El Chiringuito de Pedrerol: Que se prepare la Juve

Volví a ver al Cristiano implicado, letal y con madera de líder justo antes de la semifinal de «Champions»

Me imagino a Cristiano a eso de las seis menos cuarto del sábado en el Hotel Collection de Sevilla. Le veo sentado con varios compañeros frente a un televisor, observando cómo el Barcelona metía ocho en Córdoba y Messi firmaba dos tantos para superarle en la tabla de goleadores. Y le visualizo enfurecido, enrabietado y decidido. Con el coraje de los grandes y a la vez con la ilusión de un debutante.

Dos retos superados

Le imagino concentrado al máximo, con dos retos fijados antes de subirse al bus rumbo al Pizjuán. El primero, ganar donde nadie lo había hecho en 15 meses y seguir peleando por la Liga. El segundo, marcar al menos dos goles para seguir por delante del azulgrana. Y cuando Cristiano se pone así, suele lograr sus objetivos.

Su mejor versión

Después, a partir de las 20 horas, volví a ver al Cristiano feliz, solidario, compañero y letal en el área. Sobre el césped apareció la mejor versión del portugués, la que echábamos de menos, para ganar medio partido él solo. Con el olfato que había perdido en los últimos partidos para firmar un «hat-trick» en uno de los estadios más difíciles de la Liga. Tirando de su repertorio con dos remates de cabeza impresionantes, sobre todo el segundo, a pase de Bale. Demostrando que físicamente va sobrado con otro gol metiendo la bota donde nadie hubiera podido llegar. Y con la picardía de sacar el instinto asesino cuando el Sevilla quedó debilitado con un jugador menos. Fue otra vez Cristiano.

Solidario e implicado

También le vimos más implicado con el grupo. Animando a sus compañeros. Reconociendo y agradeciendo sus acciones. Dedicando un gol a Coentrao. Abrazando a Ancelotti después de que dijera que seguiría contento con él si no volviera a marcar esta temporada.

¿Dónde estaba Tebas?

Lo único negativo fue que tuvo que volver a soportar los desagradables cánticos que le dedicó la grada. Esa cantinela ya habitual en muchos estadios de España, aquello de «ese portugués...». Eso que iba a cortar Tebas de raíz y que se ha quedado finalmente en una farsa más, cara a la galería, del presidente de la Liga.

Justo a tiempo

A Cristiano le hacía falta un partidazo como el de Sevilla. Una enorme actuación en un gran escenario. Reivindicarse antes de medirse a la Juventus. Ser el goleador del equipo. Volver a sentirse importante. Ejercer de líder. Le hacía falta, se lo propuso y lo ha logrado. Ha vuelto el mejor Cristiano. El madridismo está de enhorabuena. Que se prepare la Juve.