir a Bravo, convirtiéndose en uno de los protagonistas de los buenos minutos blancos en Barcelona.

Pasó por encima el Madrid al líder de la Liga durante mucho tiempo, pero no encontró la portería con la precisión habitual. Bale remató fuera desde cerca y tampoco acertó Benzema tras un rebote. El francés fue el mejor futbolista blanco en el campo junto con Marcelo. Ambos disfrutaron en los primeros 45 minutos, reinando ante la defensa azulgrana. El lateral vivía en el área contraria, la misma en la que Benzema jugaba y hacía jugar al resto. En una de esas inventó un pase atrás que Cristiano convirtió en el empate a uno. El francés lo hace parecer tan fácil que muchos no le dan tanto valor y prefieren quedarse con su supuesta indolencia. Karim llevó a sus compañeros a la última línea de remate, donde nadie encontró la portería de Bravo para poner justicia en el marcador.

Cristiano estuvo mucho mejor que en los últimos partidos y cada vez le queda menos para recuperar su nivel anotador. Su primera parte del curso (30 goles en Liga) era inhumana y ha necesitado un «descanso» para volver con más fuerza en el tramo final de la temporada. Ayer volvió a gritar en el Camp Nou, trabajó un poco más hacia atrás para equilibrar el sistema y se asoció con los otros dos delanteros más que en muchos de los encuentros de este 2015. Le reclamó un pase a Bale cuando el galés se escapaba por la derecha, pero en esta ocasión el galés tiene excusa, porque la asistencia no era clara.

El tridente de delanteros dio la razón a Ancelotti, que desde el pasado domingo tenía claro que los tres serían titulares en el clásico. «Estamos tocados, porque no tuvimos suerte al principio cuando fuimos mejores. No pudimos marcar las ocasiones, pero es bueno irse satisfecho con el juego que habíamos perdido», explicaba el técnico italiano con gesto serio en la sala de prensa. Es mejor perder así que jugando mal, es lo que venía a expresar Ancelotti, contento con la primera hora de los suyos. «Lo hemos hecho muy bien hasta el segundo gol. Después, al final nos ha faltado un poco de cabeza fría para empatar el partido», explicó.

Con todas las miradas centradas en Leo Messi, después del 2015 que está completando, el protagonista del partido no fue el argentino. Luis Suárez se coló en la portada con una galopada a la espalda de la defensa, un control espectacular y un remate cruzado. Un tanto que repitió muchas veces en el Liverpool y que ayer logró en un partido importante para la Liga, ya que pone al Barcelona con cuatro puntos de ventaja. A partir de ahí, con el 2-1, se vio por primera vez a Leo Messi, desaparecido hasta ese momento. En la primera parte, la presencia del «10» fue intrascendente. No le llegaban balones y a su espalda se generaba todo el peligro: entre Marcelo, Isco y Cristiano Ronaldo hicieron la vida imposible a Alves, que sólo respiraba con las ayudas de Piqué, impecable ayer. Leo no defendió mucho y a Rakitic le costó. Durante el juego, apenas un par de intentos de pase ofreció el argentino, pero esta vez no tuvieron destinatario. A balón parado, sí. La falta que sacó terminó con el gol de cabeza de Mathieu. Esta vez su posición escorado en la banda no fue una sorpresa. No mostró los eslalons que tanto dañaron al Manchester City hace apenas unos días.

El Barça sobrevivió al primer tiempo y después del golazo de Suárez, tomó el control, con Leo en posiciones más centradas. Ante un rival muy cansado, aprovechó los espacios que quedaban a la espalda del Madrid para crear peligro a la contra. El «10» entró más en contacto con el balón, pero esta vez le faltó puntería. En varias ocasiones tuvo la posibilidad de sentenciar, pero remató fuera, se equivocó en el pase o se encontró con Casillas en la más clara. Fue el único remate entre los tres palos del suramericano. Lo intentó otras cuatro veces, pero sin puntería. No pudo aumentar su cuenta goleadora, y en la batalla particular que mantiene con Cristiano Ronaldo por el Pichichi, vio cómo el portugués se le acerca. Ahora, «CR» tiene 31 y Leo se queda en los 32.Al final, la estrella azulgrana se dedicó a guardar el balón para que los minutos pasaran. En ese momento le hicieron dos de las tres faltas que recibió. Perdió 20 balones. No fue la mejor actuación de Messi, del que el equipo está dependiendo más que nunca este curso. Tampoco la de Neymar, enredado en sus regates. Pero Luis Suárez apareció.